Tras la derrota electoral, el Gobierno analiza cómo recalcular su estrategia cambiaria

En el mercado rosarino de futuros, los contratos para octubre ya se ubican por encima de los $1.500 y a diciembre superan los $1.600. El contrato con vencimiento más lejano operado es julio a dólar a $1.800.

08 de septiembre, 2025 | 14.30

La arrolladora derrota del oficialismo en las elecciones legislativas de Buenos Aires se hizo sentir en el mercado, donde los operadores anticipan que el poder de fuego para contener una disparada del dólar y el grifo de divisas que pueda provenir organismos multilaterales no gotea ante la incapacidad del Gobierno de llevar adelante las reformas estructurales que los inversores reclaman. El post comicios comenzó con una suba del tipo de cambio oficial, al que el equipo económico parece haberle soltado la mano especulando con la posibilidad de que toque el techo de la banda (de 1.470 pesos).

El dólar en el Banco Nación se ofreció en las primeras operaciones de este lunes en 1.450 pesos, lo que implicó un alza de 5,1 por ciento intradiario. Se trata de un guarismo que se replicó en todas las variantes del mercado y en los contratos a futuro, donde la posición de octubre (mes de las elecciones generales de medio término) se pactó en 1.529 pesos; diciembre en 1.600 y para junio de 2026, en 1.800 pesos, según el Rofex.

Con la palabra devaluada y el tipo de cambio apreciado, el Gobierno enfrenta el desafío de mantener la estabilidad del precio de la divisa hasta octubre, algo que con reservas negativas, fondos finitos del Tesoro y sin préstamos de bancos “amigos” ni organismos de crédito a la vista, parece una tarea difícil. Especialmente, en un escenario de equilibrio fiscal frágil y con la necesidad de señales políticas claras. Por eso, la pregunta es si la dupla que integran el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, dejarán correr el dólar o buscarán frenar una suba mayor a la actual. En términos estrictamente técnicos, el Gobierno recién está autorizado a intervenir cuando el dólar oficial supere en precio la banda superior, para lo cual faltan apenas 20 pesos.

A los inversores, cuya voz es consignada en múltiples informes, les interesa la posibilidad de repago del país. No les importa los fundamentos de la economía argentina, el costo del ajuste o el endeudamiento al que arribe el país para cumplir con el pago de vencimientos. Lo que ven ahora: tal como el recalcula en su último informe el banco Morgan Stanley, es que, más allá de cualquier intervención que pueda hacer el Central o el Tesoro para amortiguar la escapada del dólar irá acompañada de una devaluación. El porcentaje devaluatorio lo dará el verdadero poder de fuego de las autoridades monetarias: el nivel de reservas.

Recalculando

Este lunes el banco de inversión Morgan Stanley anticipó, tras el resultado electoral de este domingo, una posible defensa de la estabilidad cambiaria por parte de las autoridades monetarias hasta las elecciones de octubre, aunque se espera un posible debilitamiento del peso argentino y la intervención del Banco Central y el Tesoro si fuera necesario. Según el banco, un debilitamiento significativo del peso podría afectar aún más el apoyo al Gobierno, como ya habría ocurrido. No obstante, “consideró razonable esperar una depreciación adicional de la moneda, posiblemente acercándose al techo de la banda cambiaria pese a las tasas elevadas”.

En el ámbito en el que suele expresarse el riesgo cambiario es el mercado de futuros, donde se opera un amplio volumen de negocios con interés abierto, aunque la tasa neta implícita en los contratos se ubica en un promedio del 38 por ciento anual (recogiendo el tipo de cambio esperado y el nivel de tasas de la economía). Esta situación refleja la incertidumbre política y económica reinante, con una creciente demanda de cobertura por parte de los inversores.

La presión sobre la liquidez bancaria, las altas tasas de interés (que pierden efectividad), y la necesidad de renovar la deuda en pesos, agregan complejidad a la situación. En medio de la decisión cambiaria (que pueda adoptar), el Gobierno deberá anunciar este lunes las condiciones de la subasta del miércoles, en la que vencen unos 7,2 billones de pesos sin contar las tenencias de BCRA. “En las últimas subastas el Gobierno forzó a los bancos a renovar sus tenencias vía subas de encajes y veremos qué hace en esta oportunidad”, señala un informe de 1816.

Los cañones del Central lucen con escasa pólvora para defender el techo de la banda. El stock de reservas líquidas, que son básicamente las reservas brutas del BCRA pero sin contar ni la posición en yuanes, en oro o en DEGs, ronda los 20.000 millones de dólares. Según lo acordado con el Fondo, el BCRA podría empezar a vender dólares en niveles de alrededor de 1.470 y este domingo Caputo aclaró, a través de las red X (ex Twitter) que el esquema no se modificará. “La gran pregunta que se harán todos en el mercado es cuántas divisas estará dispuesto el Gobierno a vender de aquí a las elecciones nacionales del 26 de octubre”, agrega el documento de la consultora.

Mientras tanto, el Banco Central continúa interviniendo en futuros –vis a vis con la participación del Tesoro en el mercado de contado (spot)—; con lo que se estima que continuará creciendo la posición vendida de futuros del organismo. De acuerdo con los cálculos de 1816, el Central cerró el viernes en alrededor de 5.800 millones de dólares en futuros. El plan "B" (el no plan) sería dejar “flotar” verdaderamente el tipo de cambio y que sean la demanda y la oferta privadas las que definan su valor, pero el riesgo cierto de un traslado inmediato a precios –y consiguiente transferencia de recursos desde los asalariados a los sectores concentrados- en la previa de octubre es demasiado alto para que lo asuma la administración libertaria en las próximas semanas.