Con mandato próximo a vencer y fuera de las listas de La Libertad Avanza por decisión del círculo más cercano al presidente Javier Milei, el diputado nacional Gerardo Milman reapareció en la escena parlamentaria con una ofensiva legislativa centrada en la derogación total de los fueros parlamentarios.
La propuesta plantea eliminar en todos sus términos la Ley 25.320, sancionada en el año 2000, que regula los procedimientos para el desafuero de legisladores y otras figuras públicas. El proyecto busca que los diputados y senadores solo conserven las inmunidades previstas en la Constitución Nacional, sin necesidad de autorización del Congreso para avanzar en investigaciones judiciales o medidas procesales que no impliquen arresto. En caso de que se requiera detención, la Cámara respectiva deberá tratar el pedido en sesión pública en un plazo máximo de 30 días hábiles.
“No se trata de privilegios personales, sino de garantías excepcionales y funcionales que deben ejercerse con prudencia y dentro de límites estrictamente constitucionales”, señaló Milman en la presentación del proyecto, al que tuvo acceso este medio. Y agregó: “Los fueros se han usado históricamente en forma distorsionada, transformándose en muchos casos en un manto de impunidad que obstruye el accionar de la Justicia”.
Pero el trasfondo político del movimiento va más allá del texto normativo. Según pudo reconstruir El Destape, desde el entorno de Milman aseguran que el legislador está molesto —y más aún, dolido— por cómo fue desplazado políticamente tras quedar vinculado a una causa judicial que la propia Justicia terminó archivando.
“Lo voltearon por una causa que estaba armada, y si no hubiese sido vetado podrían estar diciendo ahora que se caen las causas armadas por el kirchnerismo”, confió una fuente cercana al diputado. “Más que enojado, está dolido porque no creyeron en él. Con la excusa de que el kirchnerismo iba a atacar al Gobierno si lo ponían en la lista, lo dejaron afuera. Y ahora con Espert es peor, y la causa de Milman se cayó”, agregó el vocero en estricta reserva.
La referencia a José Luis Espert no es casual. Milman había sonado como posible candidato a renovar su banca en las listas de La Libertad Avanza, pero fue vetado por el “triángulo de hierro” que integran Javier Milei, Karina Milei y el estratega Santiago Caputo. El argumento fue evitar que su presencia se convirtiera en un blanco fácil para el kirchnerismo, que lo había señalado como posible instigador del atentado fallido contra Cristina Fernández de Kirchner en septiembre de 2022.
La causa en cuestión fue cerrada recientemente por la Justicia: La jueza María Eugenia Capuchetti resolvió archivar el expediente que involucraba al diputado del PRO, luego de que no se encontraran pruebas fehacientes en su contra. El principal testimonio que lo había salpicado, el del asesor legislativo Jorge Abello —quien dijo haberlo escuchado decir “cuando la maten yo estoy camino a la costa”—, fue desestimado y él mismo fue citado por falso testimonio.
En paralelo, y de forma complementaria a la derogación total de la Ley de Fueros, Milman presentó en mayo otro proyecto legislativo que propone eliminar la prohibición de allanamiento de domicilios particulares y comerciales de funcionarios públicos, en el marco de investigaciones judiciales. Solo quedarían protegidos, bajo esta propuesta, los despachos oficiales.
“El objetivo es evitar que los funcionarios tengan tiempo de eliminar pruebas que los involucren en causas de corrupción”, argumentó Milman en ese momento. Y remató: “Los fueros no deben ser una herramienta para obstruir a la Justicia”.