El PRO empezó a jugar fuerte en la campaña de Buenos Aires. Este sábado, dirigentes y militantes salieron a recorrer distintos puntos de los 135 municipios con el claro objetivo de recortar la distancia que Fuerza Patria conquistó el 7 de septiembre, distancia que se profundizó tras el escándalo narco de José Luis Espert.
A dos semanas de las elecciones, y más allá de los pedidos, en el PRO saben que la cara del ex candidato vinculado a Federico "Fred" Machado será la que ilustre la columna libertaria en la boleta única. No aparecerá la de Diego Santilli, el candidato que se puso la campaña al hombro en el tramo final.
El gran objetivo para lograr un buen resultado será explicarle al votante qué opción elegir, ya que, una vez detrás del biombo, no encontrará el rostro de "el Colo". Por eso, desde el PRO se embarcaron en la misión de indicarle a su electorado que la columna a marcar es la primera, la violeta.
El pedido está destinado a la alianza La Libertad Avanza, más allá de los nombres propios, aunque seguramente la presencia de Espert pueda influir negativamente en el votante blando, aquel que define su elección en el cuarto oscuro.
Más allá de la identificación violeta, el PRO sacó a relucir el color amarillo para captar a los votantes macristas que no acudieron a las urnas el 7 de septiembre, algo visible ya en redes sociales. Se espera recuperar parte de ese universo, mientras que quienes no sean reconquistados probablemente vuelvan a ausentarse y no migren a otras opciones.
Esa es una de las grandes ventajas de Santilli: su capacidad para entusiasmar a los dirigentes propios, al territorio y a los electores desencantados con el gobierno. Consolida el voto libertario y lo amplía. El recibimiento que tuvo "el Colo" en Mar del Plata la semana pasada les brindó el optimismo que necesitaban. Con Diego a la cabeza, creen posible achicar considerablemente la distancia, cercana a los 18 puntos.
Este nuevo aire también sirvió para poner en valor al PRO, que recuperó su identidad durante el proceso y fue el que decidió organizar, de un día para otro, una campaña más tradicional y disciplinada. Desde este sábado, con presencia masiva en toda la provincia hasta el 26 de octubre, los amarillos piensan dejarlo todo.
El gobierno nacional deberá encargarse de mejorar la economía y alimentar la épica en torno a la figura de Javier Milei para colaborar, desde ese lugar, con el intento de remontada que, al fin de cuentas, le permitirá mejorar el resultado nacional. Sin embargo, el PRO decidió ser la locomotora de este proceso electoral.
La Libertad Avanza, bajo cierta parálisis, aún no pudo seguirle el ritmo a los amarillos, quienes se sienten cómodos haciendo lo que saben y para lo que están preparados, a diferencia de los libertarios.
En Buenos Aires, el PRO se ocupará de sus fiscales, dirigentes y militantes territoriales. Desde el partido garantizan que todas las mesas tendrán fiscales, una de las grandes falencias de octubre debido a la organización que quedó en manos de Sebastián Pareja.
Los amarillos ya no rogarán que el gobierno pida ayuda o se deje ayudar. Con Santilli a la cabeza de la lista, todo el PRO decidió jugársela por esta elección en un panorama muy desfavorable para defender a los suyos.