Juventud, contenido social, militancia histórica, novedad, desencantados. Algunos de los condimentos de la campaña de una cara nueva para la política porteña, la de Lula Levy. De militancia universitaria a ser cabeza de lista de la UCR en la Capital Federal. Una elección difícil por tratarse de una novedad que busca enfrentar a pesos pesados en la Ciudad de Buenos Aires.
Como parte de la estrategia radical se pueden mencionar tres objetivos claros. El primero está vinculado a la promoción de la imagen de una candidata desconocida para la sociedad, dado que su militancia es universitaria y los faroles no se habían enfocado en ella hasta ahora.
Se enfocó mucho en el trabajo en redes, en la participación en streamings y en medios tradicionales. Intervenciones que sirvieron para, luego, hacer recortes para redes sociales y distribuir contenido, en paralelo a lo que la propia Levy pueda hacer con sus redes. Se trata, en definitiva, de una estrategia de amplificación para destacar a la candidata e instalarla.
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El segundo objetivo busca aprovechar su cualidad de novata para mostrarse como un aire fresco y renovador, que suele aparecer como una buena característica para quienes están alejados de la política o enojados con ella.
Normalmente, y Javier Milei es un ejemplo más que claro de ello, el outsider genera mayor penetración que cualquier político profesional conocido, por eso la distribución de contenidos en redes sociales sigue estando enfocada en propagarla a ella y no a otras figuras radicales.
El mensaje está pensado para llegar, principalmente, a un público joven que está enojado con la política. No sólo por la novedad de la candidata sino también por su edad y su militancia, muy emparentadas con este sector de la sociedad.
Según la última medición del Índice de Confianza en el Gobierno, elaborada por la Universidad Torcuato Di Tella, el segmento integrado por jóvenes de entre 18 a 29 años sigue siendo la mejor porción etárea para el gobierno, pese a que registró una caída de casi medio punto en el último mes. Le sigue el conformado por personas mayores de 50 años y, finalmente, por las de entre 30 a 49 años.
Teniendo en cuenta estos dos aspectos, el de aprovechar la novedad para generar cierto aire de renovación atrayendo al público joven, y el de potenciar la figura de Lula Levy en medios y redes sociales para combatir contra el desconocimiento, el tercer gran objetivo es la apelación al votante radical.
La UCR siempre fue heterogénea pero, en el último tiempo, quedó partida en dos a la hora de pensar la relación con el gobierno: de un lado, los que quieren acordar con Javier Milei y, del otro, los que buscan tenerlo lejos. En un tercer escalón quedaron los que migraron a filas libertarias, pero ya fueron expulsados del partido. En la Capital Federal, la UCR no quiso saber nada con los libertarios y fue su límite. Todos los sectores estuvieron de acuerdo con esa posición y la unidad se mostró consolidada una vez más.
Teniendo en cuenta eso, la campaña de Lula Levy busca interpelar al votante histórico radical, uno que está decepcionado con el PRO, pero también con Milei. En estos segmentos, se trabaja de forma directa con distintas propuestas y mensajes críticos sobre la gestión nacional y porteña.
En esta línea, después del debate de candidatos porteños, y tras la difusión de las imágenes de Santiago Caputo amedrentando a un fotógrafo, la UCR presentó en la Legislatura un proyecto de declaración para repudiar las acciones intimidantes del asesor presidencial.
“Todos los días alguien del gobierno de Milei agrede a un periodista, un artista o un ciudadano de a pie. Esto no es casual: buscan silenciar, amedrentar y dejar claro quién manda. Todos y todas debemos bregar por poner un freno a tales conductas”, reza el texto cuyo autor es el legislador Francisco Loupias acompañado por colegas radicales y del socialismo.
Los ejes temáticos de la campaña radical en CABA están vinculados a la cuestión educativa, el ámbito natural de Lula Levy; la defensa de los jubilados, un grupo de la sociedad porteña que tiene un anclaje radical; la juventud, con propuestas como la eliminación del ABL para los que alquilan por menos de un millón de pesos, entre otros ejes.
Para la UCR, la elección no es fácil. Se enfrentan a dos candidatos muy conocidos, como Manuel Adorni y Leandro Santoro, al aparato del PRO y a dos desprendimientos taquilleros como lo son Ramiro Marra y Horacio Rodríguez Larreta. Teniendo en cuenta esas dificultades, el objetivo es que Levy pueda entrar a la legislatura, para lo cual necesita entre 200.000 y 300.000 votos.