En la previa electoral, crecen los despidos y los sueldos adeudados en Buenos Aires por la crisis de Milei

La situación es compleja y y responde a distintos factores, con despidos y cierres que afectan a diversos sectores de la economía bonaerense. Ternium, Acindar y empresas de distintos rubros profundizan la crisis 

05 de septiembre, 2025 | 17.48

El modelo económico del gobierno de Javier Milei generó una profunda caída crisis industrial en la provincia de Buenos Aires, con caídas significativas en la actividad, el consumo y el empleo, en simultáneo con un drástico recorte en las transferencias federales. La caída del consumo, la competencia de las importaciones y la falta de crédito son algunos de los factores que contribuyen a esta crítica situación. En las últimas semanas se agolparon las empresas que aplicaron suspensiones y despidos ante la falta de ventas, dejando miles de hogares sin ingresos en la previa a las elecciones legislativas provincial de este domingo.

La política recesiva adoptada por la administración de La Libertad Avanza se refleja en un desplome directo en la industria (con sectores como la construcción, por la falta de transferencias a la Provincia que afecta la obra pública, y el automotor particularmente afectados), y una reducción drástica en el consumo. El desempleo se incrementó significativamente, con la provincia de Buenos Aires soportando una gran parte de la destrucción de empleos a nivel nacional. Junto con la ciudad fueguina de Ushuaia, son los dos polos industriales más afectados por el mileísmo.

El sector pyme es el más afectado, por la falta de espalda financiera para soportar la estampida mileísta. con cierres y pérdidas de empleos debido a la recesión, la falta de crédito y la competencia de las importaciones. La Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas estima que 250.000 personas han perdido sus empleos en los últimos 18 meses. Incluso sectores como el de las panaderías están sufriendo, con más de 1.700 cierres en los últimos 18 meses, 630 de ellos en la provincia de Buenos Aires, según el presidente del Centro de Panaderos de Merlo.

La situación es compleja y y responde a distintos factores, con despidos y cierres que afectan a diversos sectores de la economía bonaerense.

Algunos ejemplos de las últimas semanas:

Zanón

La fábrica de porcelanatos ILVA, propiedad de la familia Zanón, despidió a 300 trabajadores en Pilar, generando una fuerte protesta por parte de los afectados. Los empleados denuncian haber sido dejados "en la calle" sin cobrar sus salarios y acusan a la empresa de utilizar la crisis económica y el discurso del presidente Javier Milei sobre la falta de recursos para justificar los despidos, amparándose en el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo para reducir las indemnizaciones. La empresa argumenta una "fuerte caída de las ventas".

Los trabajadores, con una antigüedad que en algunos casos supera las dos décadas, expresaron su indignación y desesperación ante la situación, destacando el impacto en sus familias y la falta de apoyo gubernamental y sindical. La protesta incluyó la quema de gomas en las puertas de la fábrica, que permanece cerrada con candado. Se espera una audiencia el jueves para reclamar al Ministerio que exija a la empresa su presentación y se espera una resolución sobre la situación de los trabajadores.

La Suipachense

La empresa láctea La Suipachense, ubicada en la localidad bonaerense de Suipacha, enfrenta una situación financiera crítica y podría cerrar en 15 días, poniendo en riesgo 150 empleos. La empresa, controlada por el grupo venezolano Maralac desde 2012, está luchando con una deuda significativa, una reducción drástica en la producción (de 250.000 litros de leche por día a cero), salarios impagos y facturas de proveedores sin pagar.

La empresa adeuda más de 3.600 millones de pesos en cheques rechazados y enfrenta posibles cortes de servicios públicos. La unión ATILRA alega que el sector lácteo está bajo estrés financiero debido a los bajos precios de la leche y los crecientes costos. Por su parte, la empresa alega acciones violentas por parte de la unión Atilra.

Ternium

La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) organizó una gran marcha en San Nicolás, Buenos Aires, a principios de septiembre de 2025 para protestar por los despidos y los bajos salarios en Ternium-Siderar, una importante fabricante de acero propiedad del Grupo Techint. La marcha, que unió la planta de Ternium con la plaza principal de la ciudad, fue provocada por el despido de unos 250 trabajadores de empresas contratistas y preocupaciones más amplias sobre las condiciones laborales precarias y los salarios depreciados.

El gremio apuntó directamente a Paolo Rocca (CEO de Techint) por las prácticas laborales "precarias" y advirtió que el conflicto podría escalar a nivel nacional si no se llega a un acuerdo. El conflicto llevó al cierre del alto horno en la planta de Ternium debido a una huelga de empleados contratistas. Los despidos afectaron principalmente a los trabajadores de Loberaz, una empresa contratista cuyo contrato con Ternium fue parcialmente rescindido. Otras empresas contratistas involucradas en el conflicto incluyen Casius, RM Seguridad Ambiental y Sijam.

Maderera Industrias Iberia

El Sindicato de Madereros de Zona Norte registró despidos injustificados y amenazas legales contra sus delegadas en Maderera Industrias Iberia. La empresa despidió a dos trabajadores alegando incumplimiento de órdenes y mala ejecución del trabajo, sin seguir los procedimientos legales correspondientes. Simultáneamente, dos delegadas recibieron cartas documento con amenazas de acciones penales por su participación en las protestas por salarios impagos (un mes de retraso) y la falta de avances en las negociaciones paritarias.

La falta de pago de salarios y la ausencia de negociación paritaria, combinadas con las represalias contra las delegadas, generan una situación de alta tensión que podría escalar a un conflicto mayor si no se encuentra una solución pronto. El sindicato considera que estas acciones son una represalia por los reclamos laborales y advierte sobre la posibilidad de un paro en la planta. La situación se agrava por los antecedentes de la empresa, que incluye un paro de 90 días sin sueldo en su planta de Montecarlo, Misiones.

Acindar

La acería Acindar, perteneciente a Arcelor-Mittal, anunció una nueva paralización de su planta en Villa Constitución –la tercera en el año—, afectando al área de laminados y generando la suspensión de cientos de trabajadores con una reducción salarial del 25%. Esta decisión se suma a una anterior paralización a fines de julio y refleja la profunda crisis que atraviesa el sector del acero argentino.

La caída de la demanda interna, la paralización de la construcción y la fuerte competencia de las importaciones, principalmente de China y Brasil, han reducido la producción de Acindar a la mitad en 2024 comparado con el año anterior. La falta de medidas proteccionistas para la industria local agrava la situación, contrastando con la inversión en expansión de otras empresas del sector en otras regiones del país.

La crisis de Acindar no sólo impacta en la economía regional de Villa Constitución, sino que simboliza la fragilidad del sector industrial argentino y la incertidumbre sobre su futuro. La dependencia de sectores como la construcción, la industria automotriz y la obra pública, actualmente debilitados, deja en vilo la situación de los trabajadores, quienes enfrentan suspensiones, recortes salariales y la amenaza de despidos. En el sector apuntan al cambio estructural que desplazará al acero nacional en favor de las importaciones.

Cerámica Cortines

Finalizó hace dos semanas una nueva conciliación obligatoria en el conflicto de Cerámica Cortines sin acuerdos entre la empresa y los sindicatos. De los 60 despedidos, 20 aceptaron un retiro voluntario, mientras Nación evalúa un preventivo de crisis que podría derivar en más cesantías. La conciliación obligatoria dictada por la Delegación local del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires en el conflicto de Cerámica Cortines llegó a su fin este martes sin avances ni acuerdos.

El proceso había sido iniciado tras el despido de 60 trabajadores por la fuerte caída de ventas de la empresa, aunque durante las audiencias solo se logró que 20 de ellos aceptaran un retiro voluntario en cuotas.

Los sindicatos de la Agrupación Obrera de la Cerámica y la Asociación Obrera de la Cerámica ratificaron en el acta de cierre su rechazo a todas las cesantías y denunciaron incumplimientos por parte de la patronal. Mientras tanto, la empresa presentó un procedimiento preventivo de crisis ante el Ministerio de Capital Humano de la Nación, en el que solicita autorización para una reestructuración que incluye reducción de personal, indemnizaciones en cuotas y un recorte del 40% de la planta.

Eskabe

La histórica empresa de calefactores Eskabe, ubicada en Mar del Plata, despidió a cinco trabajadores debido a la drástica caída en sus ventas, un reflejo de la crisis económica que golpea a la ciudad. Estos despidos, que incluyen a un empleado con más de 30 años de antigüedad, se realizaron con indemnizaciones completas, aunque la empresa presenta atrasos salariales. La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Mar del Plata expresó su profunda preocupación, ya que la situación de Eskabe refleja una problemática generalizada en la industria local, agravada por la baja en el consumo y la peor temporada de vacaciones de invierno en 20 años.

La situación económica, con una inflación que disminuye pero una actividad económica débil, exacerba la incertidumbre. El secretario general de la UOM, José Luis Rocha, advirtió sobre la necesidad de un cambio en el modelo económico para evitar que la situación se agrave y afecte aún más al empleo industrial en la ciudad. La falta de consumo se extiende a otros comercios locales, lo que indica una crisis generalizada que requiere soluciones urgentes.

Textilana

La fábrica textil Textilana, ubicada en Mar del Plata y proveedora de la marca Kosiuko, se encuentra en una situación crítica debido a una drástica disminución de las ventas, lo que derivó en un proceso de despidos y cesantías que afecta a trabajadores de menor antigüedad. La delegada de la Comisión Interna, María Dematteis, denunció la falta de comunicación por parte de la empresa, la precaria situación salarial (con salarios por debajo de la línea de pobreza y un bono congelado), y la creciente incertidumbre entre los empleados. La situación se asemeja, según Dematteis, a las políticas de ajuste de los años 90, exacerbada por la alta informalidad laboral en el sector.

La crisis en Textilana no solo impacta en los empleados despedidos, sino también en aquellos que continúan trabajando, muchos de los cuales deben recurrir a trabajos adicionales para llegar a fin de mes debido a los bajos salarios. La reducción de la plantilla, de 350 a cerca de 200 empleados en los últimos años, refleja la gravedad de la situación. A pesar del miedo y la falta de apoyo de los dirigentes, la Comisión Interna busca organizarse para resistir los despidos y luchar por mejores condiciones laborales.