El Gobierno insiste en que el 9 de Julio hará frente a los pagos de amortización y renta de los bonos Globales de legislación extranjera y los Bonares de legislación local por más de 4.000 millones, pero no logra seducir a los inversores que se siguen desprendiendo de los títulos argentinos que abrieron la semana en baja y acumulan una pérdida de 10% en el año. Los bonos, que con la cotización terminan reflejando el Riesgo País y la capacidad del Gobierno de emitir nueva, cayeron el lunes en las operaciones en dólares y perdieron todavía más en pesos, lo que mejoró el tipo de cambio implícito mientras el Riesgo País subió a 687 puntos.
Los ADR, las acciones de las empresa argentinas que cotizan en Wall Street, también registraron pérdidas de entre uno y dos por ciento, con picos en Globant, una empresa que cayó a la mitad de su valor en lo que va del año, y Mercado Libre, que retrocedió 2,7%.
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Mientras, en el sector privado se siguen sucediendo los default de deuda, ahora de la empresa Aconcagua Energía, una petrolera que fracasó hace dos semanas en un intento de colocar deuda por 250 millones de dólares para renovar vencimientos y este martes comunicó a la Comisión Nacional de Valores que iniciará un proceso de reestructuración de la deuda.
El equipo del presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo esperaba para esta altura del año un rally alcista de los bonos, similar a la que registraron en el cierre del año pasado y los primeros días de enero, previo al pago de los servicios de amortización y renta del 9 de enero, por un monto de unos 4.400 millones de dólares.
Ahora, a tres semanas de un nuevo pago, los bonos y las acciones acumulan tres ruedas de pérdidas y el costo de financiamiento al que pudo acceder el Gobierno para cumplir con la cláusula impuesta por el Fondo Monetario Internacional de acumulación de reservas se ubicó entre 13% y 15% en dólares.
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En el mercado atribuyen el mal clima para los bonos y acciones locales al inicio del proceso electoral, que se adelantó con la decisión de la Corte Suprema de Justicia de apurar el fallo para hacer efectiva la detención de la ex presidenta Cristina Fernández e impedir su postulación en las elecciones legislativas.
La decisión de Cristina de jugar electoralmente cambió el ánimo de los inversores y ninguna de las estrategias elegidas por el oficialismo y el poder económico logra revertir el temor que despierta: si competía como era la estrategia del oficialismo libertario, el riesgo de un buen resultado hubiera asustado a los mercados, mientras que la decisión de proscribirla como impulsó el establishment favorece una unidad del peronismo que lo hace más competitivo. "Estamos en una etapa donde nadie mira los números de la economía, ni los resultados fiscales ni los resultados de los balances. Los únicos números que importan son los que muestran las encuestas y por ahora, no se ve nada claro”, razonó un operador del mercado.
El mercado da por descontado que la administración de Milei mantendrá el ajuste fiscal aún en el proceso electoral, por lo que cualquier mal número que surja potenciará la pérdida de valor de los bonos y acciones y empezará a impactar en la expectativa de devaluación y en una nueva aceleración del proceso inflacionario.
La caída de la recaudación de mayo obligó a postergar pagos para cumplir con la meta de superávit, pero trasladó el problema fiscal para junio cuando empieza a pesar el pago del sueldo anual complementario para los empleados del sector público.
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Varios analistas estiman que si no es en junio, en julio habrá déficit primario superior al que explicaría el pago del medio aguinaldo si no logran revertir la caída de la recaudación, que empieza a reflejar el menor nivel de actividad económica que se expresan diversos indicadores públicos y privados desde abril pasado.
En ese contexto, varias empresas han declarado default este año, incluyendo a Celulosa Argentina, Albanesi (con sus filiales Generación Mediterránea y Central Térmica Roca) y empresas del sector agropecuario como Red Surcos, Los Grobo, y Agrofina, a la que ahora se sumó Aconcagua Energía, una petrolera de actividad en Vaca Muerta y que era reconocida por su gestión financiera.