El mercado castiga al Gobierno por la decisión de no acumular reservas

El Riesgo País se consolida arriba de los 700 puntos y aleja cualquier intención del Gobierno de salir a los mercados voluntarios de deuda. El mercado rechaza la política del Banco Central de acumular reservas. Milei dijo que solo iban a comprar dólares en el piso de la banda, pero el dólar se mantiene en el medio.

28 de abril, 2025 | 21.48

El Riesgo País, que refleja el valor de los bonos de la deuda argentina, se consolida arriba de los 700 puntos y reflejan el temor del mercado a la falta de acumulación de reservas en el Banco Central, por la decisión del equipo económico del presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo de solo comprar divisas si llega al piso de la banda de flotación, que por el acuerdo con el Fondo Monetario se estableció en $ 1.000.

Sin acumulación de reservas, como pasó ya en las dos primeras versiones del plan económico, el mercado desconfía de la capacidad del Gobierno de hacer frente a los vencimientos de capital e intereses de los bonos Globales (con legislación extranjera) y Bonares (con legislación argentina) y se desprende de esos títulos que se utilizan para estimar el costo de volver a emitir deuda.

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Caputo y su socio en la actividad privada, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, tienen como estrategia volver al mercado de deuda para cumplir con el compromiso de acumular reservas que firmaron con el FMI, por lo que de mantenerse este escenario será el primer incumplimiento que tendrá el acuerdo. En el staff report, los técnicos del Fondo Monetario evaluaron que “la deuda de Argentina sigue siendo ‘sostenible, pero no con alta probabilidad’”, lo que en términos de mercado significa que no existe capacidad de pago y la única posibilidad es una renovación, para lo que tiene que conseguir bajar el riesgo país al rango de 300 a 400 puntos y emitir nueva deuda.

Para llegar a esa conclusión de poca probabilidad de pago, realizó una evaluación en base a cuatro herramientas, entre ellas un modelo de reinversión de la renta, otro de predicción de crisis y uno más que evalúa cambios políticos y “el juicio del personal” técnico.

El mercado digirió esta observación de los técnicos, a los que les presta más atención que a las declaraciones de los funcionarios argentinos ya sea el presidente Milei, su ministro Caputo o el titular del BCRA, Bausili, o incluso de las autoridades del FMI, como Kristalina Georgieva o su segunda, Gita Gopinath, o el propio secretario del Tesoro, Scott Bessent, quién estuvo en Buenos Aires hace una semana para respaldar el acuerdo.

La misma advertencia de “sostenible pero no con alta probabilidad” figuró en el informe técnico del acuerdo que la administración de Mauricio Macri firmó con el FMI y que terminó en una crisis cambiaria que se llevó puesto su Gobierno, mientras las declaraciones políticas de los entonces funcionarios argentinos y del Fondo sostenían, como ahora, que la política económica er viable.

En esta ocasión, además de la expectativa de que no se cumplirá con la meta de acumulación de reservas (debería comprar o conseguir vía endeudamiento unos US$5.100 millones en dos meses) el equipo económico ya incumplió uno de los compromisos firmados. En el acuerdo con el FMI y en la comunicación del BCRA se aseguró que no iba a haber emisión monetaria para financiar al Tesoro, que registra un superávit primario pero déficit financiero disimulado con contabilidad creativa.

Pese a ese compromiso, como reveló El Destape, el BCRA transfirió al Gobierno $11,7 billones en conceptos de ganancias contables que registró el año pasado y que este lunes el Tesoro empezó a utilizar para pagar $2,25 billones de vencimientos de deuda que no logró renovar.

En el transcurso del primer mes de vigencia del acuerdo, el gobierno de Milei incumplió uno de los compromisos (la no emisión) y anunció que no cumplirá otro (la acumulación de reservas) que son las dos metas más trascendentes que el mercado observa para darle credibilidad a la política monetaria. Y además, como refleja la cuenta de la red social “x” de Pablo Moldovan (@Pablo_Moldo) hubo una tercera decisión altamente cuestionable: Tras firmar el acuerdo, el gobierno habilitó la entrada de fondos especulativos y “busca así mantener el dólar bajo hoy, pero suma riesgos mañana”. “Es un canal que el propio FMI suele desaconsejar”, sostuvo Moldovan.

“En apenas 15 días, el Gobierno tensó el acuerdo para minimizar el costo político del ajuste externo que imponía el programa. Por ahora, el FMI mira para otro lado. Si el incumplimiento se agrava, la relación con los mercados puede complicarse”, advirtió el titular de CP-Consultores.

En un informe que elaboró Joaquín Cottani de Global Source Partners, advirtió que el acuerdo con el FMI “no se trata de la tercera fase del mismo plan, como afirma el gobierno, sino de un nuevo plan que se introdujo porque el anterior presentaba deficiencias”. Agregó que “en segundo lugar, las correcciones políticas implementadas por el gobierno no fueron lo suficientemente profundas” y “en tercer lugar, si el objetivo del gobierno es encaminar a Argentina hacia un crecimiento sostenible, se necesitarán correcciones más contundentes y decisivas en la misma línea y dirección después de las elecciones”.

La necesidad de correcciones quedó expuesta en el informe del Banco Central sobre el movimiento de divisas en marzo: la cuenta corriente externa arrojó un déficit de US$1.674 millones, pero a diferencia de lo que venía sucediendo en meses previos que el déficit se cubría con ingreso de capitales financieros fue que en marzo también hubo un abultado déficit en la cuenta financiera de US$1.892 millones.