Con la fecha cada vez más próxima, empiezan a sonar nombres para completar las listas de candidatos y ubicar a los dirigentes en renglones determinados. Hasta el 17 de agosto, ningún nombre quedará confirmado pero, aún con las conversaciones abiertas, son varias las figuras que desfilan por los distintos casilleros. En la Capital Federal se espera la candidatura a senadora de Patricia Bullrich como la figura fuerte de la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO. Aquella capaz de traccionar cualquier otro nombre. Le buscan, para acompañarla, un compañero de fórmula economista para dejar plasmados los dos conceptos centrales del mileísmo: el control de la calle y de la inflación.
Para ese lugar, se habla de Ramiro Castiñeira, muy activo en las redes sociales; de Miguel Boggiano, parte de la mesa económica presidencial con fuerte presencia en las plataformas; y Federico Furiase, uno de los directores del todavía existente -y sin signos de implosión- Banco Central.
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Para el cuerpo de diputados nacionales la que suena para encabezar es Pilar Ramírez, presidenta del partido violeta en la CABA, punta de lanza de la guerra de los libertarios contra Jorge Macri, y persona de confianza de Karina Milei. De ser ella, el tercer lugar le quedaría a otra mujer y Sabrina Ajmechet, a propuesta de Bullrich, sería quien se quede con ese casillero.
La ministra de Seguridad tiene dos legisladores nacionales en juego: Ajmechet y Fernando Iglesias. En principio, la única que entraría sería la primera y su postulación no será cobrada al PRO. Se trata de una figura del bullrichismo que el macrismo no va a contar como propia. Para el PRO hay otros dos casilleros reservados. Pese a los rumores de veto (una carta que LLA guarda para sí), los amarillos sostienen con fuerza las postulaciones de Jimena de la Torre, actual consejera de la magistratura en representación de los abogados, y Fernando de Andreis, mesa chica de Mauricio Macri.
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Hasta ahora, no existió conversación formal con LLA en la que el gobierno comunicara su veto a De la Torre, por lo que la mantienen e insistirán con ella. Desde filas libertarias aseguraron que la intención no es entrar en un festival de impugnaciones, por lo que no se sabe hasta dónde llegará la resistencia a su postulación que, por ahora, operó de forma mediática.
En Buenos Aires, donde José Luis Espert encabezará la nómina libertaria, se espera que el tercer lugar quede para Diego Santilli y los otros dos renglones reservados para el macrismo entre los 15 primeros.
Los del centro
El centro porteño también vive su propia danza de nombres. Por Hagamos Futuro, Hernán Reyes encabezará la categoría de diputados nacionales y María Sol Méndez suena como la segunda candidata de esa lista. Actual legisladora porteña, forma parte del bloque Confianza Pública en el parlamento capitalino y su mandato terminará el 10 de diciembre. Es abogada especialista en derechos humanos y políticas públicas.
Graciela Ocaña será la cabeza de lista para competir por una banca en el Senado y Eugenio Casielles suena como compañero de fórmula. Actualmente ocupa un asiento en la Legislatura porteña, con mandato hasta el 2027, y se sumó a la alianza Hagamos Futuro con su espacio Transformación.
Estos nombres se suman a los de Facundo Manes para el Senado, con el posible acompañamiento de Lourdes Puente, directora de la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Católica Argentina, politóloga y Doctora en Relaciones Internacionales. Y de Martín Lousteau como cabeza para diputados por la lista de Ciudadanos Unidos.
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Todos estos armados nacieron a partir de implosiones. El centro se dividió más de lo que le hubiera gustado y el macrismo no pudo, como en Buenos Aires, contener a todos en la alianza con los libertarios. Desde que se anunció el acuerdo, especialmente en CABA y Buenos Aires, María Eugenia Vidal adoptó el rol de vocera del rechazo a ese pacto. Desde adentro, la actual y futura ex diputada nacional, cuestiona la coalición. La entiende como algo malo para su partido, pero también para una sociedad que, según ella, no va a poder progresar mientras viva en la Argentina pendular de los extremos.
A Vidal se le sumó Esteban Bullrich, que también dijo no ver representado al PRO originario en las ideas de La Libertad Avanza. Ambos parecen prometerle al electorado puro amarillo que el macrismo resurgirá de las cenizas. Que todavía quedan algunas chispas encendidas y que a partir de ellas se podrá construir hacia adelante.
El PRO, como ya contó El Destape, quiere volver a nacer post elecciones. Con los que queden, pero con la idea de armar una propuesta nacional que les permita presentarse en los comicios ejecutivos del 2027. Vidal está ahí para retener a los que quieren amarillo, no violeta, y hoy se perciben desamparados. Es la promesa de que la decisión actual es táctica, no estratégica. Circunstancial, no permanente.