La Primera sección electoral no sólo quedó determinada como la de mayor cantidad de votantes de la provincia de Buenos Aires, de acuerdo al último padrón, sino que suele actuar como balanza de los comicios: cuando la gana el peronismo, triunfa en la Provincia; cuando pierde, cae en el total bonaerense. Por eso, la lupa de la campaña está puesta en lo que suceda en esa constelación de 24 municipios de variada estructura social que tiene al ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis, por Fuerza Patria, y al intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, de La Libertad Avanza, como principales candidatos a senador, pero con el gobernador Axel Kicillof y el presidente Javier Milei como contendientes de fondo. Según una encuesta concluida esta semana, las dos fuerzas principales arrancaron en paridad, con un 13% de indecisos que definirán el resultado final. En el comando de Fuerza Patria, sin números precisos, imaginaban estar unos seis puntos abajo.
Con el padrón de extranjeros incluido, la Primera sección electoral reúne un total de 5.131.861 votantes, 30 mil más que la Tercera sección. La diferencia es que la Tercera sección se da por hecho el triunfo del peronismo con la vicegobernadora Verónica Magario encabezando la boleta de Fuerza Patria contra la intrigante postulación del ex comisario Maximiliano Bondarenko, la jugada más rara de La Libertad Avanza. En FP también tienen buenas perspectivas para la Octava sección, correspondiente a La Plata, donde el diputado camporista Ariel Archanco enfrentará a Francisco Adorni, hermano del vocero presidencial. Las cinco secciones correspondientes al interior bonaerense -que suman un total de 3,5 millones de electores-, suelen ser esquivas para el peronismo y, en buena medida, compensan la diferencia que pueda obtener en la Tercera. Por eso, lo que suceda en la Primera sección será determinante.
En la elección de medio término de 2021, Unión por la Patria obtuvo el 39% contra el 39,2% del Pro y el 7,8% de La Libertad Avanza, que ahora van juntos. El resultado final de aquella contienda en Provincia fue a favor del Pro con el 39,7%, contra el 38,6% de UP y el 7,5% de LLA. Es algo que se verifica en casi todos los comicios legislativos: como si se tratara de una mesa testigo, el resultado de la Primera sección es muy parecido al del total provincial. Tiene que ver con la combinación de municipios con preeminencia de sectores populares -tradicionalmente votantes del peronismo- con otros con predominio de clase alta, por lo general antiperonista. "Creció mucho el voto conservador", analizaban en Fuerza Patria los cambios acontecidos en el norte del GBA.
La estrategia del peronismo se sostendrá en la campaña que lleven adelante los intendentes. De los 24 municipios que componen la Primera, 18 pertenecen a Fuerza Patria. En este primer comicio desdoblado de la historia, el trabajo territorial será fundamental y los jefes comunales se comprometieron a redoblar esfuerzos en una reunión que se realizó días atrás en San Fernando de la que participaron Katopodis, Kicillof y Sergio Massa. El primer candidato de Fuerza Patria, además, fue dos veces intendente de San Martín y mantiene la conducción política del municipio, el más poblado de la Primera. Como ministro a cargo de la obra pública, mantiene un vínculo fluido con todos los intendentes. Incluso, se dieron los casos de Mario Ishii (José C.Paz) y Leo Nardini (Malvinas Argentinas), que se colocaron al frente de la boleta de concejales como testimoniales para traccionar todo lo posible. Los demás optaron por funcionarios reconocidos de sus gestiones.
La suma de los 18 municipios que encabezan los intendentes de Fuerza Patria contra los cuatro que manejan jefes comunales de LLA y el Pro daría matemáticamente para el triunfo de la coalición peronista en la Primera. Pero se dan algunas circunstancias particulares. Por ejemplo, que en estos últimos tiempos los municipios que más crecieron en población fueron justamente los del corredor norte, los de mayor poder adquisitivo y afines a la ultraderecha gobernante. Otro condicionante es la escasa participación electoral que se viene registrando en todas las elecciones provinciales, clave en el caso bonaerense. Esa expresión de desencanto es más marcada en los sectores populares, por lo que el Partido Justicialista arrancó una campaña de afiches instando a ir a votar el 7 de septiembre. La baja de electores favorece a los candidatos de Milei, como se verificó en el comicio en CABA.
Un problema adicional estará puesto en lo que pueda sacar el candidato de Somos Buenos Aires, el intendente de Tigre, Julio Zamora, el único postulante de esta coalición centrista de origen peronista. Es de imaginar que lo que obtenga será, principalmente, a costa de Fuerza Patria. De acuerdo al sondeo publicado esta semana por la consultora Ceop Latam, Zamora encabeza el ránking de imagen de intendentes del GBA, en el que le siguen dos jefes comunales del peronismo de la Primera sección: Federico Achával (Pilar) y Leo Nardini (Malvinas Argentinas). Cuarto quedó el vecinalista Jaime Méndez (San Miguel), quinta Mariel Fernández (Moreno) y sexta la macrista Soledad Martínez (Vicente López). Todos de la Primera sección. Más allá de esa buena imagen, en Fuerza Patria creían que Zamora no superaría los 3 o 4 puntos, principalmente de electores de Tigre y Hurlingham. Eso porque el armado centrista de Somos Buenos Aires terminó bastante deshilachado, sin proyección nacional. Con todo, esos pocos puntos perjudicarán más al peronismo.
El presidente Milei ingresará la semana próxima en la campaña bonaerense cuando se saque fotos con los principales candidatos de LLA y los presente en las redes sociales. Diego Valenzuela es de los más conocidos y con mejor manejo mediático, dado su pasado televisivo. Sin embargo, en Fuerza Patria planteaban que su popularidad dependerá mucho de la situación económica, con una realidad que golpea mucho el cordón productivo del GBA. "La gente va a empezar a mirar a los candidatos en los últimos 15 días. Y hay que ver cómo evoluciona la inflación después de este repunte del dólar, la situación está muy complicada", evaluaba un intendente de Fuerza Patria. La idea de un control de variables como el dólar y la inflación podrían resultar decisivas en el último tramo de la campaña electoral, especialmente en los sectores que vienen más golpeados.
No es una elección sencilla para medir. Se trata de ocho secciones diferentes, con distintos electorados y comportamientos, y también es una intriga el nivel de participación. Una encuesta bonaerense reciente de la consultora Proyección, que dirige Santiago Giorgetta, mostró una gran paridad tanto en la imagen de Milei, Kicillof y Cristina Kirchner, como en intención de voto, con Frente Patria apenas 1,4 puntos -38,4 a 37%- arriba en toda la provincia. En la Primera seccióm también le dio empate, con la inseguridad al tope de las preocupaciones ciudadanas, por encima de los ingresos y de la inflación. Por eso, según como se muevan esa variables en el último tramo de la campaña podrían definir el resultado final. Todo en un marco de equilibrio extremo. Por eso, había dirigentes locales que se impacientaban porque -sostenían- que la campaña de Fuerza Patria no terminaba de arrancar. "Venimos haciendo todo a pulmón mientras que a Valenzuela lo ves en todas las redes sociales. Nos estamos quedando atrás", rumiaba un dirigente de un municipio del norte del Conurbano.
Ese dirigente sumaba un último elemento para el análisis, el de las campañas solapadas. El 17 de agosto se definirán las candidaturas a diputado para las elecciones legislativas de octubre, por lo que habrá tres semanas en las que esos candidatos a diputados nacionales coincidirán en la campaña con los candidatos a legisladores provinciales. El resultado de la elección bonaerense del 7 de septiembre, el último test local antes de las nacionales, será doblemente importante. Las candidaturas y los temas de discusión se van a mezclar -y habrá interesados en que se mezclen-, con lo que lo nacional y lo territorial terminarán confundiéndose. Los próximos días resultarán claves.