El brote de fentanilo contaminado, una de las drogas más mencionadas a nivel mundial, dejó hasta ahora 96 muertes confirmadas en Argentina. En este contexto, autoridades sanitarias de La Rioja confirmaron el secuestro de casi 200 ampollas pertenecientes al laboratorio HLB Pharma, uno de los involucrados en la investigación nacional, y subrayaron que en la provincia no se registraron muertes por el consumo de esta droga.
El director de Fiscalización Sanitaria, Federico Montivero, explicó que el fentanilo es un opioide “70 veces más potente que la morfina”, de uso exclusivo en procedimientos quirúrgicos o en terapia intensiva, y cuya distribución se realiza únicamente entre droguerías y farmacias hospitalarias. “No existe que una farmacia le venda fentanilo a una persona con receta. Si aparece fuera del circuito hospitalario, es mercado negro”, advirtió en comunicación con medios locales.
Tras conocerse la alerta, el Ministerio de Salud provincial inspeccionó hospitales, clínicas y la Droguería Central. Allí se detectaron 47 ampollas en un establecimiento y 145 en otro, todas de HLB Pharma. “Están identificadas, rotuladas y no se usaron ni en el sistema público ni privado. ANMAT nos indicará el procedimiento para su devolución y análisis”, señaló Montivero.
Aunque aún no se confirmó si corresponden a los lotes denunciados, por precaución no se permitirá su uso. Además de HLB Pharma, el Laboratorio Jammallo también está bajo investigación, con restricción total de comercialización. “Ningún producto de estos laboratorios puede venderse en farmacias. Si ANMAT nos notifica sobre otros medicamentos de consumo masivo, vamos a retirarlos uno por uno”, concluyó el funcionario.
La Rioja como referente sanitario nacional
En un contexto nacional atravesado por la precarización laboral en áreas clave como la salud, la provincia de La Rioja se destaca por garantizar condiciones laborales dignas para sus médicos residentes. Mientras en jurisdicciones como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires los profesionales en formación denuncian sueldos por debajo de la línea de pobreza, jornadas extenuantes y ausencia de cobertura social, la gestión riojana eligió otro camino: reconocer, jerarquizar y sostener a quienes cumplen un rol fundamental en el sistema público de salud.
En el Hospital Garrahan, uno de los centros de mayor referencia del país, los residentes perciben actualmente salarios de 797 mil pesos mensuales sin aportes jubilatorios, sin obra social ni estabilidad laboral, además de enfrentar jornadas laborales que superan las 60 horas semanales. En contraste, según información difundida por el gobierno provincial, en La Rioja los médicos residentes cobran más de un millón de pesos mensuales, cuentan con obra social, aportes jubilatorios, licencias, aguinaldo, adicionales y forman parte del régimen general de aumentos salariales de la administración pública.
En 2022, el gobernador Ricardo Quintela incorporó a los residentes a la Planta Transitoria del Estado bajo la categoría A1. Este reconocimiento formal no solo implicó una mejora salarial, sino también el acceso a todos los derechos laborales que corresponden por ley. Se trata de una política que apunta a garantizar calidad formativa sin sacrificar derechos, entendiendo que quienes se están formando hoy sostienen también el presente del sistema sanitario.
La medida cobra aún más valor si se tiene en cuenta el rol de estos profesionales durante la pandemia de COVID-19, cuando estuvieron en la primera línea de atención frente al colapso hospitalario y la incertidumbre. En La Rioja, ese compromiso tuvo respuesta institucional: inversión en infraestructura, aumento de salarios y condiciones de trabajo dignas.