María Roldán, la obrera que se sublevó contra la patronal inglesa de un frigorífico y se convirtió en una de las líderes del 17 de octubre

En diálogo con El Destape, su nieto recuerda a quien supo ser la primera delegada sindical de toda Latinoamérica. Con su tenacidad, encabezó la columna de trabajadores dispuestos a dar la vida por Perón. 

17 de octubre, 2025 | 00.00

La fecha del 17 de octubre tiene un simbolismo fundacional para el movimiento peronista. Gracias al accionar de los trabajadores movilizados en reclamo por la liberación inmediata de ese hombre prisionero del gobierno en la isla Martín García, Perón fue puesto en libertad. Y parte protagonista de esa historia y esa gesta fue María Roldán, la mujer que lideró de los frigoríficos de Berisso a La Plata y de La Plata a Plaza de Mayo una columna obrera dispuesta a dar la vida por quien, en aquel entonces, era el Secretario de Trabajo devenido en preso político.

Esa movilización obrera comenzó, de la mano de Roldán, en la calle Nueva York, de donde erigen los históricos conventillos que alojaban a las familias de los y las trabajadores de los frigoríficos. La pintoresca calle bonaerense, con reminiscencias a Caminito de La Boca, pero cercana al canal Santiago, mantiene el orgullo de ser el denominado kilómetro 0 del peronismo, por ser el punto de partida que originó el resto de la historia: la movilización obrera que fue al rescate de Perón.

Para recordar y traer al presente ocho décadas después de aquellos sucesos primaverales de octubre, el nieto, Eduardo, repasa la historia de Roldán, quien, además de ser protagonista del 17 de octubre, fue la primera delegada sindical de Latinoamérica. En esos contextos, era, también, la que a la pregunta de quién es usted señora, respondía con un "soy una mujer que corta carne con una cuchilla más grande que yo".

¿Cómo era la situación de los trabajadores del frigorífico antes de la llegada de Perón a la Secretaría de Trabajo?

La situación era denigrante porque se trabajaba para los ingleses en un formato de 24x24, se trabajaba todo el tiempo. Acá a la vuelta había un lugar que se le llamaba cama caliente porque venían a descansar en los momentos en los que no trabajaban y siempre estaban ocupados. Cuando les exigían trabajar más, las jornadas podían alcanzar las 14, 16 horas. La situación de la mujer era notoriamente mala, los baños, por ejemplo, no tenían una puerta cerrada entonces cuando tardaban más de un minuto les tiraban un balde de agua fría o las mojaban con agua caliente para que salgan y sigan trabajando. Inclusive la mujer ganaba menos que el hombre y eran explotadas.”

¿Qué cambió a partir de las primeras gestiones de Perón?

Les empezaron a dar mayores sueldos, menos horas de trabajo pero, como consecuencia, mi abuela fue suspendida. La relación de Perón con los gremios de la carne se iba fortaleciendo a través de las necesidades cumplidas y de las nuevas posibilidades. La figura de mi abuela de alguna manera era distintiva porque era la persona a la cual las mujeres le tenían confianza en lo que hacía porque veían dónde vivía, cómo trabajaba y cómo luchaba por sus compañeras”

¿Cómo se inicia ese 17 de octubre?

Mi abuela se entera por Cipriano Reyes que detienen a Perón. Ella estaba impedida de entrar a la fábrica, por lo que deciden armar una estrategia con mi abuelo. Entre los compañeros de los frigoríficos organizan una pelea fuera del portón de entrada general pero era un verso, era mentira. Cuando sale la guardia a separar a los que se estaban peleando, mi abuela se filtra y entra para sacar a la gente al grito de “¡van a matar a Perón, van a matar a Perón!”. Fue entonces que la gente sale, rompe las barreras que imponía la guardia y se junta en la calle para ir hacia La Plata caminando. Les tiraban con gases y con los caballos. Mi abuela lideraba. Llegan a la plaza San Martín que estaba llena y ahí habla mi abuela e incita a la gente a ir a Buenos Aires. No solo pasó acá sino que pasó en otros frigorificos también, en Avellaneda, en Rosario. En Avellaneda levantaron los puentes para que la gente no pase pero la gente pasó igual, incluso cruzando el Riachuelo. Se llegó a Plaza de Mayo donde fue mi abuela también. La gente estaba aferrada a Perón y al bienestar que estaban logrando. El peronismo estaba creciendo, estaba en efervescencia, era una idea.

El día que María conoció a Perón

Su nieto recuerda una anécdota que pinta de cuerpo entero el coraje de Roldán, que anteponía el bienestar de su comunidad sin dejarse intimidar por nada ni por nadie: "Se iba a hacer en Berisso el barrio obrero y habían designado una zona que se inundaba. En uno de los primeros actos, mi abuela le pregunta a Perón: ‘General, a usted que tiene unas botas relucientes… ¿Le gustaría pisar barro?’. Perón le responde riendo: 'No, claro señora'. 'Bueno, a los chicos cuando van al colegio no les gustaría tampoco pisar barro´. Ahí fue que Perón le preguntó a Cipriano Reyes si era una abogada y Reyes le contestó que era una trabajadora de la carne, una representante de los trabajadores y que se llamaba María Roldán. El resultante de esa charla fue que el barrio no se hizo en el sitio original e inundable por resolución del mismo Perón”, cuenta Eduardo, orgulloso.

Fue así que un Juan Domingo Perón, con visión, supo ver en esa mujer laburante y representante a la vez, una posibilidad para hacer crecer sus políticas: "El sindicato de la carne estaba manejado por gente que tenía que ver con el Partido Comunista. Hubo estrategias bajadas por el mismo Perón a Reyes y a mi abuela para que la lucha del sindicato tenga la dinámica que tenía que tener. El impulso que tenía Reyes entre sus propios compañeros más el reconocimiento que tenían las mujeres con mi abuela fueron clave para el sindicato. Eso a Perón le dio fortaleza en un momento en el que se estaba gestando como un dirigente a nivel nacional. Mi abuela era la única representante mujer, en épocas machistas”

“La historia viva del Peronismo pervive en todos nosotros”

Eduardo, por herencia familiar de sangre, de su abuela María y de su madre Dora abrazó las banderas peronistas desde que era un infante y eso mismo le transmitió a sus hijos. De sus 72 años años de vida, solo seis fueron vividos fuera de la propiedad de Berisso en la que se crió con su abuela María, a quien recuerda con un inmenso cariño durante todo su testimonio. 

"Nunca tuvo un cargo, nunca recibió un peso en política. A ella le importaba que Berisso esté organizado, que el trabajador tenga solvencia económica, que no esté en la miseria ni en la indignidad, que las familias puedan comer todas juntas y que no falte el pan en ninguna mesa. Esa fue la consigna de mi abuela y por eso tantas veces suspendida, tantas veces relegada a trabajos más duros La historia viva del peronismo pervive en todos nosotros porque tiene que ver con la justicia, con lo que es la equidad y eso es lo que prendió. Lo importante es tener sentido de resistencia, sentido de claridad, de compañerismo". 

"Mi abuela hizo giras por el país en el ‘45 y el ‘46 hablando de Perón. En distintos lugares no tenían contacto ni conocimiento de lo que era, y eran sumamente explotados. Fue a hablarles de lo que era la justicia social porque vivían con el atropello”, rememora Eduardo. Con Perón el pueblo sintió cierta liberación. La gente aprendió a recuperar sus derechos a través de su propia acción y su propia acción era el peronismo.

El grupo de Facebook “Históricos de la Nueva York” mantiene viva la época dorada de la calle y la lucha obrera de un barrio que lidió siempre con las intenciones de aquellos que intentaron marginarlo. Como hacen cada 16 de octubre, la noche previa realizan la “vigilia por la lealtad”, el rito de comunidad en la intersección de Nueva York y Marsella, el “lugar donde comenzó” todo. Con choripaneada, música en vivo, proyecciones y otras actividades, siempre los vecinos, los recurrentes asistentes y los nuevos visitantes se juntan para esperar la llegada de un nuevo 17 y cantar la marcha a las 00hs.