Con dos posiciones muy marcadas, la UCR se encamina a discutir un documento político que ubique al partido a favor o en contra de una alianza con La Libertad Avanza. La Convención Nacional se reunirá en dos semanas y, de forma no vinculante, buscará consensuar una posición clara que funcione como referencia y antecedente. Se espera una discusión muy acalorada, tal vez sin ningún tipo de acuerdo general. Pese a ello, la responsabilidad por el armado de las coaliciones quedará en manos de las provincias.
El 25 de abril, en la sede del Comité Nacional, ubicada en la calle porteña Alsina, el órgano partidario se reunirá con una difícil misión: establecer el marco de relación con la Casa Rosada. De un lado, estarán los opositores a la gestión de Javier Milei y del otro los que comulgan con el presidente o tienen sus diferencias pero, por la aceptación libertaria en sus respectivas provincias, prefieren no tomar una posición contraria al gobierno nacional.
Desde el sector que combate a La Libertad Avanza se mostraron con la intención de lograr “una clara definición política crítica del gobierno de Milei y mandatar al Comité Nacional a trabajar en construir una alternativa democrática para el 2027”. Se planteó que podrían contar con los votos para avanzar en ese sentido aunque, con el correr de los días, el escenario se mostró tan dividido que pareció hasta imposible lograr un documento conjunto.
Sin embargo, también hay provincias en las que el gobierno está muy fuerte y algunos, para evitar el castigo del electorado, no se plegarán a la línea de Lousteau y Manes, críticos de Milei. “¿La postura de Lousteau? Nunca”, dijo una fuente que orbita a varios dirigentes de la UCR amigable. Vaticinó que el senador quedará solo en su postura.
Ante la falta de certezas sobre la redacción consensuada de un documento, se advirtió que lo más interesante pasará por los planteos de cada sector, que dejarán expuestas las posiciones de todos los dirigentes de cara a la sociedad.
Los opositores a Milei quieren que la UCR se transforme en una alternativa de poder, en todos los escenarios alejada de La Libertad Avanza. Para que eso sea posible, es necesario que el partido siga existiendo como una fuerza política nacional, un actor en este juego. Por ese motivo, de no haber acuerdo se intentará encontrar una solución.
En la Convención realizada para las últimas elecciones, la UCR aprobó la pertenencia a la alianza Juntos por el Cambio, una coalición con determinados valores. De no lograr un acuerdo en 15 días, se podría sostener ese viejo documento, coincidiendo con el sentimiento de muchos de tener cierta libertad para generar coaliciones.
La Convención no está facultada para definir alianzas provinciales, pero sí puede proporcionar un marco ético e ideológico que funcione como referencia. Lo que se resuelva el 25 de abril no va a condicionar a los distritos. Al no tratarse de elecciones nacionales, sino provinciales para cargos nacionales, cada territorio será el responsable y el órgano nacional delegará en ellos esa formalidad.
A dos semanas de una discusión caliente, no se pone en dudas la posibilidad del quórum, para el cual necesitarán la mitad más uno de los 359 convencionales, o sea 180.
Por el momento, la UCR mostró cierta cintura para, según el distrito, ir hacia un lado o hacia otro. Leandro Zdero, de Chaco, cerró un pacto con los libertarios, pero en Santa Fe Maximiliano Pullaro sostuvo la alianza que lo llevó al poder hace un año y medio, sin participación violeta, al igual que el armado que los radicales integran en San Luis. En la Ciudad de Buenos Aires, los boina blanca compiten dentro de su propio espacio y en La Pampa no parece haber intenciones de generar una alianza con la Casa Rosada.
Santa Fe inaugura el calendario electoral este domingo con dos comicios simultáneos. Por un lado, la elección general de convencionales constituyentes para reformar la Carta Magna provincial y, entre otras cosas, habilitar la reelección del gobernador. Se espera que triunfe en las urnas. Por otro lado, se harán las PASO para cargos legislativos locales. Pullaro es una de las figuras señaladas como posible proyecto nacional una vez culminados sus mandatos en la provincia.
En San Luis se reeditó la coalición entre Avanzar San Luis, UCR, PRO, Libres del Sur y GEN, entre otros. Pese a tener un dirigente puntano en el gabinete nacional, orgánicamente el partido no cerró con Milei. En Corrientes se espera algo similar, con el condimento adicional de que también se elegirá gobernador. En Mendoza, con el halcón Alfredo Cornejo a la cabeza, la relación con los libertarios es buena, pero por ahora no parecieran lograr la misma sintonía en lo local.
En La Pampa también hay intenciones de continuar con los vínculos políticos preexistentes y fortalecerlos. El radicalismo pampeano quiere encabezar cualquier frente electoral, en todos los escenarios posibles. Con el PRO tienen un buen vínculo e incluso una estrategia común en la legislatura local. En los Concejos Deliberante y en las gestiones locales también hay mixtura, por lo que la relación es óptima.
Los libertarios, desde la visión radical, no tienen gran fortaleza en la provincia, ningún diputado y solo un concejal que se pasó del macrismo a filas violeta. Luego, algún organismo nacional donde designaron personas, pero sin poder político por lo que la estrategia, se previó, se digitará en Buenos Aires.
Ante ese escenario, la UCR quiere construir una propuesta para desbancar al peronismo. Apunta a generar una confluencia de los equipos técnicos de distintos partidos, como el PRO y el MID, para pensar en un proyecto a largo plazo a partir de una relación ya existente entre ellos.
El problema en esta ecuación es que el PRO no está dispuesto a entregar la cabeza de la lista, como pretenden los radicales que superan en número de intendentes a los macristas. Los amarillos lideraron en 2021 tras triunfar en las PASO pampeanas por lo que, se dijo, corresponde que, “si quieren”, los radicales sean los que acompañen. El PRO piensa en un gran frente con la UCR, Comunidad Organizada y LLA porque, para ellos, el sello violeta ya les proporciona un piso alto.
Buenos Aires es uno de los grandes misterios. Con los comicios desdoblados, los radicales pueden ganar en volumen por su territorialidad en el interior de la provincia. Esto genera cierta expectativa a la hora de pensar en un acercamiento con el PRO y La Libertad Avanza. Allí, la UCR está partida en dos, con un sector más proclive a una decisión semejante y otro que la niega de forma rotunda.
“Este nuevo escenario abre una oportunidad para el radicalismo: fortalecer nuestra territorialidad, afirmar nuestra identidad y construir una alternativa sólida en cada distrito”, tuiteó Miguel Fernández, el candidato de Maximiliano Abad para el Comité provincial, cuando Axel Kicillof anunció el desdoblamiento.
Sin dejar de lado que la titularidad del Comité está judicializada y nunca asumió el nuevo presidente – el otro es el diputado Pablo Juliano -, un dirigente relativizó esa supuesta fortaleza radical. La UCR tiene “27 intendentes, que representan menos de 3% del padrón”, se cuestionó. Esto puede ser un problema a la hora de negociar, sumado a la falta de caras rimbombantes. De momento, Facundo Manes – que tiene que renovar banca – es el mejor posicionado, superando hasta en ocho veces las mediciones del partido.