Qué significan y qué escenarios abren los ataques de EEUU contra Irán

Aunque Trump ha coqueteado con la idea de un cambio de régimen en Teherán, no atacó la cúpula de la estructura de poder político y militar como sí lo hizo Israel. ¿Siguen las negociaciones? ¿Irán abandonará el Tratado de No Proliferación? La advertencia de Rusia.

22 de junio, 2025 | 12.14

El jueves el presidente Donald Trump aseguró en un comunicado escrito que se tomaría dos semanas para analizar si se sumaba a la guerra de Israel contra Irán. Tres días después, lanzó una de las mayores operaciones militares de Estados Unidos de los últimos tiempos, usó una de las bombas no nucleares más poderosas que posee y atacó las tres principales instalaciones nucleares de Irán. Según Trump, las "destruyó completamente"; desde Irán, sostienen que el daño fue secundario y que el programa nuclear "no puede ser destruido". 

Por ahora es imposible saber realmente cuánto afectaron los ataques al desarrollo nuclear iraní. Lo único certero es Estados Unidos demostró su supremacía militar y que la Organización Internacional de Energía Atómica, la agencia de la ONU liderada por el argentino Rafael Grossi, informó que, por ahora, no registró un aumento de la radiación alrededor de las zonas bombardeadas, lo que descartaría -por el momento- un desastre nuclear. Pero esto no atenúa la denuncia que hizo Irán en las últimas horas. "Estados Unidos no sólo bombardeó las instalaciones nucleares de Irán, bombardeó también la carta de la ONU, el Tratado de No Proliferación Nuclear y el derecho internacional", sentenció el canciller iraní Abbas Araghchi.

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Un ataque ilegal con objetivo limitado

El derecho internacional reconoce que los Estados nacionales tienen el derecho de defenderse cuando son atacados o, excepcionalmente, pueden lanzar un ataque preventivo, cuando existe una amenaza de ataque inminente contra su territorio, ciudadanos o intereses nacionales. Este requisito es muy claro. En el pasado, los gobiernos han defendido este requisito de manera cada vez más subjetiva. Por ejemplo, el gobierno israelí de Benjamin Netanyahu argumentó hace dos semanas que Irán estaba a punto de conseguir desarrollar un arma nuclear -pese a que no existe confirmación independiente de esto de la OIEA- y, por eso, lanzó un ataque preventivo

Una parte importante de la comunidad internacional estaba criticando la decisión de Netanyahu de iniciar una guerra con Irán cuando Trump decidió sumarse a los bombardeos y, esta vez, ni siquiera argumentó una amenaza inminente a su país, como en el pasado hicieron sus antecesores.

"Por 40 años, Irán ha dicho: 'Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel'. Ha matado a nuestra gente, hizo explotar sus brazos, sus piernas con bombas escondidas en rutas y caminos, es su especialidad. Perdimos más de mil personas y cientos de miles a lo largo de Medio Oriente y en el mundo han muerto como un resultado directo de su odio, en particular, muchos fueron asesinados por su general Qassem Soleimani. Decidí hace mucho tiempo que no iba a permitir que esto pase. No seguirá pasando", aseguró el sábado a la noche Trump en un mensaje a la nación y el mundo desde la Casa Blanca, junto a su vice y sus secretarios de Estado y de Defensa.

En otras palabras, atacó Irán por la violencia de las últimas cuatro décadas y mencionó con nombre y apellido a un comandante iraní que el propio Estados Unidos asesinó en un ataque contra el aeropuerto de Bagdad, Irak, en 2020. Nada más lejos de una amenaza inminente. 

Aunque el gobierno de Netanyahu celebró y agradeció los ataques estadounidenses, Trump dejó claro en su mensaje que su objetivo -de vuelta, al menos por ahora- no son los mismos que los de Israel, en donde las autoridades han llamado una y otra vez a un cambio de régimen en la República Islámica de Irán y el asesinato de su máximo líder, el ayatollah Ali Jamenei, de 86 años y en el poder desde 1989. "Nuestro objetivo fue la destrucción de la capacidad de enriquecimiento nuclear de Irán y detener la amenaza nuclear que supone el promotor de terrorismo más importante del mundo", aseguró el presidente estadounidense y expuso la otra violación al derecho internacional que cometió: está prohibido atacar instalaciones nucleares por la posibilidad de provocar una fuga de radiación que afecte a la población civil y el medio ambiente.

¿Se viene la tercera guerra mundial?

La respuesta corta es por ahora no. Una guerra mundial requiere de la participación de potencias globales enfrentadas y, en el contexto internacional actual, eso significaría que se sumara de alguna manera China o al menos Rusia. Por el momento, Beijing no dio señales de estar dispuesto a romper su tradición de no involucrarse en conflictos armados, especialmente en los que actúa Estados Unidos.

"China condena enfáticamente los ataques de Estados Unidos contra Irán y el bombardeo de instalaciones nucleares, que estaban bajo la salvaguarda de la OIEA. Las acciones de EEUU violan seriamente los objetivos y los principios de la Carta de la ONU y el derecho internacional, y exacerba las tensiones en Medio Oriente. China llama a las partes del conflicto, en especial a Israel, a alcanzar un alto el fuego lo antes posible, asegurar la seguridad de los civiles y empezar un diálogo y una negociación", aseguró un vocero de la Cancillería china este domingo en un breve comunicado. 

Rusia decidió jugar un poco más fuerte que Beijing, también fiel a su estilo. Mientras el canciller iraní se preparaba para viajar a Moscú para reunirse con su par ruso, el gobierno de Valdimir Putin condenaba los ataques estadounidenses en términos muy similares a los de Irán. Pero la amenaza no llegó por estos canales oficiales, sino a través de un hilo de posteos en X del ex presidente, vice-director del Consejo de seguridad de la Federación Rusa y hombre de confianza de Putin, Dmitri Medvedev: "El enriquecimiento de material nuclear -y ahora sí podemos decirlo abiertamente, la producción futura de armas nucleares- continuará. Varios países están listos para proveer directamente a Irán con sus propias cabezas nucleares."

Fue una amenaza lanzada por una red social, un canal no oficial de comunicación, de un dirigente secundario de la estructura de poder político ruso pero con vínculo probado con Putin. Medvedev incluso mandó una advertencia que toca sobre dos de los principales temores de la opinión pública de Estados Unidos, por un lado, y de Israel, por otro. En el primer caso, afirmó alimentando las comparaciones que sobrevuelan por estas horas con la invasión y guerra en Irak: "Estados Unidos está ahora enredado en un nuevo conflicto, ante la perspectiva de una operación terrestre en el horizonte." En el segundo caso, alertó que la posibilidad de un cambio de régimen está cada vez más lejos. "El régimen político iraní sobrevivió y es muy probable que haya salido fortalecido. Las personas se están uniendo alrededor del liderazgo espiritual del país, incluso los que antes eran indiferentes o se oponían".

Sin las principales potencias mundiales decididas a involucrarse directamente, es probable que la escalada militar se materialice, como sucedió en el pasado, a través de proxis, es decir, de aliados. Por ejemplo, las milicias que Irán ha ayudado a financiar y armar en las últimas décadas en Irak, Líbano o Yemen, todos países con capacidad real de atacar a objetivos militares de Israel o Estados Unidos en la región.

¿Nuevas negociaciones o Irán acelerará su desarrollo nuclear?

Un día antes del ataque de Estados Unidos contra Irán, el canciller iraní se reunió en Ginebra con sus pares de las potencias europeas para intentar reactivar las negociaciones que se habían suspendido cuando Israel decidió comenzar a bombardear Irán y matar a varios de sus máximos líderes militares y científicos nucleares. La reunión no produjo resultados, al menos públicos, y este domingo, tras los bombardeos norteamericanos, la Comisión Europea  (CE) -una suerte de Poder Ejecutivo de la Unión Europea- volvió a elegir presionar a Teherán y no condenar ni a Israel ni a Estados Unidos.

"Irán nunca debe conseguir la bomba. Con la tensión en Medio Oriente en un nuevo máximo, la estabilidad debe ser una prioridad y el respeto del derecho internacional es crítico. Ahora es el momento de que Irán se comprometa a una solución diplomática creíble. La mesa de negociación es el único lugar para terminar con esta crisis", escribió en sus redes la titular de la CE, Ursula Von der LeyenUna posición tomó el primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, y el canciller alemán, el conservador Friedrich Merz. El único que no asumió un apoyo claro a Washington fue el presidente francés, Emmanuel Macron, aunque sólo se declaró "preocupado".

A diferencia de lo que sucedió en 2017, cuando Trump en su primera presidencia decidió romper unilateralmente el acuerdo internacional que había logrado suspender el programa nuclear iraní, esta vez las potencias europeas no parecen estar dispuestas a confrontar a su aliado estadounidense y, por consiguiente, también a su socio, Israel.

"La semana pasada estábamos negociando con Estados Unidos cuando Israel decidió reventar esa diplomacia. La semana pasada estábamos dialogando con la Unión Europea y el E3 (Reino Unido, Alemania y Francia) cuando Estados Unidos decidió reventar esa diplomacia. ¿Qué conclusiones extraen ustedes de esto?", se quejó el canciller iraní Araghchi este domingo desde Estambul antes de irse a Moscú, luego que los líderes europeos le exigieran que vuelva a sentarse a negociar. "Ahora resulta que Reino Unido y la alta representante dicen que es Irán quien debe 'regresar' a la mesa de negociaciones, pero ¿cómo podemos regresar a algo que nunca abandonamos y menos aún ahora que ha estallado?", agregó y dejó en claro que no volverán a negociar mientras esté bajo ataque. 

Pero aún si Teherán aceptara negociar, ¿qué tiene para negociar y con quién? El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, aseguró este domingo en una entrevista con el canal de noticias Fox que Irán "usó la diplomacia para esconderse" y que "deben renunciar de inmediato a desarrollar armas nucleares", algo que la República Islámica niega rotundamente desde hace décadas.

Los sucesivos gobiernos de Irán han dicho que el país sólo desarrolla un programa nuclear civil y como principal argumento sostienen que, a diferencia de Israel, ellos son signatarios del Tratado de No Proliferación Nuclear, el acuerdo internacional que desde 1970 busca evitar que se multipliquen los países con capacidad militar nuclear y, en cambio, crezca la cooperación de programas nucleares civiles. En concreto, cuando un Estado firma este tratado se somete, por ejemplo, a la inspección de la OIEA para demostrar que cumple con los limites establecidos para un uso civil y pacífico de la energía nuclear. 

Israel nunca adhirió a este tratado y, de esta manera, logró desarrollar de manera secreta armas nucleares. Pese a las tensiones y las constantes denuncias de Israel y otras potencias, Irán siempre se mantuvo dentro del tratado y, con más o menos limitaciones, mantuvo las inspecciones de la OIEA. Unas horas antes de los ataques de hace dos semanas de Israel, la agencia de la ONU había advertido que Irán había sobrepasado los limites permitidos de enriquecimiento de uranio y, pese a declaraciones explosivas posteriores de su titular Grossi que le valieron críticas internacionales, aún hoy la OIEA sostiene oficialmente que no tiene información que demuestre que Irán está a punto de conseguir un arma nuclear. 

En este contexto, crece una pregunta: ¿por qué Irán se mantendría dentro del Tratado de No Proliferación Nuclear y continuaría sometiéndose a inspecciones de la OIEA? ¿Qué incentivos tiene un país que ya probó firmando un acuerdo con las potencias mundiales y suspendiendo su programa nuclear, solo para que Estados Unidos lo boicoteara cuando cambió de gobierno; o que volvió a sentarse a la mesa de negociación con Washington y las potencias europeas e igual fue atacado? Los fantasmas de Muammar Kaddafi y Saddam Hussein sobrevuelan al hacer estas preguntas. La única manera de sobrevivir a una confrontación declarada con Estados Unidos es teniendo armas de destrucción masiva. El mejor ejemplo: Corea del Norte.

Este lunes, Grossi convocó a una reunión de emergencia de la OIEA en su sede en Viena. La decisión que tome Irán será clave para el futuro, la credibilidad y la relevancia de esta agencia de la ONU y de su titular argentino. 

¿Israel seguirá con su guerra?

En su discurso posterior a los ataques, Trump dio por terminada su operación militar contra Irán, aunque advirtió que si Teherán toma represalias, la respuesta será aún más fuerte. "Habrá paz o habrá una tragedia para Irán como no vimos antes", sostuvo. En ese momento, comenzaron a circular rumores de que Israel también podría frenar sus ataques contra la República Islámica, después de todo habían comenzado bajo el argumento que Irán estaba a punto de conseguir un arma nuclear y ahora su aliado estadounidense afirmaba que había "destruido completamente" las tres principales instalaciones nucleares.

Sin embargo, el vocero del ejército israelí Effie Defrin aclaró que los ataques continuarán. "Tenemos otros objetivos y continuaremos actuando para obtenerlos", sostuvo en una conferencia de prensa. No aclaró cuáles son los otros objetivos, pero al escuchar las declaraciones de ministros y dirigentes israelíes en los últimos días queda claro que la intención es un cambio de régimen, terminar con la teocracia que nació en 1979 de una revolución que puso fin al gobierno autoritario y represivo que empoderó Estados Unidos luego de financiar un golpe de Estado en 1953 para derrocar al gobierno que quería nacionalizar el petróleo en plena Guerra Fría.

Por eso, las fuerzas israelíes no apuntan sólo a científicos o instalaciones nucleares, sino que también golpearon a la cúpula del poder político y militar, y bombardearon zonas civiles. Según la agencia de noticias Fars, cercana al Estado, Israel atacó a 10 ciudades iraníes este domingo. Irán también apuntó contra edificios y objetivos civiles, y este domingo lanzó una nueva tanda de misiles que provocaron más de 80 heridos, según informaron las autoridades israelíes. 

Sin presión internacional real para detener su guerra contra Irán, el gobierno de Netanyahu tiene vía libre para profundizar su supervivencia política a través de la vía militar. Con todas las encuestas pronosticándole una derrota en las próximas elecciones, el premier encontró primero en la ofensiva contra la Franja de Gaza y ahora en la guerra contra Teherán la manera de dejar la crisis política en segundo plano y conservar su cada vez más radicalizada coalición de gobierno. 

Desde que Israel comenzó a atacar a Irán sobrevuela una pregunta: ¿Netanyahu está empujando a Trump a una guerra que el estadounidense no quiere o están trabajando juntos como un equipo, como dijo el propio presidente norteamericano en su discurso del sábado a la noche? La operación militar de Washington de anoche demostró que, por ahora, no están dispuestos a sumarse a todos los objetivos que se plantea Israel, es decir, destruir la República Islámica, no solo su programa nuclear. Pero la reacción internacional también dejó claro que ninguna potencia está dispuesta a poner límites a la radicalización declarada del gobierno de Netanyahu. 

Entonces, surgen otras preguntas: ¿Israel puede solo y por la vía militar derrocar la teocracia iraní o, como dice el ex presidente ruso Medvedev, los ataques están fortaleciendo aún más a la República Islámica? ¿El objetivo de Israel realmente es terminar con el Estado de los ayatollahs o toda escalada regional tiene un objetivo doméstico: la supervivencia para Netanyahu y la expansión colonial sobre Gaza y los otros territorios palestinos ocupados para los ministros más extremistas de su gobierno? ¿Hasta dónde está dispuesto Trump a acompañar su aliado? ¿Está dispuesto a invadir una potencia e iniciar otro período de ocupación estadounidense en Medio Oriente como en la época de la Guerra contra el Terrorismo de George W. Bush?