El sueño no se cumplió. Finalmente, Leandro Santoro quedó entrampado en el derrumbe del PRO y salió en segundo lugar por detrás de Manuel Adorni, pese a obtener un porcentaje no despreciable de votos. La imagen de una victoria peronista en la Ciudad de Buenos Aires seguirá por el momento en el terreno de la utopía y así, de hecho, quedó reflejado en el ánimo del búnker que Es Ahora Buenos Aires montó en la sede de Ferro.
Santoro obtuvo un 27% de los votos, tres puntos menos que el 30% que dio por victorioso al libertario Manuel Adorni. Las encuestas de hace algunas semanas lo colocaban en primer lugar, pero las de los últimos días habían mostrado un crecimiento del vocero presidencial, que se terminó llevando la portada de los medios.
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El cabeza de lista no habló de derrota. En el discurso que brindó se limitó a admitir que "este resultado nos obliga a seguir trabajando para construir la ciudad que queremos". En cambio, hizo más hincapié en el catastrófico trecer puesto del PRO.
"Las urnas han hablado, expresaron una opinión inapelable. Se ha cerrado un ciclo, el ciclo del abandono, del proyecto político que permitió que demandas históricas de los porteños queden insatisfechas y es necesario poner en contexto el resultado de esta elección", dijo al respecto y agregó: "El PRO como proyecto político dejó de representar a la mayoría de los porteños, hay una nueva realidad".
Al mismo tiempo, apuntó contra La Libertad Avanza sin nombrarla: "Por último, una declaración de principios: si la crueldad se puso de moda, no cuenten con nosotros. Entendemos la importancia del resultado de las urnas pero también entendemos cuáles son los principios que nos llevaron a militar y a comprometernos políticamente".
El resultado, peor a lo esperado, se vio reflejado en el ánimo del búnker en Ferro. Santoro salió a hablar ya con el resultado puesto antes de las 20 horas y ofreció solo un breve discurso. Ningún otro dirigente ni integrante de su lista habló con los periodistas ni antes ni después. La velada fue efímera y sin clima de fiesta.
Entre los militantes presentes hubo enojo por el hecho de que el actual diputado nacional no habló frente a ellos. Una vez que terminó su alocución ante la prensa, él y el resto de la dirigencia se fueron rápidamente del predio, y los organizadores ordenaron retirar del lugar a toda la militancia. Para las 20:30 solo quedaban algunas cientos de personas en la calle cantando consignas contra el PRO y LLA.
Más perdedor que ganador
Todo depende del prisma con el que se lo mire. En verdad, Santoro obtuvo más hoy que en las últimas elecciones de medio término en 2021, cuando el Frente de Todos sacó un 25% de los votos a legislador. También obtuvo el mismo 27% que Unión por la Patria sacó para legisladores en 2023. De hecho, el resultado de este domingo le permitirá al peronismo ganar dos legisladores más en el parlamento porteño y llegar a las 20 bancas, para ampliar su preeminencia como primera minoría
El porcentaje que logró Santoro no se diferenció demasiado del que le auguraban las encuestas, que por lo general le otorgaban un promedio de 25 a 27 puntos.
Además, desde 2015 el peronismo nunca había ganado en más de dos comunas simultáneamente (la 4 y la 8, ambas de zona sur). Pero, este domingo, la fragmentación de la derecha le permitió salir victorioso en siete (la 3, la 4, la 5, la 7, la 8, la 9 y la 15).
Sin embargo, la política se guía por el contraste entre la expectativa y la realidad, y este contraste fue desfavorable para el Santoro: se esperaba que saliera primero, pero el derrumbre del PRO fue tal que catapuló a Adorni al primer lugar. Entre ambas fuerzas de derecha sacaron los 45 puntos que aproximadamente decían los sondeos, solo que no en la combinación que el frente peronista necesitaba.
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Estos comicios implicarán seguramente un desgaste para la figura de Santoro. Obtuvo 5 puntos menos que el 32% de los votos que sacó como candidato a jefe de Gobierno en 2023. Una cifra que se confirma como su techo electoral tras su quinta participación como candidato en la Ciudad en diez años.
Al peronismo no le bastó ablandarse encabezando la lista con un dirigente de origen radical ni con reemplazar su tradicional color celeste con un diluido verde turquesa. Como consuelo, le queda haber reducido a la mínima expresión a las opciones peronistas duras de Alejandro Kim y de Juan Manuel Abal Medina, que no lograron hacer ingresar ningún legislador. Para Es Ahora Buenos Aires, ahora es momento de pensar nuevas estrategias.