El grupo rebelde M23, respaldado por Ruanda, las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) y otros grupos armados cometieron graves violaciones de derechos humanos en el este de la República Democrática del Congo que pueden equivaler a crímenes de guerra, afirmó el viernes la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.
El M23, las FARDC y otros grupos armados han sido responsables de graves violaciones del derecho internacional humanitario desde finales del año pasado, cuando comenzaron los combates en Kivu del Norte y Kivu del Sur, según un nuevo informe de la Misión de Investigación de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU.
"Las atrocidades descritas en este informe son horribles", dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, en un comunicado, en el que pedía responsabilidades por las víctimas.
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El M23 se apoderó de Goma, la mayor ciudad del este del Congo, en enero y siguió avanzando por las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur. Los combates han causado miles de muertos y cientos de miles de desplazados este año, y han aumentado el riesgo de una guerra total en una región rica en estaño, oro y coltán.
Aunque múltiples organismos de derechos humanos y la ONU han acusado a las partes en el conflicto del Congo de graves atrocidades, este es el primer informe de la ONU que concluye que esos abusos pueden haber constituido crímenes contra la humanidad.
El informe concluye que el M23, dirigido por tutsis, llevó a cabo ejecuciones sumarias, torturas y desapariciones forzadas, lo que puede constituir crímenes de lesa humanidad.
El grupo también utilizó la violencia sexual sistemática, incluidas las violaciones colectivas, principalmente contra mujeres, con la intención de "degradar, castigar y quebrantar la dignidad de las víctimas", según el informe.
El M23 recibió entrenamiento y apoyo operativo de las Fuerzas de Defensa Ruandesas, y hubo denuncias creíbles de la presencia encubierta de personal de las Fuerzas de Defensa de Ruanda dentro del M23, según el informe.
Ruanda ha negado en repetidas ocasiones que apoye al M23 y afirma que sus fuerzas actúan en defensa propia contra el ejército del Congo y milicianos de etnia hutu vinculados al genocidio ruandés de 1994.
El M23 también ha negado anteriormente las acusaciones de haber cometido atrocidades.
El informe también concluía que las fuerzas armadas de la RDC y grupos armados afiliados, como las milicias progubernamentales conocidas como Wazalendo, habían cometido graves transgresiones, como violaciones colectivas, asesinatos deliberados de civiles y saqueos.
Tras la mediación de Qatar, el Congo y los rebeldes firmaron el 19 de julio una declaración de principios en la que se comprometían a empezar a negociar un acuerdo de paz en agosto. Sin embargo, ambas partes han incumplido el plazo.
Con información de Reuters