El intento del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de dejar atrás varios escándalos de corrupción se vio opacado el sábado por la dimisión por acusaciones de acoso sexual de un colaborador al que acababa de ascender como parte de la remodelación del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Francisco Salazar ofreció su dimisión como adjunto a la secretaría general de la organización y pidió que se investiguen las acusaciones, según informó el PSOE en un comunicado. La formación anunció una investigación inmediato, añadiendo que no se había presentado ninguna denuncia a través de sus canales habituales.
La web de noticias de izquierdas elDiario.es citó a una integrante del PSOE que acusó a Salazar de hacer comentarios obscenos sobre su ropa y su cuerpo, invitarla a cenar a solas y pedirle que durmiera en su casa mientras trabajaba en un puesto subordinado a él en el Palacio de la Moncloa, la residencia oficial y lugar de trabajo del presidente del Gobierno.
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Reuters no pudo ponerse en contacto de inmediato con Salazar para recabar sus comentarios.
El escándalo en el que se ha visto envuelto Salazar se conoció justo cuando Sánchez iba a intervenir en la sede del PSOE en Madrid, donde tenía previsto anunciar medidas para calmar a los miembros de su partido preocupados por el daño a su reputación y su capacidad de supervivencia.
Con una hora de retraso sobre el horario previsto, Sánchez hizo un llamado para que cualquier mujer que sufra abusos sexuales utilice los canales que el partido pone a su disposición para denunciarlos.
"Si pensamos que el cuerpo de una mujer no está en venta, en nuestro partido no puede haber cabida para cualquier comportamiento contrario a ello", afirmó, sin mencionar a Salazar.
El lunes, un juez del Tribunal Supremo ordenó el ingreso en prisión preventiva de Santos Cerdán, uno de los más altos cargos del PSOE, acusado de orquestar comisiones ilegales a cambio de la adjudicación de contratos de obras públicas. Cerdán niega las acusaciones, que forman parte de una amplia investigación que amenaza con desestabilizar al gobierno de Sánchez.
El PSOE nombró el sábado a Rebeca Torró sustituta de Cerdán como secretaria de Organización y a dos adjuntos. Salazar habría sido el tercer vicesecretario.
Sánchez anunció varias medidas contra la corrupción, entre ellas reformas en la maquinaria del partido "para evitar la excesiva concentración de poder" y proporcionar anonimato a los denunciantes.
Asimismo, se mostró desafiante sobre su capacidad para seguir gobernando: "El capitán no se desentiende cuando viene mala mar, se queda a capear el temporal".
La coalición minoritaria liderada por los socialistas se apoya en una vaga alianza de partidos nacionalistas y de extrema izquierda para aprobar leyes. Hasta ahora, esos aliados han dicho que no piensan apoyar la petición del conservador Partido Popular de celebrar una moción de censura que precipitaría unas elecciones.
(Editado en español por Carlos Serrano)