En la provincia de Formosa el Observatorio Nova Persei II se erige como un punto clave en la observación y estudio del Sol. Integrado a la Liga Iberoamericana de Astronomía (LIADA) y dependiente del Complejo Astronómico CODE (Centro de Observadores del Espacio) con sede en Santa Fe, esta institución se consolidó como un centro de investigación reconocido por su trabajo constante en el análisis de fenómenos solares.
Bajo la dirección del Raúl Roberto Podestá, físico con especialización en Física Atmosférica y Física Solar, el observatorio desarrolla tareas de observación, registro e investigación con foco en manchas solares, erupciones solares y eyecciones de masa coronal. Estos fenómenos, que tienen efectos concretos sobre la magnetosfera terrestre, sistemas de comunicación, satélites y redes eléctricas, son monitoreados con rigurosidad científica.
Las investigaciones del Nova Persei II apuntan a mejorar los modelos predictivos sobre el comportamiento del Sol y sus efectos en el entorno espacial terrestre. A través de estudios sobre la evolución de la actividad solar en los ciclos solares, que se repiten aproximadamente cada 11 años, el equipo del observatorio construye series de datos que tienen gran valor científico tanto a nivel nacional como internacional.
Compromiso regional con la ciencia solar
La figura del profesor Raúl Roberto Podestá fue determinante para posicionar al observatorio en el mapa de la investigación astronómica. Miembro activo del Comité Científico de la LIADA y del CODE, su liderazgo contribuyó a consolidar un grupo de trabajo comprometido con la excelencia científica. Además de aportar al conocimiento global, el observatorio fomenta la formación de nuevas generaciones de astrónomos y científicos en el norte argentino.
Entre las líneas de trabajo actuales, se destaca la investigación sobre la correlación entre la cantidad de manchas solares y el nivel de actividad solar, así como el análisis del impacto de erupciones sobre la Tierra. Estos estudios permiten alertar sobre posibles perturbaciones en la tecnología humana causada por fenómenos del clima espacial, cuya relevancia crece en un mundo cada vez más digitalizado y dependiente de infraestructuras sensibles.
El Observatorio Nova Persei II representa un ejemplo de descentralización científica, además de aportar el conocimiento de alta calidad desde una región históricamente alejada de los grandes centros académicos del país. Su labor en la observación solar no solo ayudó a fortalecer la soberanía científica argentina, sino que también coloca a Formosa en el centro de una red de investigación estratégica para comprender mejor nuestro entorno cósmico y anticipar amenazas solares que podrían afectar la vida cotidiana en la Tierra.