Tras dejar su función en el gobierno de Donald Trump, Elon Musk se vuelve más peligroso como enemigo. Pese a que el republicano sostuviera que será un amigo y asesor, apenas dejó la administración el hombre más rico del mundo primero cargó fuerte contra el presupuesto del oficialismo y luego acusó al presidente de ser parte del listado de Jeffrey Epstein, reconocido por organizar fiestas con dirigentes políticos, empresarios y artistas con menores de edad. La pelea entre el jefe del Ejecutivo y el multimillonario se da luego que el dueño de X dejara el cargo de la motosierra, con el cual obtuvo una amplia impopularidad, que se tradujo en la quema de sus autos Tesla en protesta y cuestionamientos por la falta de resultados concretos para reducir el déficit.
"Lo siento, pero no puedo soportarlo más. Este proyecto de ley de gastos del Congreso masivo, escandaloso y lleno de carne de cerdo es una abominación repugnante", escribió Musk en la red social X, de la cual es dueño, apenas unas horas después de haberse reunido con Trump en el Salón Oval para despedirse oficialmente de la administración. La crítica que ya había empezado pero de manera más tibia unos días antes, hace referencia al proyecto de presupuesto del republicano que recibió el ok de la Cámara baja y ahora debe discutirse en el Senado. Este fue el primer paso de crítica que luego desencadenaría en una feroz pelea entre el mandatario y el empresario.
Cuando el presidente estadounidense organizó una despedida formal al hombre más rico del mundo, Trump sostuvo que Musk dejó el cargo en DOGE (la sigla con la que se conoce al ministerio de la motosierra en Estados Unidos, pero sería un amigo y asesor de la Casa Blanca. El dueño de la empresa Tesla había comunicado su decisión de dejar la administración, entre otras cosas, porque se había puesto un límite de no estar más de 130 días como funcionario y que debía dedicarse más a sus empresas que a la función pública.
Lo cierto es que primero desde la Casa Blanca intentaron bajar el tono y argumentaron que estaban al tanto de la postura del empresario con respecto al presupuesto y por eso no los sorprendía.
Sin embargo, unas horas más tarde las críticas tomaron otro ribete. Primero fue Trump el que dijo estar desilusionado cuando Musk continuó con las críticas al presupuesto, que para el presidente es “grande y hermoso”, y el dueño de X le cuestiona haber aumentado el gasto en defensa y la deuda nacional. “Estamos añadiendo un billón de dólares a nuestra deuda, que nuestros hijos y nietos tendrán que pagar de alguna manera. Lo único que podremos pagar serán los intereses. Es como una persona a gran escala que ha acumulado demasiadas deudas con las tarjetas de crédito. Esto no tiene buen final. Tenemos que reducir el gasto”, explicó el multimillonario en una entrevista.
Como era de esperar entre dos personalidades efusivas y que comparten absolutamente todo en las redes sin ningún filtro, el empresario fue mucho más allá e hizo una acusación a Trump que sacudió todos los medios de comunicación por el impacto. "Es hora de soltar la bomba: Donald Trump está en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos. ¡Que tengas un buen día, DJT!", lanzó en las redes el multimillonario.
La última acusación de Musk dejó claro que la enemistad entre estos dos poderosos será una de las peleas de las más pueda hablarse este año, dado que seguro estarán dispuestos a contar más cosas el uno del otro. Para completar la saga de acusaciones y dichos, el reconocido asesor trumpista, Steve Bannon, pidió que deporten al empresario sudafricano y hasta que se expropie su empresa de desarrollo espacial porque afirma estar seguro de que es un “inmigrante ilegal”.
La cara del ajuste
El escándalo que estalló entre el presidente y el empresario multimillonario, se dio luego de la salida de un Musk que asumió el cargo de Eficiencia Gubernamental DOGE con el objetivo de reducir el déficit, y como lo sostenían de la administración terminar con la supuesta corrupción de la administración demócrata en cuanto a programas y empleados públicos que no trabajaban, bastante similar a la política de la motosierra aplicada en Argentina. El dueño de X se dedicó a cuestionar a los empleados públicos y fue reconocido por echarlos incluso a través de un mail, donde primero les pedía que describan qué tareas hacían.
Si bien Musk dijo que se retira porque cumplió el límite de 130 días que se había puesto, lo cierto es que detrás de ese argumento está una fuerte caída en su popularidad que registran varias encuestas, además de los sondeos que también rechazaban o consideraban que el DOGE no servía. Sin dejar de lado su costado empresarial, donde sostuvo posturas como respaldar a Alternativa por Alemania en las elecciones de ese país, entre otras, le valieron un boicot a sus autos que comenzaron a incendiar no solo en Estados Unidos sino también en otras partes del mundo, además de sus acciones en caída no solo por su rol sino también como consecuencia de la guerra comercial aplicada por Trump.
“Tuvo un paso deslucido por el gobierno. Las reivindicaciones sobre los recortes que hicieron eran exageradas y el impacto no fue demasiado grande, básicamente no iba la hipótesis con la que entró a trabajar. Tuvo un daño en su marca a nivel global que quizás no tiene tanto que ver con su paso por el gobierno sino con su conversión a la ultraderecha”, explicó a El Destape, el abogado y periodista especializado en relaciones internacionales, Martín Schapiro, sobre el paso del dueño de X por la función pública, en un organismo que fue creado durante la administración del republicano para pasar motosierra por el Estado.
En ese contexto, Schapiro sostiene que la discusión por el presupuesto se da porque Musk es considerado un “halcón fiscal” que cree que el déficit de Estados Unidos es muy alto y buscaba que se lleven más recortes. Además, el especialista cree que más allá de las bajas y subidas de las acciones, no cree que quede dañada su postura empresarial, en la cual este año volvió a ocupar en Forbes el primer lugar de los hombres más ricos de todo el mundo.
Un enemigo complejo
La pregunta que surge ahora es cuál será el rol de Musk fuera del gobierno. El hombre más rico, con poder, dueño de una de las redes sociales más usadas, de los famosos autos eléctricos y con mucho vínculo comercial con China. Mientras acusaba a Trump de ser parte del listado de Epstein, publicaba en las redes una encuesta para conocer si los estadounidenses quieren la creación de un tercer partido político y algunos se preguntaban si tendrá el poder de poner de su lado a senadores para que rechacen el presupuesto del Presidente que ahora debe debatirse en esa cámara.
“Era muy incierta la convivencia entre Trump y Musk en una especie de co-presidencia y el vicepresidente, JV Vance. Musk expresaba el giro de los grandes empresarios de las tecnologías, otrora demócratas la mayoría de ellos, que se volcaron en apoyo a Trump. Hay que ver si esta ruptura es por una cuestión de poder, de negocios y la posibilidad de que se corte el subsidio y compras multimillonarias como amenazó Trump, porque es un gran contratista del Estado. Veremos si es una lucha de egos, o es una fractura en los sectores que apoyan a Trump”, afirmó a El Destape, el historiador, coordinador del grupo Clacso Estudios sobre Estados Unidos y autor de varios libros, Leandro Morgenfeld.
En ese marco, Morgenfeld destacó lo que dijo Banon de deportarlo al considerar que él responde al sector más nacionalista dentro del trumpismo contra uno más globalista que representaba Musk con sus negocios en todo el mundo y particularmente con China. “Es el inicio de un terremoto en el Gobierno de Trump que hay que ver cómo lo afecta, además son dos aliados de Milei que vamos a ver cómo se posiciona en ese conflicto. Creo que el segundo gobierno Trump va a profundizar la crisis de hegemonía de Estados Unidos”, asegura el especialista sobre el lugar que ocupa como potencia en el mundo, cuestionada por las políticas aplicadas del republicano en la guerra comercial.
Por lo cual, por un lado no es solo la salida de un funcionario del gobierno sino que es la de un hombre que puede hacer mucho ruido y tiene mucha influencia y poder. Además, se da un marco en el que no parecieran tener efecto las medidas económicas aplicadas por el Presidente que tiene como objetivo terminar con el déficit comercial y que las fábricas vuelvan a producir en su país. La pelea con un empresario de medios, de autos y que se posiciona como el más rico que lo apoyó fuertemente en la campaña electoral, quizás no sea un paso muy acertado.