El departamento Chamical protagoniza una transformación significativa en su infraestructura hídrica, que fue impulsada por el Gobierno de La Rioja y orientada al desarrollo productivo rural. En un contexto de emergencia hídrica y con recursos propios, se puso en marcha una serie de obras que permiten aprovechar el excedente del dique La Aguadita mediante la construcción de un nuevo acueducto y represas.
Este avance es resultado de una política pública solicitada por la intendenta Dora Rodríguez y respaldada por el gobernador Ricardo Quintela. La planificación incluyó el fortalecimiento del muro de trasvase, la instalación de bombas de impulsión, el recrecimiento del dique en 80 centímetros y el mantenimiento permanente del cauce del río Tirante. Gracias a estos trabajos, el dique La Aguadita alcanzó su nivel máximo y hoy desborda, permitiendo canalizar ese excedente hacia zonas rurales.
Una obra que mejora la calidad de vida
Desde el vertedero del dique, se construye un acueducto que lleva agua hacia los parajes rurales de El Molle y Los Horneros, además de beneficiar a decenas de familias que dependen de la ganadería para su subsistencia. Además, se llenan represas destinadas al consumo animal, un recurso clave en la región de los Llanos riojanos.
"Gracias a este trabajo que nos encomendó el gobernador Quintela, hoy no solo garantizamos agua para el consumo humano, sino que también podemos aprovechar el excedente para llenar represas destinadas al abastecimiento de animales, fundamental para el sector productivo de los Llanos", señaló el ministro de Agua y Energía, Adolfo Scaglioni.
Estas obras representan una fuerte inversión provincial, sostenida pese al contexto adverso de recortes en las transferencias nacionales. "Cada litro de agua disponible se aproveche al máximo, y eso estamos haciendo con trabajo técnico y compromiso territorial", sostuvo el gobernador Quintela, quien consideró este tipo de iniciativas como estratégicas para asegurar el bienestar de las comunidades rurales.
Por su parte, la intendenta Dora Rodríguez también valoró el impacto de los trabajos: "Estas obras cambian la vida de nuestra gente, porque con el agua asegurada no solo se vive mejor, también se produce mejor". El proyecto en Chamical se convierte en un ejemplo de gestión integral del agua, ya que además articula soluciones a problemas estructurales con una visión de desarrollo inclusivo.
A partir de una combinación de planificación, inversión pública y territorialidad, se garantiza un recurso fundamental como el agua, que permite no solo enfrentar contingencias, sino también proyectar crecimiento económico. El plan se inscribe dentro de una estrategia más amplia del Gobierno provincial que reconoce al agua como derecho humano y motor del desarrollo.