Javier Milei vetó el día de hoy tres leyes que otorgaban cierta recomposición salarial a los jubilados y pensionados, la moratoria jubilatoria y la emergencia nacional en discapacidad. Este veto puede ser revertido en el Congreso si 172 diputados y diputadas lo rechazan, para que luego sea tratado en el Senado donde se estima que estarían los votos. Ahora bien, tal como demostró Córdoba dando el aumento a sus jubilados y jubiladas, esta política nacional atenta contra las provincias, que son el primer dique de contención de la emergencia económica y social que estamos viviendo. Se suma así este veto a la batalla que libra Milei contra los gobiernos provinciales, en un contexto electoral incierto.
Repasemos un poco nuestros orígenes. El artículo 1° de la Constitución dice: “La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal”. Detrás de esta oración hay revoluciones, la Independencia, décadas de guerras civiles, de luchas sociales, tras las cuales se lograron algunos consensos básicos. El primero es que nos organizamos como un país Federal; pero ¿qué quiere decir? En pocas palabras, que la mayoría de las provincias son anteriores a la Nación. Esto influyó en que Argentina tenga el poder dividido entre el gobierno nacional y los provinciales. Cada uno con su propia constitución, mientras que los habitantes tienen la libertad de elegir sus autoridades y sus representantes en el Congreso Nacional.
El Federalismo, así como cualquier sistema de organización política, tiene sus fallas, es perfectible y sin duda que debe ser mejorado. No es noticia el hecho que en todos los mecanismos políticos, económicos y constitucionales existen grises, puntos en los cuales según quien lo mire se puede interpretar diferente. El gobierno de Milei, lejos de ser una casualidad histórica o fruto de la improvisación, es un proyecto estudiado y preparado durante años, que se sustenta en cada uno de esos grises para gobernar. Sin embargo, podemos asegurar que existen suficientes razones para afirmar que el gobierno de los grises atenta directamente contra el orden constitucional, y más precisamente, contra el principio fundacional del Federalismo en nuestra nación.
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Veamos tres ejemplos claros, que se suman a las consecuencias que tendrá el veto presidencial de hoy en caso de no revertilo: las transferencias a las provincias, la descentralización de tareas y la más reciente, la injerencia norteamericana en las políticas provinciales.
Las principales fuentes de recaudación tributaria la realiza el gobierno nacional a través de los impuestos nacionales (el IVA, ganancias, bienes personales, entre otros), pero la mayor parte del gasto lo realizan las provincias. Esta asimetría genera una dependencia económica de las provincias con la nación. Por eso, se fijó por ley la coparticipación de impuestos, distribuyendo así parte de la recaudación. Sin embargo, esta ley resulta insuficiente para cubrir las competencias sobre salud y educación otorgadas a las provincias en la reforma constitucional de 1994, por lo que se aplicaron paliativos como las transferencias a las provincias discrecionales. Estas transferencias, como su nombre indica, se distribuyen según el criterio del gobierno nacional.
Al asumir, Milei prometió eliminar estas transferencias pero las utiliza constantemente, y son parte del juego de la aritmética de votos del Congreso de la Nación. En un contexto donde la recaudación es baja y la motosierra rompe el Estado, el condicionamiento por parte del presidente hacia gobernadores atenta claramente contra el Federalismo y sin ir más lejos, contra la libertad de elección de los ciudadanos. Y los gobernadores que se oponen al oficialismo provincial, se encuentran en desventaja respecto a sus pares alineados. Por lo tanto, el voto a nivel provincial, se encuentra en desventaja ante el poder que ejerce el presidente sobre los gobernadores.
Esto nos lleva al segundo punto: la descentralización de competencias. Las provincias son responsables por la salud, la educación y la seguridad en sus territorios. Las provincias recaudan principalmente Ingresos Brutos, un impuesto que está ligado directamente a la actividad económica, actualmente en bajos niveles, generando una situación de Espada - Pared en los gobernadores frente al Estado Nacional. Y del otro lado, el desfinanciamiento nacional, también en obras de infraestructura, hace que muchas veces la responsabilidad recaiga sobre los gobiernos provinciales. Como resultado, vemos cada vez más accidentes de tránsito en las rutas destruidas, peores niveles de aprendizaje en las escuelas, hospitales cayéndose a pedazos, docentes, médicos y policías que no llegan a fin de mes.
Eso sí, para bajar las retenciones, hay plata. Como consecuencia, claro, se recauda menos, y obviamente las provincias tendrán menos recursos. Y si los recursos no alcanzan, la Nación no ayuda, queda un último recurso: tomar deuda. Las provincias, así como la ciudadanía, recurren a los créditos externos para poder afrontar sus gastos diarios.
Esto nos lleva al tercer y último punto. El próximo embajador de EEUU, Peter Lamelas, quién no tardó en celebrar la condena a Cristina Kirchner, anunció que va a estar recorriendo las provincias, ¿pero con qué objetivo? La Constitución establece que los recursos naturales son propiedad de las provincias, y la misma prohíbe la injerencia extranjera sobre estos. Sin embargo, cuando aprieta la necesidad de tener inversiones y trabajo, se realizan muchas concesiones.
Así, el gobierno de Milei consolida la cesión de soberanía permitiendo que se avance sobre la autonomía de las provincias. Peter Lamelas fue muy claro en su objetivo: debilitarnos internamente, fracturar el federalismo y asegurar así los negocios de sus empresas yankees. El desequilibrio fiscal que produce Milei en las provincias es funcional a la avanzada de Lamelas sobre los recursos naturales.
En definitiva, el federalismo es un sinónimo de soberanía, no de entrega. Por eso, no alcanza con medias tintas de algunos gobernadores: había que plantarse a Milei desde el minuto cero y deben hoy dar vuelta el veto de Milei contra los jubilados y jubiladas y contra las personas con discapacidades. El gobierno de los grises viene por las provincias, por la democracia y por la soberanía nacional.