Si existe algún grado de “heterodoxia” en el gobierno de Javier Milei podría asociarse a las múltiples formas de tomar deuda que tiene el ministro de Economía, Luis Caputo. El titular del Palacio de Hacienda hace uso y abuso de la contabilidad creativa para acumular deuda “sin que se note mucho” y sortear las limitaciones del país para acceder a los mercados voluntarios de financiamiento. Un ejemplo ilustrativo: el último informe de Economía asegura que en el último año la deuda “se redujo” en más de 11 mil millones, y aclara que eso se debe a que se pagó con desembolsos del Fondo Monetario, como si no hubiese que devolverlos o no fuesen un préstamos. Sí, así de ridícula es la manipulación de la información libertaria.
Un informe que lanzaron en conjunto el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) sobre transparencia de la deuda alerta por mecanismos de financiamiento non sanctos y enumera los que consideran que riñen con la claridad –y que casualmente utiliza en su totalidad este Gobierno- como colocación de deuda con garantía, financiamiento extrapresupuestario, swaps de bancos centrales y préstamos “no convencionales”.
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Este martes, arriba una nueva misión del Fondo para “auditar” las condiciones de la ampliación del préstamo que otorgó a la Argentina y que el país no cumple en su ítems más importante: la acumulación de reservas. De todos modos, el organismo hará gala de que se trata de un “aporte electoral” al Gobierno y que, como sucedió con el macrismo, las opacidades de ese nuevo préstamo se conocerán tiempo después y sin ningún tipo de efecto concreto.
El FMI publicó un año después de que finalizara el gobierno de Cambiemos una auditoría en la que reconocía errores de adjudicación y control de los fondos. Dos años después, al mismo ministro de Economía (pero en otro Gobierno) el FMI le amplió la deuda en 20.000 millones de dólares. “Con demasiada frecuencia, el mundo se entera de la existencia de una deuda insostenible solo cuando ya es demasiado tarde. En los últimos años, varios países obtuvieron pleno acceso al mercado, solo para ver cómo sus economías se desmoronaban al salir a la luz deudas ocultas”, señaló en su informe Transparencia Radical de la Deuda.
El riesgo de mentir
El Gobierno recibirá a los burócratas del Fondo en una nueva misión, en donde no se esperan novedades relevantes pese a que el país no cumplió con la meta de acumulación de reservas, clave para el pago de vencimientos. Hasta esta revisión de junio el BCRA debía acumular 4.500 millones de dólares en reservas. “Las futuras crisis de deuda seguirán ocurriendo no solo debido a factores económicos, sino también a deudas no divulgadas o mal comprendidas”, señala el informe del BM.
“A medida que los prestatarios soberanos se enfrentan a mayores costos de interés, condiciones de refinanciación más restrictivas y un acceso limitado al mercado, muchos recurren cada vez más a financiamiento extrapresupuestario y a mecanismos de financiamiento externo opacos y no convencionales, como colocaciones privadas, swaps de bancos centrales y préstamos con garantía”, destacó el informe del BM-FMI.
El gobierno de Milei cumple con todas estas opacidades. En el caso de la deuda con garantías, se destacan las operaciones de REPO, con las cuales obtuvo (utilizó el mecanismo en dos oportunidades) unos 3.000 millones de dólares. Caputo había tomado en enero un REPO, un préstamo de dólares de los bancos contra entrega de bonos en circulación, por 1000 millones de dólares, a lo que se sumó este miércoles último otro REPO, pero de 2000 millones de dólares.
Otro mecanismo para garantizar la deuda emitida y convencer a los inversores es la utilización de los “puts”, opción de venta del bono, que se entregó con las primeras licitaciones de Caputo y en las últimas colocaciones (con vencimiento previo a las elecciones presidenciales de 2027) hace unas pocas semanas.
“Una forma de financiación con garantía, el contrato de recompra con sobre-garantía, o REPO, puede ser particularmente problemática. Los repos con sobre-garantía suelen implicar que el prestatario pignore activos o flujos de efectivo por un valor superior al importe del préstamo, que el prestamista mantiene como protección contra el riesgo de impago. La sobre-garantía suele permitir a los prestatarios obtener financiación a tipos de interés preferenciales, pero si el valor de mercado de la garantía pignorada disminuye, muchos contratos de REPO exigen que el prestatario ignore una cantidad adicional”, explica el FMI-BM.
Una deuda 100% argenta
En cuanto a la crítica por los problemas de identificación de deuda privada y pública se destaca el invento Bausili-Caputo de los BOPREAL, bonos que se entregaron a las empresas por sus deudas en dólares con proveedores y que implican una estatización encubierta de esos empréstitos. El Banco Central emitió este bono en dólares, llamado Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (BOPREAL) para que puedan acceder las empresas que tengan deudas comerciales por importaciones. Esos bonos se pagarían supuestamente en dólares al vencimiento. Se trata de lo que la ex presidenta Cristina Fernández llamó “alquilar los dólares”.
“Las complejidades legales y de implementación de estos instrumentos, especialmente en países de bajos ingresos con capacidad institucional limitada, pueden dar lugar a situaciones en las que incluso los propios gobiernos desconocen el alcance de sus obligaciones, lo que socava gravemente su capacidad para financiar el desarrollo y aumenta los riesgos para la sostenibilidad de la deuda”, continuó el informe sobre transparencia en la información.
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A esto se suman las opacas colocaciones de otrora de Caputo, con un bono a cien años, una excentricidad que solo países como Japón fueron capaces de llevar a cabo. Se suman las renovación del swap de monedas con China, que heredó el mileísmo y mantiene vigente pese a las críticas contra el gobierno del gigante asiático. La mitad de las reservas se compone por el swap con China (18.000 millones de dólares) sobre un saldo bruto de 38.000 millones.
Con independencia de las formas de endeudarse, el contexto internacional juega un rol central en el crecimiento del pasivo argentino. “La restricción de liquidez y el aumento de las tasas de interés han incrementado significativamente el riesgo de sobreendeudamiento en las economías en desarrollo”, advirtió el informe. Aproximadamente el 60 por ciento de los países de bajos ingresos se encuentran actualmente en alto riesgo de sobreendeudamiento o ya lo están, y muchos enfrentan acceso restringido a los mercados, cuantiosas amortizaciones de deuda y crecientes riesgos de refinanciamiento”, detalló el documento del BM-FMI.