La economía zafó de la recesión pero la industria y la construcción siguen hundidos

Dos de los sectores que más generan empleo permanecen hundidos y no aparecen en los planes de la economía de Milei. Ganan cada vez más lugar los sectores primarizados.

25 de noviembre, 2025 | 20.08

La actividad económica creció 5% en septiembre comparado contra el mismo mes del 2024, escaló 0,5% respecto al mes de agosto y despejó los fantasmas de la recesión. Sin embargo, la industria concluyó un trimestre en picada y la construcción no recupera los niveles de actividad de 2023. La primarización de la economía sostuvo el promedio hacia arriba pero deja de lado a dos de los sectores que más empleo generan.

Los resultados difundidos por el organismo estadístico evidenciaron una recuperación de la economía en el tercer trimestre, luego de que el segundo trimestre se haya registrado una contracción. Llama la atención el pronunciado desacople respecto de la industria y la construcción, que aún se mantienen entre 9% y 22% por debajo del promedio de 2023, respectivamente. En contraposición, sectores como intermediación financiera y minería ganan un rol cada vez más relevante.

El tercer trimestre cerró con crecimiento del 0,5% y, corrección al alza mediante, dejó de lado el concepto de “recesión técnica” después de la caída de 0,1% en el segundo trimestre. A nivel sectorial, en la comparación anual se destacaron la Pesca e Intermediación Financiera, con subas del 58% y 40% cada una.

En el otro extremo, la Industria Manufacturera arrojó una caída del 1% anual, que se suma a las caídas del 4,8% y del 1% registradas en agosto y julio, respectivamente. Por su parte, la construcción mostró una leve recuperación en el último trimestre, pero contra mediciones catastróficas obtenidas en 2024, lo que deja al sector un 22% por debajo de los niveles pre Milei.

El modelo Milei: economía primarizada

Si se excluye el impacto del agro, la minería y la intermediación financiera, el avance anual de la actividad habría sido bastante menor: apenas 2% en septiembre y 3,1% en el acumulado de nueve meses, según estimó la consultora LCG.

Además, con excepción de abril, los datos de los otros siete meses anteriores fueron revisados al alza por el Indec. De esta forma, mientras que el informe previo mostraba una caída de 0,6% en los primeros ocho meses, las nuevas cifras reflejan un aumento de 0,5% para ese mismo período. Sumado al incremento mensual de 0,5% registrado en septiembre, el crecimiento acumulado del año subió hasta 1%.

En promedio, la actividad avanzó 0,1% mensual en los últimos nueve meses y, tras las revisiones, aceleró a 0,5% en el último trimestre. Si la economía se mantuviera en los niveles actuales, el año cerraría con un crecimiento promedio cercano al 4,5%.


El problema es el correlato en el empleo. Según datos recopilados por la Secretaría de Trabajo, el agro, la energía, la minería y los servicios informáticos y del conocimiento generan aproximadamente el 10% del empleo asalariado registrado en empresas privadas, mientras que la industria y la construcción crean el 25% del empleo asalariado registrado y el comercio y servicios explican el restante 65% del empleo asalariado registrado.

Actividad económica: qué se espera para el último trimestre

"La mayor estabilidad posterior a las elecciones y la baja de tasas podría darle algo de aire al crédito, aunque es poco probable que recupere la fuerza que mostró en 2024: la morosidad en préstamos al consumo alcanzó 7,3%, el nivel más alto en 15 años", analizó el informe. En paralelo, queda por ver cuándo los proyectos de inversión pasarán efectivamente a la etapa de ejecución, ya que las dudas sobre la estrategia cambiaria siguen generando cautela en buena parte de los sectores.

El margen fiscal, por su parte, continuará siendo limitado: el proyecto de Presupuesto 2026 mantiene el compromiso oficial de sostener un superávit primario similar al de este año. En consecuencia, la atención seguirá centrada en el desempeño del sector externo, aunque se espera que su contribución al crecimiento sea acotada, con exportaciones que apenas avanzarían en el margen -más allá del impulso de Vaca Muerta- y con importaciones ya liberadas.

En términos concretos, se proyecta un crecimiento moderado para lo que resta de 2025, consistente con un aumento del PBI cercano al 4% anual promedio (1% punta a punta). Para 2026, y con un arrastre estadístico más bajo (estimado en 0,9 puntos), se anticipa una recuperación leve, concentrada en pocos rubros, principalmente petróleo, minería y agro.