Al menos cuatro aerolíneas cancelaron sus vuelos a Venezuela para los próximos días, mientras circulan versiones de una nueva acción "psicológica" de Estados Unidos con la que intentaría sumar más presión al presidente Nicolás Maduro, según informó The Washington Post.
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Desde el sábado a la noche, las aerolíneas Iberia, TAP, Avianca y Gol cancelan vuelos después de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) emitiera un aviso internacional que instó a "extremar la precaución" al sobrevolar el país suramericano y el sur del mar Caribe.
La aerolínea española Iberia fue la primera en tomar la decisión al cancelar sus vuelos a Venezuela -el primero de ellos previsto para el próximo lunes- e informar que irá evaluando la situación para decidir cuándo retoma sus operaciones. Por su parte, la aerolínea portuguesa TAP canceló un vuelo programado para hoy y otro para el próximo martes con destino a Venezuela. En el mismo sentido, la aerolínea colombiana Avianca canceló hoy sus vuelos, mientras que Wingo señaló que mantiene sus operaciones con normalidad en el país vecino. También, la brasileña Gol anunció que canceló sus vuelos a Caracas programados para este fin de semana.
La Casa Blanca habría propuesto lanzar panfletos sobre Caracas, según The Washington Post
La Casa Blanca propuso recientemente un plan para lanzar panfletos desde aviones militares estadounidenses sobre Caracas para presionar aún más al presidente venezolano, Nicolás Maduro, según fuentes cercanas al asunto citadas por el diario The Washington Post.
La operación, que según las fuentes citadas no había sido aún autorizada el sábado, barajaba lanzar panfletos este domingo, día en el que Maduro cumple 63 años.
Los folletos a arrojar contendrían información sobre la recompensa de 50 millones de dólares por ayudar a arrestar a Maduro que la Casa Blanca anunció en agosto, cuando duplicó el monto argumentando que el presidente venezolano está integrado en operaciones de "narcoterrorismo".
La propuesta supondría un paso adicional en la campaña de presión de Washington para derrocar a Maduro, un objetivo que Trump ya se planteó en su primer mandato (2017-2021) y una prioridad entre varios de sus principales asesores.
