Este miércoles, comenzó en el Palacio San Martín -sede de la Cancillería argentina- la cumbre del Mercosur en Buenos Aires, que terminará este jueves con la reunión de presidentes que formalizará el traspaso de la presidencia pro témpore del bloque comercial, cargo que asumirá el mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva de manos del presidente argentino Javier Milei. La nota de la jornada fue el anuncio de un acuerdo de libre comercio entre el bloque sudamericano y el EFTA (bloque comercial compuesto por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza).
Se trata de un acuerdo comercial con un bloque que integran únicamente países no pertenecientes a la Unión Europea ni a la Eurozona, que se concretó ante las dificultades de avanzar con la entrada en vigencia del acuerdo entre el Mercosur y la UE aprobado originalmente en 2019. De hecho, el EFTA era en el pasado un organismo más grande, pero seis países de Europa Occidental abandonaron el bloque entre los años setenta y noventa para pasar a integrar la UE.
El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea fue aprobado por ambos bloques supranacionales en junio de 2019. Sin embargo, para que entre en vigencia debe ser finalmente aprobado por los parlamentos de todos sus países miembros.
En el caso de Argentina, lo que generó especialmente resistencias fue la posibilidad de que las exportaciones agroindustriales del país se vean perjudicadas por la competencia con bienes del mismo tipo producidos por países europeos. Esto mismo ha dado lugar a reticencia a aprobar el acuerdo por parte de países como Francia. Así, finalmente el Mercosur encontró una forma de lograr una alianza de libre comercio con un bloque alternativo, con socios de mayor PBI per cápita pero de menor peso económico global.
Werthein explicó que "creará un área de libre comercio de casi 300 millones de personas con un PIB consolidado de alrededor de US$4,3 trillones”. “Ambos lados se beneficiarán con mejoras de acceso a los mercados para más del 97% de sus exportaciones lo que se traducirá en un incremento del comercio bilateral y ventajas para empresas e individuos”, indicó el canciller argentino.
Además, Werthein describió a este acercamiento, que sería firmado en los próximos meses, como un puntapié para "nuevas oportunidades de negocios para los agentes económicos en los países del Mercosur, incluyendo al gran número de pequeñas y medianas empresas existentes en cada jurisdicción".
La cumbre del Mercosur en Buenos Aires
Más allá de lo intenso de la jornada de este miércoles en la cumbre del Mercosur, que se desarrolla en el Palacio San Martín, la mira está puesta en el jueves cuando el mandatario argentino le haga el traspaso de la presidencia pro témpore del bloque regional a Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, con quien tuvo fuertes choques durante el ciclo electoral de 2023.
Este miércoles, los anfitriones destacados de la jornada fueron el canciller Gerardo Werthein y el ministro de Economía, Luis Caputo, quienes fueron los protagonistas del apertura y de la primera reunión de los países miembros del Mercosur, que incluyó a los titulares de economía de cada uno de los miembros de derecho del bloque sudamericano.
Además del acuerdo Mercosur EFTA, los estados miembro firmaron otro que establece que cada país puede ampliar hasta 50 rubros las excepciones al Arancel Externo Común (TEC), una de las bases del bloque sudamericano. Esta media había sido solicitada por Argentina pero aceptada por los demás países, ya que los miembros del bloque se vieron afectados por los aranceles estadounidenses y están en proceso de negociación.
Actualmente, Brasil y Argentina tienen derecho a unas 100 excepciones, mientras que Uruguay y Paraguay, economías más pequeñas, tienen un número mucho mayor, de alrededor de 400, pero el aumento será de 50 productos para todos.