Fan de Trump e incondicional de Netanyahu: Milei lleva a la Argentina a un aislamiento inédito

No es la primera vez que un gobierno argentino le pide ayuda a Estados Unidos, pero nunca antes la sumisión fue tan explícita y pública. Los efectos del alineamiento total con Washington e Israel en el contexto internacional actual.

28 de septiembre, 2025 | 00.05

La presencia de Javier Milei en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), la segunda desde que asumió el poder, dejó cristalizado el mapa de aliados que el libertario pretende para su gobierno. No es demasiado sofisticado, más bien todo lo contrario y se limita a dos países: Estados Unidos e Israel. Con la potencia norteamericana lo une una admiración propia de un fan a una estrella de rock o una celebridad global y, por ende, a un proyecto anti-globalista que Donald Trump expresó con furia. 

Por eso, Milei decidió jugar todas sus cartas para lograr un préstamo con el Tesoro que no hace más que aumentar el endeudamiento externo y la dependencia total del gobierno de Trump. No sería la primera vez en la historia que ocurre pero hay un dato que expone el nivel de sumisión del libertario con Washington: desde que asumió no fue recibido en una reunión bilateral formal en la Casa Blanca por Trump

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Una relación bilateral con mucha historia

Si revisamos la historia encontraremos el encuentro de Raúl Alfonsín con Ronald Reagan, Carlos Menem con George Bush padre y Bill Clinton, Fernando De la Rúa con George W Bush quien también recibió en la Casa Blanca a Néstor Kirchner, Cristina con Barack Obama, Mauricio Macri con Donald Trump y Alberto Fernández con Joe Biden. Todos tuvieron una reunión formal con agenda y firmas de cooperación en diferentes sectores, además de recibirlos en Buenos Aires en muchos casos. 

Milei nada. Una reunión de cinco minutos en medio de un foro de la Conferencia de Acción Conservadora (CPAC) en febrero de este año y este encuentro de 20 minutos en donde solo habló Trump y le regaló un tuit impreso como un elogio. Dominio y sumisión que al menos por ahora solo se expresa en una defensa al ideario MAGA sin beneficios económicos para la Argentina.

Milei es, de alguna manera, una muestra que Estados Unidos quiere vender como parte de un esquema de lealtad absoluta que no pueden dejar caer porque sería el fracaso de su propio espíritu conservador y de ultraderecha. 

El Presidente quedó contento con eso y, más allá de alguna selfie de ocasión, presencia en la gala del Atlantic Council en la Ciudad de Nueva York, donde recibió el Global Citizen Award 202 no tuvo ninguna reunión relevante, ni promesas de inversión que impulsen el desarrollo y nada que augure un horizonte de mediano o largo plazo auspicioso para el país. Solo una deuda fenomenal atado a una elección de medio término que el gobierno tiene muchas chances de perder o, en el mejor de los escenarios, ganar por poco.

El discurso de Milei expresó este alineamiento en su discurso que contuvo la retórica conservadora, anti-globalista y anti-multilateralismo, elogios desmedidos a la gestión de Trump y una defensa cerrada al accionar militar de Israel en el momento de mayor aislamiento de Benjamín Netanyahu por el genocidio en la Franja de Gaza. 

La Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre los territorios palestinos ocupados que depende del Consejo de Derechos Humanos emitió una declaración en donde acusa a Israel de cometer "un genocidio”. Se da además cuando una serie de países centrales, liderados por Francia empezaron a reconocer al estado palestino, en un abierto desafío a Netanyahu, aunque sin mayores consecuencias concretas en el conflicto. Estados Unidos vetó el jueves una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exigía un alto al fuego inmediato y permanente en Gaza y la liberación de rehenes, después de afirmar que el esfuerzo no iba lo suficientemente lejos en condenar a Hamas.

El prestigio internacional de Israel está cayendo. Reino Unido, Canadá y Australia también se sumaron al reconocimiento del Estado palestino, algo que ya habían hecho países como Francia y España y los que oficiaban de aliados están tomando distancia, como Italia y Egipto, cuyo presidente Abdel Fatah al Sisi dijo ante el Congreso de su país que estaba preparado para un enfrentamiento con Israel, algo que ya mencionan la mayoría de los países árabes y Turquía. 

La posición de Argentina respecto de los dos Estados rompe con una tradición diplomática histórica que respetaron todos los gobiernos y lo deja pegado a Estados Unidos, Paraguay y un puñado de islas que responden a los intereses de Washington. 

Ya sea por torpeza o dogmatismo, Milei camina en un aislamiento inédito con poca relación con los países europeos, incluyendo a su amiga Giorgia Meloni que demostró astucia y pragmatismo para combinar la agenda ultra con la seriedad de gobernar una de las economías más importantes de Europa, un alineamiento con Estados Unidos que puede dañar la relación con China y un vínculo regional de abandono a la sociedad con Brasil y Uruguay y que ni siquiera se preocupa por potencias un eje de derecha con Paraguay y Ecuador. 

El cambio de mando que se vendrá en Bolivia y las chances de la derecha de volver a Chile podrían darle un mapa más favorable pero no queda claro si construir un eje de esas características es algo que le interese.