El 24 de octubre de 1981 no fue un día más. En Argentina, gobernaba la dictadura cívico militar más sangrienta de la historia, que entre 1976 y 1983 dejó un saldo de 30.000 desaparecidos. Pero ese 24 de octubre, la cancha de Nueva Chicago, en el barrio porteño de Mataderos, se convirtió en un emblema de la resistencia: por un rato, las fuerzas de seguridad quedaron relegadas ante la fuerza de la Marcha Peronista, emblema del movimiento político más importante y más perseguido de la historia del país.
Después de la proeza que los hinchas de Chicago encabezaron en la tribuna, las fuerzas de seguridad respondieron afuera: con un brutal operativo, reprimieron a los hinchas, antes de detener a 49. Incluso, nueve simpatizantes del Torito estuvieron durante semanas en la Cárcel de Devoto.
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"Yo soy uno de los tantos que estuvimos acá en la represión de octubre de 1981 por haber cantado La Marcha Peronista", comenzó su relato en diálogo con El Destape Edgardo "El Gallego" Pérez, hincha de Chicago que estuvo en la cancha aquel 24 de octubre. El Gallego dio su testimonio desde la misma platea en que el histórico sindicalista del peronismo Lorenzo Miguel dio inicio a la gesta, justo después de ser liberado del buque 33 orientales, utilizado en la dictadura como prisión. "Lorenzo Miguel todos los sábados venía a ver a Chicago. Y ese día lo largaron, que estuvo preso en el barco por la dictadura y era el primer día que venía a ver, después de la detención, a Chicago. Se paró, saludó y toda la cancha empezó a cantar la Marcha Peronista", recordó.
Aquel día, Nueva Chicago jugó contra Defensores de Belgrano, cuyos hinchas se sumaron a la entonación de La Marcha. "Cantó toda la cancha la Marcha Peronista y empezamos a recibir palazos. Y no querían que cantemos La Marcha, así que empezó a haber problemas en la tribuna. Una represión total, le pegaban a la gente grande, a los pibitos, a las mujeres. Entonces la hinchada se empezó a pelear con la Policía, que cobró a lo loco; la platea también. Y en ese tiempo venían con los palos largos los cabeza de tortuga, eso que usaban en ese tiempo. Te daban cada palazo, pero cobraron acá adentro de la cancha. El problema es que como era plena dictadura militar llamaron refuerzos. Y empezaron a venir los carros de asalto y muchos más caballos de la montada", continuó y añadió: "Acá adentro se la llevaron mal, pero afuera nos tocó perder a nosotros. Cuando salimos era un hormiguero de policía y nos pusieron a los que me pudieron manotear".
A la salida, la policía montada llevó al trote, mientras les daba palazos indiscriminadamente por cantar la Marcha Peronista, a los hinchas hacia la comisaría. Fue allí que algunos simpatizantes del Torito pudieron aprovechar distracciones y salir corriendo, como hizo El Gallego Pérez. También pudo escaparse Jorge Caporale, otro hincha que recordó aquella jornada en diálogo con El Destape. "Es una cosa increíble. Yo creo que hasta el referí iba a cantar la Marcha Peronista", contó. Mientras lo reprimía la Policía, Caporale pudo meterse a un edificio. "Te abrían las puertas para que se meta la gente que podía. Los que no, que les ganaban los caballos por atrás, se podían meter. Por eso cayeron unos cuantos. Yo tenía al caballo al costado, entonces me metí por la derecha porque no había nadie. Si los caballos hubieran ido por el lado de las puertas, no me habría podido meter", detalló.
El peronismo para Nueva Chicago y Los Perales
La cancha de Nueva Chicago limita con el barrio Los Perales, inaugurado por Eva Perón durante el primer peronismo. El peronismo, entonces, es integral en la identidad de Nueva Chicago y de los habitantes de la zona. En 1969, con el peronismo proscripto y mientras gobernaba el dictador Juan Carlos Onganía, Los Perales fue el único barrio porteño que se levantó. "Cuando Perón vuelve a la Argentina, que Cámpora hace un acto en la cancha de Independiente, ellos gritaban: 'Si Evita viviera, sería montonera'. Y nosotros gritábamos: 'Y Los Perales en la trinchera'", señaló Edgardo Pérez, quien dio su visión sobre el peronismo: "No es que te inculcan que tenés que ser peronista. Mi viejo nunca me dijo que fuera peronista, pero ya el barrio mismo... Perón - Chicago".
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La identidad es una parte central del peronismo. Los que no lo entienden piden explicaciones, motivos que puedan encuadrar en su propia percepción de las cuestiones racionales, pero, con una respuesta concisa, Caporale explicó por qué es peronista: "El peronismo para mí es todo. Es lo que me dio todo, a mis padres y a mí. Me dio para trabajar, me dio para estudiar, me dio para poder tener una ropa como la gente, estar bien, mis padres con trabajo. ¿Cómo no voy a agradecerle todo al peronismo?".