Alemania deportó el martes a un delincuente convicto a Siria por primera vez desde el inicio de una guerra civil de 14 años en ese país, mientras el Gobierno de Berlín intenta demostrar a los votantes que está abordando sus preocupaciones sobre la migración.
Alrededor de un millón de sirios viven en Alemania, un legado de la política de puertas abiertas de la excanciller Angela Merkel, pero la migración encabeza ahora las encuestas sobre las preocupaciones de los votantes y ha aumentado el apoyo a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
En respuesta, el canciller conservador Friedrich Merz ha adoptado una línea más dura en materia de seguridad fronteriza y migración, prometiendo acelerar las deportaciones. Siria se ha convertido en el centro de atención desde el fin de la guerra civil el año pasado.
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El delincuente sirio fue entregado a las autoridades de Damasco el martes por la mañana, informó el Ministerio del Interior, que añadió que otro delincuente fue enviado a Afganistán, la segunda deportación a ese país en una semana.
"Las deportaciones a Siria y Afganistán deben ser posibles", dijo el ministro del Interior, Alexander Dobrindt.
"Nuestra sociedad tiene un interés legítimo en garantizar que los delincuentes abandonan nuestro país", dijo.
Los críticos han argumentado que deportar a los migrantes de vuelta a los dos países los pondría en un riesgo excesivo.
El hombre enviado a Siria había cumplido condena en el noroeste de Alemania por robo con agravantes, lesiones y extorsión. El delincuente afgano había estado en prisión en el sur de Baviera por, entre otras cosas, lesiones corporales intencionadas.
Con información de Reuters
