A 50 años del Rodrigazo: recuerdos del ajustazo que viven en el presente

Los contextos no son iguales, pero en 1975 la dirigencia oficialista esgrimió motivos parecidos a los que hoy usa el presidente Javier Milei para avanzar en su programa de ajuste. 

04 de junio, 2025 | 00.05

En 1975, el gobierno de María Estela Martínez de Perón anunció el plan económico denominado "Rodrigazo". El ex ministro de Economía, Celestino Rodrigo, presentó este programa con la supuesta intención oficial de reducir el déficit fiscal y desacelerar la inflación. A 50 años de este momento clave en la historia argentina, las similitudes en los discursos y algunas de las medidas del programa de ajuste actual de Javier Milei se vuelven clave para entender los límites y problemas que podría enfrentar en el corto y mediano plazo el país. 

Detrás de este plan se escondía una estrategia para transferir ingresos desde los trabajadores asalariados hacia el sector agroexportador. El programa se basó en una política de shock que incluyó una devaluación del peso del 100%. Además, se dio un incremento similar en las tarifas de servicios públicos y combustibles y se impuso un tope en los aumentos salariales en las negociaciones paritarias entre empresas y sindicatos. La consecuencia fue un aumento descomunal en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que alcanzó el 335% en el año del plan, comparado con el 40% en 1974. 

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“Como consecuencia de la situación en que se halla la Hacienda del País, el plan elaborado no es sólo un plan para una situación de emergencia: es la única salida posible para una situación dramática de riesgo creciente”, fueron las palabras de Rodrigo el 30 de junio de 1975 por Celestino Rodrigo. Las mismas podrían haber sido pronunciadas en la actualidad. “Es preferible decir una verdad incómoda que una mentira confortable”, había señalado el ministro de Economía, Luis Caputo, en su primer mensaje a la población por cadena nacional. 

Un quiebre histórico

Para el politólogo, magister y docente de la UBA Agustín Pineau, el Rodrigazo marcó un "quiebre en la historia económica argentina, poniendo fin a un modelo basado en la industrialización por sustitución de importaciones y la intervención estatal". Más que un ajuste puntual, simbolizó el "cierre de un proyecto político complejo y atravesado por las pujas entre el capital nacional y el extranjero, que había dominado el país durante décadas", explicó.

"Abrió paso a un modelo económico neoliberal, caracterizado por la apertura comercial y la reducción del rol estatal, que debilitó a la sociedad como proyecto integrador y allanó el camino para la instauración del terrorismo de Estado y el predominio de un proyecto de valorización financiera", caracterizó Pineau.

El integrante del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) Alejandro López Mieres no ve una conexión directa entre ese programa y la actualidad. Entre el 75 y el presente, en el medio "hay un proceso de globalización comercial y financiera que modificó las maneras de inserción de Argentina en el mundo, y lo que significó la dictadura como cortafuego de un país sin desocupación y sin pobreza". A partir de allí, "pese a algunos rebotes, los ratios sociales fueron sistemáticamente hacia abajo, siempre con la deuda como disciplinante social y político".

Pero aclara que no todo es diferente. "Quizás la mayor similitud sea que los grupos de poder económico de cada etapa se hayan jugado ciegamente a la dependencia geopolítica con Estados Unidos, pese a que en algunos casos significó pérdidas claras", matizó López Mieres. Y agregó: "Parece que romper una historia popular de fuertes resistencias contra los que pugnaban por una revancha clasista pudo -y puede-, para la burguesía transnacionalizada local, ser más importante que ciertos intereses inmediatos".

En el 75, además, los sindicatos se opusieron al tope salarial, lo cual llevó a la realización de huelgas y negociaciones con aumentos superiores al 45%. Así fue que tras una huelga general de la Confederación General del Trabajo (CGT), se logró la homologación de estos aumentos salariales. 

Desde una perspectiva histórica, fue la muerte de Juan Domingo Perón, en 1974, y la posterior vacancia de poder las que contribuyeron al debilitamiento del Justicialismo, permitiendo la implementación del Rodrigazo sin pensar en los intereses nacionales.