Los riesgos de eliminar retenciones: especulación del campo, costo fiscal y más inflación

Las dudas que persisten y los costos de la baja total de retenciones que Milei y Caputo anunciaron con desesperación hasta el 31 de octubre.

22 de septiembre, 2025 | 12.09

Desesperado frente a la crisis cambiaria y la falta de dólares, el Gobierno anunció sorpresivamente este lunes que aplicará retenciones cero para la soja, el maíz y todas las demás exportaciones de granos, cereales y oleaginosas hasta la semana posterior a las elecciones. Lo hace con el objetivo de tener un colchón cambiario y evitar que el tipo de cambio se dispare por encima de la banda superior.

Sin embargo, no solamente persisten las dudas sobre si el campo efectivamente liquidará en estas semanas o especulará con una devaluación, sino que además la medida tendrá un elevado costo fiscal y generará la misma inflación que Javier Milei y Luis Caputo intentan evitar con una disparada del dólar.

"La vieja política busca generar incertidumbre para boicotear el programa de gobierno. Al hacerlo castigan a los argentinos: no lo vamos a permitir. Por eso, y con el objetivo de generar mayor oferta de dólares durante este período, hasta el 31 de octubre habrá retenciones cero para todos los granos", informó esta mañana el vocero presidencial, Manuel Adorni, a través de un posteo en X (ex Twitter).

Poco después, la medida fue formalizada mediante el Decreto 682/2025 con la publicación de un suplemento en el Boletín Oficial. Allí se especifica que entrará en vigencia este martes 23 de septiembre y tendrá vigencia hasta el 31 de octubre, con un tope de liquidación de 7.000 millones de dólares. También se establece que alcanzará no solamente a todos los granos, cereales y oleaginosas brutas (soja, trigo, maíz y girasol, entre otras) sino también a sus derivados, como el aceite de soja.

Fuentes del sector estimaron que quedan en stock aproximadamente 8.200 millones de dólares en soja (equivalentes a unas 20 millones de toneladas) y otros 2.600 millones de dólares en maíz (equivalentes a unas 13 millones de toneladas). En total, cerca de 10.800 millones de dólares todavía por liquidar.

La reacción del campo y la reunión con Caputo

La medida no fue anticipada a los productores. La prueba es que el propio presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, se enteró de la novedad al aire mientras le daba una nota a Eduardo Feinmann en Radio Mitre.

Recién después los principales referentes del sector fueron citados por Luis Caputo a una reunión en el Ministerio de Economía, que terminó a media mañana, para ser interiorizados en cómo será el nuevo esquema.

La reacción en el campo fue mixta. Las cerealeras, lógicamente, celebraron. "Apoyamos toda medida que implique eliminar las retenciones aunque sean temporales", destacó Idigoras en nombre de CIARA-CEC.  Pino (SRA) afirmó que la medida es "positiva", aunque advirtió que "las medidas temporales no son del todo justas y pidió que la retención cero se haga permanente.

Al contrario, desde la Federación Agraria (FAA) se mostraron críticos con la medida. "Las medidas de carácter transitorio no benefician al sector productivo, no nos dan esa previsibilidad que los productores necesitamos al momento de encarar una inversión para una próxima cosecha", advirtió su presidenta, Andrea Sarnari, y anticipó que "los productores sobre todo de pequeña y mediana escala, ya hemos vendido todos nuestros granos".

La especulación del campo, la clave

El Gobierno no tiene expectativa de que se liquide todo el volumen de granos que tiene los productores, como muestra el máximo de 7.000 millones de dólares incluido en el decreto. Aun así, la liquidación podría terminar siendo incluso menor, ya que depende de cuestiones financieras y, sobre todo, especulativas.

"Es un stock que es para todo el segundo semestre, que va de octubre a marzo en el caso de la soja. Vos deberías comprar en treinta días todo lo que vas a procesar en en seis meses. Financieramente, no tiene sentido", advirtió el director de la consultora agro RIA, Javier Preciado Patiño.

En el mismo sentido, Preciado Patiño precisó dos factores especulativos. Por un lado, si la commodity de la soja puede aumentar en los próximos días y acercarse al valor de 600 dólares por toneladas. Por el otro, y más principalmente, si el campo considerará que habrá una devaluación significativa luego de las elecciones.

A fines de julio, Milei anunció en la expo Rural Argentina 2025 que “se reducirá la carga impositiva sobre el maíz, de 12% a 9,30%; las retenciones al sorgo, de 12% a 9,30%; del girasol, de 7,5% y 5% al 5,5% y 4%; y de la soja, del 33% al 26%, y a los subproductos de soja, del 31% al 24,5%”. De esta manera, había hecho permanente la baja de retenciones temporal que había regido entre fines de enero y fines de junio.

Por lo tanto, la cifra clave para el caso de la soja es ese 26% que había de retenciones y que ahora pasará al 0% hasta el 31 de octubre. Si el campo cree que tras las elecciones habrá una devaluación mayor a ese porcentaje, es decir, que lleve el dólar mayorista por arriba de los 1.860 pesos, es posible que siga sin liquidar en las próximas semanas aun con las retenciones cero.

Costo fiscal y más inflación

En paralelo, este nuevo dólar soja tendrá un costo fiscal difícil de calcular, pero seguramente cifrable en más de mil millones de dólares. Por plantear algunos escenarios: dado que el Gobierno espera la liquidación de 7.000 millones de dólares en total, y suponiendo que todo fuera en granos de soja, se perderá la recaudación de 1.820 millones de dólares. Si un 70% fuera en soja y un 30% en maíz, el costo fiscal sería de 1.470 millones de dólares. 

Como sea, se trata de números nada despreciables para un Gobierno que hace una semana propuso un Presupuesto con regla de déficit cero y que recientemente vetó cinco leyes por comprometer la meta de superávit para 2025.

Aun así, el costo más grande será el inflacionario. En primer lugar, significa que habrá más pesos en circulación, que posiblemente se vayan al dólar, y además más emisión de pesos por los dólares que ingresen de exportaciones. 

En segundo lugar, como ocurre siempre, el sector querrá aumentar los precios de los alimentos en el mercado interno para no perder respecto a los de exportación. "Los productores de carne y lácteos seguramente van a sentir un cimbronazo en el costo que tiene el alimento para los animales", señaló Sarnari de la FAA.

Finalmente, el Gobierno que hizo todo lo posible para evitar una disparada inflacionaria antes de las elecciones y sostener la meta de déficit cero para mandar un mensaje a los mercados, termina oficializando una medida que se trasladará a precios en octubre y reconociendo que resignará superávit solo para para que el esquema cambiario resista cuatro semanas más.