El Gobierno de Estados Unidos anunció hoy su decisión de retirarse de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), apenas dos años después de reincorporarse al organismo luego de que el presidente Donald Trump saliera de la organización en su anterior mandato. Como lo hizo al salir de otras entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Gobierno argumentó que va encontra de sus intereses nacionales.
En un mensaje en X, la portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Tammy Bruce, tildó la Organización de Naciones Unidas (ONU) y sus ramificaciones de "haberse desviado de su misión fundamental". La decisión no es inocente ya que el trabajo que hacen agencias de la ONU como la de Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNWRA) es fundamental para relatar los vejámenes del ejército de Israel en la Franja de Gaza.
Bruce agregó: "La UNESCO trabaja para hacer avanzar causas sociales y culturales divisivas y mantiene un foco desproporcionado sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, una agenda globalista e ideológica para el desarrollo internacional que choca con nuestra política exterior de Estados Unidos Primero". También afirmó que la decisión de la UNESCO de "admitir" al Estado de Palestina es "altamente problemática" y que contribuye a la "retórica antiisraelí" en el seno de la organización.
La decisión comunicada este martes entrará en vigencia el 31 de diciembre de 2026, al tiempo que la portavoz explicó que la continuidad de Estados Unidos en organizaciones internacionales se centrará unicamente en aquellas que comulguen con sus intereses. En varias oportunidades el presidente de Estados Unidos había acusado a organismos dependientes de la ONU de "apoyar causas woke".
La UNESCO dice que era previsible
La directora general de la UNESCO lamentó la decisión del gobierno de Trump y dijo que este nuevo paso afectará principalmente a los socios que buscan ser reconocidos bajo los estatus que concede la organización.La directora general Audrey Azoulay, dijo que la decisión era "previsible" y que por eso en los últimos tiempos a avanzado para poder operar sin contar con la financiación y la presencia de Estados Unidos.
"Este anuncio ya se esperaba y la UNESCO se preparó para ello", subrayó Azoulay en un comunicado, en el que explicó que se realizaron "importantes reformas estructurales" y diversificado las fuentes de financiación desde 2018, cuando Trump se fue por primera vez.
Azoulay aseguró que logró cubrir las cada vez más pequeñas contribuciones de Estados Unidos, que ahora solo representan el 8 por ciento de la financiación de la organización y remarcó que continuarán trabajando en las mismas misiones pese a que efectivamente se resentirá al menos al principio la liquidez en la organización.
Azoulay también recordó a Trump que la UNESCO es la única agencia de la ONU encargada de los programas y proyectos sobre el estudio del Holocausto y la lucha contra el antisemitismo y "su labor ha sido unánimemente aclamada por importantes organizaciones especializadas".
Israel celebró la decisión de Trump
El primero en celebrar la decisión del Gobierno de Estados Unidos fue el Israel, que en boca de su ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, acusó a la ONU de estar "politizada" y de no haberles dado "un trato justo".
Saar reivindicó la necesidad de poner fin a la politización tanto de esta como del resto de agencias de Naciones Unidas y agradeció a Estados Unidos "su apoyo moral y su liderazgo" en una comunidad internacional "plagada de discriminación contra Israel".
La decisión va en línea con la adoptada por el propio Trump durante su primer mandato entre 2017 y 2021, cuando ya retiró a Estados Unidos de la UNESCO --además de abandonar la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Consejo de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, entre otros tratados--, si bien el expresidente Joe Biden reintegró a Washington en el organismo.
De esta forma, supone la tercera vez que Estados Unidos abandona la UNESCO, después de la citada medida por parte de Trump y la adoptada en 1984 por el entonces presidente, el republicano Ronald Reagan, una pausa que duró hasta 2003, cuando Washington volvió al seno de la organización de la mano de George W. Bush.
Con información de EuropaPress.