El gobierno de Javier Milei usó Derechos Especiales de Giro (DEG) que le prestó la administración de Donald Trump para hacer frente al pago de los intereses que vencieron en la primera semana de noviembre con el Fondo Monetario Internacional, según surge del análisis de las estadísticas que difundió el Banco Central Argentino y el Exchange Stabilization Fund (ESF) del Tesoro de Estados Unidos.
Esa operación mantenida en reserva por ambas administraciones era sospechada por el mercado a partir de la evolución de las reservas internacionales de Argentina y la falta de divisas de la administración de Milei para hacer frente a ese pago. Ahora quedó claro que se concretó el pase de DEG (la moneda del FMI) pero quedan dudas de cómo se instrumentó la operación financiera, aunque se sospecha que se activó un nuevo tramo del swap con el Tesoro de Estados Unidos.
Los términos del acuerdo swap también se mantienen en reservas, solo se sabe el monto global pero no la tasa (según información a la que accedió El Destape sería de 4%) ni plazos de compensación, pero se estima que se llevan activados 2.100 millones de dólares por las intervenciones en la campaña electoral para estabilizar al gobierno de Milei y 872 millones de dólares por los 640,8 millones de DEG.
Con una activación de unos 3.000 millones de dólares y una tasa de 4% nominal anual, el costo para Argentina, o visto del otro lado, la ganancia que obtiene el Tesoro de Estados Unidos, es de 33 millones de dólares diarios.
Según la consultora 1816, los datos del BCRA “parecen confirmar que a fin del mes pasado se activó el swap con Estados Unidos por unos 2.500 millones de dólares” que “tienen vencimiento en un mes, lo que no significa que no pueda haber rollover continuamente”. Si se confirma este dato, el BCRA tendrá que pagar al Tesoro de Estados Unidos esos 2.500 millones a lo largo de noviembre. Hasta ahora, según información de mercado, el Tesoro compró unos 200 millones de dólares la semana pasada, la mitad al propio BCRA y la otra mitad en operaciones de mercado, por lo que está lejos de poder afrontar ese vencimiento.
La información se conoció el jueves por los datos del Banco Central y el viernes por las planillas con las inversiones del ESF estadounidense, en paralelo a la confirmación de que no habrá salvataje de los bancos comerciales internacionales por 20 mil millones de dólares, como se estaba negociando.
Caputo ahora quiere negar el rescate
“Nunca hablamos con los bancos de un rescate, ni de 20 mil millones. Es una ‘operación’ más con la sola intención de generar confusión”, dijo el ministro de Economía, Luis Caputo, a través de la red social “X” respondiendo a otras cuentas que reflejaron la información de The Wall Street Journal sobre la decisión del JP Morgan de desistir conformar un sindicato de bancos para un salvataje a Argentina.
Caputo nunca desmintió esta información, tampoco lo hizo Milei o ningún funcionario de su gestión, cuando a mediados de octubre el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, anunció que trabajaba con fondos privados para la creación de un nuevo instrumento de apoyo financiero a Argentina por un valor de US$ 20.000 millones. Ese crédito se sumaba al swap para un salvataje global de 40.000 millones de dólares, que garantizaban el pago de la deuda por el resto de la gestión de Milei.
“Es una solución del sector privado para los próximos pagos de la deuda de Argentina. Muchos bancos están interesados y muchos fondos soberanos han expresado su interés”, fueron las declaraciones de Bessent. También circulan en las redes sociales recortes de entrevistas a Caputo donde reconoce que “estamos trabajando por otros 20 mil millones como ya lo dijo el secretario” en referencia a Bessent.
The Wall Street Journal informó que sin las garantías del Tesoro de EE.UU. no estaban dispuesto a acordar el crédito de 20.000 millones de dólares pero podían asistir por 5.000 millones de dólares para que Milei haga frente al pago de vencimientos de la deuda de enero.
Esa nueva línea de crédito sería contra la entrega de garantía en activos argentinos y a muy corto plazo, lo que obligaría al Gobierno a colocar deuda en los mercados internacionales, una posibilidad que se mantiene por ahora cerrada por la resistencia de los inversores a convalidar la estrategia de no acumular reservas.
MÁS INFO
La información de WSJ generó una corriente de venta de los activos financieros argentinos que impactó en caídas generalizadas de los ADR y los bonos que cotizan en Wall Street, en una jornada donde no hubo operaciones en Buenos Aires por el día no laborable.
Los ADR más castigados pertenecen a los bancos, con caídas del orden del 5%, pero también se extendía a otros sectores, como las energéticas entre 3% y 5% y el resto de las acciones, mientras los bonos en dólares retrocedían hasta 1,5% y el riesgo país volvía a subir al rango de los 650 puntos.
