“El dólar flota, por lo tanto, al que le parezca que está barato... agarrá los pesos y comprá. ¡No te lo pierdas campeón!”, afirmó el ministro de Economía, Luis Caputo, en un foro organizado por la Universidad Austral. El problema que no menciona el funcionario es que no parecen abundar "campeones" en la Argentina que lidera Javier Milei. Los últimos reportes oficiales revelaron el aumento de la desocupación y el congelamiento de los salarios.
Para defender el atraso cambiario que tanto le cuestionan economistas críticos y hasta aliados, Caputo alentó a los argentinos, en tono burlón, a que no desperdicien la oportunidad de comprar dólares. En su imaginario, los sectores populares tienen capacidad de ahorro para adquirir divisas. Sin embargo, de acuerdo al balance cambiario de mayo que informó el Banco Central, un millón de individuos compraron billetes, mientras que unos 524 mil vendieron.
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Pocos campeones, muchos pobres
Mientras los segmentos medios-bajos tienen problemas para afrontar gastos, los sectores medios-altos sí pueden expandir su consumo en dólares. De acuerdo a un informe de la consultora Moiguer, en los sectores más pobres, casi siete de 10 afirman que su sueldo es menor a la inflación. En tanto, más de un 20 por ciento sostuvo que le empatan a la inflación. Por ende, más de ocho de 10 consultados pierden o empatan contra precios que desaceleran.
Entre los consultados, el 50 por ciento no llega a fin de mes y el 30 por ciento resigna gastos para pagar servicios, mientras que apenas el 23 por ciento compra dólares y el 11 por ciento compra en el exterior. Según el reporte, sólo el 6 por ciento de la población tiene ingresos familiares por encima de los 9 millones de pesos y hasta los 20 millones de pesos. Este segmento de la pirámide es el más favorecido por el dólar, tanto para atesorar como para comprar bienes durables.
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Desempleo y salarios bajos
Las estadísticas salariales más recientes reafirman el panorama sombrío que atraviesan los ingresos. Las remuneraciones de los trabajadores registrados volvieron a perder contra la inflación en abril, tras aumentar 2,5 por ciento. Además, el organismo explicó que los trabajadores de la administración pública tuvieron un crecimiento del 2,3 por ciento, promediando entre quienes trabajan en el Estado nacional y quienes lo hacen en estados provinciales.
De esta forma, el salario registrado permanece estancado desde septiembre del año pasado y en todos los casos por debajo de noviembre de 2023. El sector privado registrado pierde un 1,2 por ciento, el público un 15,5 por ciento y en promedio caen un 6,4 por ciento. Pero hay quienes ni siquiera tienen trabajo, ni para vivir ni para ahorrar. Muy lejos del campeonato que propone Caputo.
Según las últimas estadísticas del Indec, el desempleo no solo rebotó sino que alcanzó su punto más alto bajo el gobierno de Milei durante el primer trimestre de 2025. Pero, además de la destrucción neta de puestos de trabajo, el empleo no destruido es de peor calidad, lo que se ve en casi 250.000 nuevos cuentapropistas aparecidos en un año.
En términos concretos, hasta marzo se detectó un nivel de desocupación de 7,9 por ciento en el país, equivalentes a 1,1 millones de habitantes. El crecimiento de la desocupación se ve si se la compara con el 6,4% del trimestre previo (el último de 2024), lo que implica unas 200.000 personas nuevas sin trabajo.
Para marzo había 210.000 puestos laborales registrados menos que en noviembre de 2023, según relevó el CEPA a partir de datos de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo. Entre noviembre de 2023 y marzo de 2025, se perdieron 13.862 empresas con empleados declarados.
De esta forma, la tasa de desempleo subió al nivel más alto en cuatro años, solo superado en el tercer trimestre de 2021, aún en pandemia. Probablemente, todos ellos se "la están perdiendo", en palabras de Caputo.