Así funciona el ajuste más grande del siglo: por qué sube la AUH y bajan las jubilaciones

El gobierno de Javier Milei llevó adelante el mayor ajuste del gasto social desde 2002. La mayor parte del ajuste se concentró en las políticas sociales destinadas a jóvenes y adultos.

14 de mayo, 2025 | 12.32

Una de las peculiaridades de la coyuntura política es el sostén de popularidad que aún mantiene el presidente Javier Milei a pesar de haber ejecutado el mayor ajuste de la inversión social desde la mega crisis de 2002, excluyendo la contracción post pandemia del coronavirus. El anarco-libertario repitió la estrategia de política social de Mauricio Macri: expansión para la infancia y recorte para jóvenes, adultos y adultos mayores.

En 2024, la inversión social no contributiva se redujo en un 14,19%, representando el ajuste más grande del siglo XXI en Argentina. En comparación, durante la crisis económica de 2018-2019, el ajuste fue del 9,28% repartido en dos años. Pero ahora la magnitud fue distinta: la expansión para niños fue el doble y el ajuste fue tres veces mayor.  En concreto, dos de cada tres pesos del recorte en política social no contributiva corresponden a programas destinados a jóvenes y adultos. El resto del recorte corresponde a pensiones no contributivas destinadas a adultos mayores.

Según consignó un informe del centro de estudios Fundar, Milei ajustó más en jóvenes y adultos que entre los jubilados vulnerables. Más de la mitad del ajuste se concentró en becas educativas (63,3%) y programas de cooperativas (59,8%).  Los que más pierden son los jóvenes mayores a 18 años y adultos vulnerables sin hijos.

En términos relativos, mientras el gasto en adultos mayores cayó un 9,3% en términos reales, el gasto en jóvenes y adultos cayó un 39,8%. De cada diez pesos que se destinaban a programas para jóvenes y adultos, cuatro fueron recortados. Esto se observa por ejemplo en las becas de estudio Progresar o en el programa de cooperativas Potenciar Trabajo. 

La misma transformación se refleja en los cambios en la participación de cada grupo etario en el gasto social no contributivo. La proporción de la inversión social destinada a jóvenes y adultos en el total pasó del 28% en 2023 al 20% en 2024. Mientras, la participación del gasto dirigido a niños aumentó del 17% al 22%, y la de los adultos mayores pasó del 55% al 58%.

La contracara del ajuste del siglo: entre la depresión de los jubilados y el boom de la AUH

Entre 2023 y 2024, la AUH creció 47,5% en promedio real. El año pasado, su valor promedio superó al de las gestiones de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, y se ubicó al mismo nivel que el promedio de la administración Macri.

El aumento de la AUH implicó un incremento de la cobertura de sus  necesidades básicas: AUH + Tarjeta Alimentar pasaron de cubrir el 65% de una canasta básica para un adulto equivalente (noviembre de 2023) al 99% en febrero de 2025.

Existe una importante diferencia entre la magnitud del aumento en la inversión en AUH (40,7%) y aquella observada en la inversión en políticas sociales para niños en su conjunto, que creció considerablemente menos (13,8%).  Esta diferencia se explica básicamente por la reducción en los beneficios reales de la Tarjeta Alimentar, aun cuando se amplió el límite de edad para cobrar este beneficio de 14 a 17 años, aumentado la cantidad de beneficiarios. Los aumentos discrecionales de la Tarjeta Alimentar estuvieron por debajo de la inflación, lo que implica que los beneficios reales de la Tarjeta Alimentar cayeron 15,23% en promedio. 

¿Y qué pasó con los jubilados? En promedio, el haber mínimo real (con bono) cayó 14,9% en 2023-2024, una caída casi tan grande como la registrada en 2018-2019, cuando el retroceso fue del 18,5%. Sin bonos, la caída fue incluso más grande (18,6%).

La nueva fórmula, que ajusta por inflación mensual, "es más adecuada para el contexto actual, pero la caída del 24,63% en los haberes (noviembre de 2023- febrero de 2024) dejó un piso bajo. Además, con los bonos congelados, solo los haberes medios y altos mejoran", señaló el documento. Entre diciembre de 2023 y febrero de 2024 los jubilados experimentaron una pérdida de ingresos considerable que explica también porqué el promedio de 2024 es peor que el de 2023, aun cuando punta contra punta los ingresos sean prácticamente iguales.

En otras palabras, durante enero, febrero y marzo de 2024, los jubilados cobraron ingresos sustancialmente inferiores a los valores promedio tanto de 2023 como de aquellos que se cobraron a partir de abril de 2024 con la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, lo cual empuja el promedio de 2024 hacia abajo.

A modo de conclusión, el documento finalizó: "De la misma forma que los diferentes gobiernos de turno lograron consolidar una política de Estado en torno a la necesidad de fortalecer el sistema de transferencias monetarias a los niños (a través de las sucesivas expansiones de la AUH y la Tarjeta Alimentar), la política argentina se debe un nuevo debate en torno a cómo promover la integración de los jóvenes de sectores populares al mundo del estudio y el trabajo formal".