El escenario económico no es el que esperaba Javier Milei para arrancar la campaña electoral que más le interesa. La inestabilidad económica, el fantasma que La Libertad Avanza creía haber ahuyentado, está de regreso, en el momento más inconveniente y el índice de inflación que persiste debajo del 2% tiene que competir con el temblor que provocan el combo de dólar barato, ajuste, cierre de empresas y destrucción de empleo. El gobierno tiene a su favor todas las diferencias que el peronismo no puede disimular y las heridas que todavía sangran. Pero tiene en contra la gestión de un año y medio, que lo incrimina ante gran parte de los votantes de sectores bajos que lo creyeron la última esperanza.
La definición de las listas en la provincia de Buenos Aires confirma que los residuos del PRO quedaron diluidos en el sello de la extrema derecha. Pero también que el triángulo de hierro alteró su geometría y Santiago Caputo quedó al margen de las decisiones. Los resultados dirán si la Unidad Transitoria de Empresas que Karina Milei selló con la familia Menem da resultado. El asesor estrella por ahora dosifica su rencor y regula su capacidad de daño. La campaña empieza ya, pero habrá tres semanas claves, desde el 17 de agosto -cuando cierran las listas nacionales- hasta el 7 de septiembre. En esa ventana de tiempo, los candidatos que encabecen la boleta de diputados para el Congreso entrarán a escena con grandes chances de opacar la carrera en las secciones electorales. “Se van a confundir las campañas y el gobierno va a jugar para que los candidatos de Milei pesen más que Pareja”, dice un dirigente con incidencia territorial.
El peronismo de la unidad a reglamento y el frente de derecha copado por LLA proyectan un escenario de polarización cerrado. Unos y otros tienen el desafío de interpelar a una sociedad hiperconectada que se desliga de la política y se concentra en su propia supervivencia. En ese esquema, los votos que el tercer espacio le arrebate a las dos opciones principales pueden ser decisivos. Somos Buenos Aires compite en todos lados, pero se reconoce con peso escaso en el conurbano. La apuesta es liderar en dos secciones: la segunda, en acuerdo con la fuerza de Manuel Passaglia, y la cuarta, con incidencia de Pablo Petrecca, el intendente de Junín. Se lo dijo un dirigente nacional del peronismo a uno de los promotores de la avenida del medio: “Qué bien nos viene tu lista”.
Los candidatos tendrán que salir de la endogamia y conectar con las caras de la crisis. El mismo día que Milei festejó la inflación del 1,6 % en junio, con una baja importante en el IPC núcleo, la secretaría de Empleo del ex Techint Julio Cordero explicó por qué la plata no alcanza. Informó que los salarios registrados del sector privado quedaron detrás de la inflación por cuarto mes consecutivo y acumulan una pérdida de 5,4% entre enero y mayo de 2025. Todo es mucho peor para los trabajadores del sector público: sufren una licuación récord y en el Estado nacional ya perdieron 31,6% con respecto a noviembre de 2023.
El cuadro se completa con el boom del cuentapropismo, que lidera el crecimiento de los puestos de trabajo y reemplaza los empleos registrados que se destruyen día a día. Según un trabajo de la consultora Equilibra en base a datos del INDEC, en el primer trimestre de 2025, los puestos de trabajo totales de la economía crecieron 1,1% interanual y llegaron a 22,7 millones. Pero lo que más creció fueron los cuentapropistas/no asalariados (+4,7% interanual) y los asalariados informales (+0,8% i.a.). Esa tendencia superó la destrucción de empleo formal -0,6%- y los despidos que se concentraron entre los asalariados privados formales -0,9%-.
La consultora de Martin Rapetti indica que los trabajos independientes cumplen el rol de “empleo refugio” frente a la caída de asalariados formales y la pérdida de ingresos reales. En el reino de la precariedad, las horas totales trabajadas crecieron 1,9% interanual en el primer trimestre de 2025, impulsadas por no asalariados (+6,6%) y asalariados informales (+1,8%). Mientras se destruye trabajo formal en la industria y servicios sociales y salud, crece el no registrado en rubros como comercio, hoteles y restaurantes y transporte, todo asociado al universo de los plataformizados. Es una reforma laboral de facto que no espera ni depende de octubre, el resultado que desvive a Milei y a los actores de poder que lo sostienen.
En una interesante descripción del ecosistema de supervivencia que se expande en los barrios, el politólogo Matías Mora Caceres da cuenta de un fenómeno que responde más al ingenio popular que a la vocación emprendedora. Mora Caceres usa el término “manteros digitales” para referirse a los vendedores que usan redes sociales y plataformas de mensajería para ofrecer productos sin punto de venta físico. En una nota en el sitio Anred, señala que las cadenas de revendedores por comisión y redes de confianza barrial hoy reemplazan al patrón, al salario y al sindicato. Además, señala que los denominados “cajeros”, adolescentes que funcionan como intermediarios y reciben apuestas online, son en muchos casos mujeres jóvenes afectadas por un índice de desempleo que el INDEC ya reconoce en el 19,2% en la franja de entre 15 y 29 años. Se trata, dice, de una fuente de ingreso arriesgada que, muchas veces, genera deudas y problemas de consumo.
Las estrategias de supervivencia que millones de personas despliegan cada día amortiguan el impacto de la crisis y contienen el malestar. Milei, que llegó al poder con el apoyo de identidades laborales híbridas, se beneficia de esa tendencia. Pero el segundo semestre volvió a delatar la fragilidad del esquema y sostener la inflación por debajo del 2% le cuesta cada vez más caro. Los fondos de inversión ven desesperado a Luis Caputo y el riesgo país vuelve a escalar, lejos de los 400 puntos con los que fantaseaban los tuiteros oficiales.
Las elecciones quedaron lejos, la frazada es corta y la ingeniería financiera que acaba de ensayar el gobierno salió mal. Duró nada la ilusión de que el desarme de las llamadas LEFI iba a redundar en más crédito para la economía real, en un momento en que la presión sobre el dólar resurge y el gobierno sale tarde y obligado a comprar reservas. Pasó todo lo contrario y aceleró la demanda de dólares de los que no quieren pesos porque desconfían de la estabilidad atada con alambre.
En los últimos días, la interna desatada en el corazón del oficialismo tuvo su capítulo económico. Eternos ganadores, los bancos le habían avisado a Santiago Bausili que no iban a convalidar una movida que resintiera sus intereses. Pero el presidente del Banco Central no pudo disuadir a su socio histórico en la consultora Anker: perdió la pulseada con Pablo Quirno, otro íntimo amigo de Caputo que se abraza a la bandera del superávit fiscal y se desliga de la realidad.
Con el dólar arriba de los 1300 pesos, el gobierno tuvo que armar una licitación de emergencia en la que retrocedió varios casilleros y convalidó una tasa efectiva anual astronómica: del 47%, cuando la inflación que proyecta el gobierno para 2025 es del 22,7%, según el adelanto de Presupuesto 2026 que se envió al Congreso. Esa diferencia es la que economistas de todas las orientaciones definen como parte de un “sendero explosivo”. Como en el juego de la oca, Milei quiere avanzar, pero vuelve al punto de partida. Dólar más alto, tasas más altas, venta de dólar futuro, suba de encajes y licitaciones de emergencia.
Después del salvataje del FMI, el presidente tuvo la gran oportunidad de inaugurar las bandas de flotación con compra de reservas, pero prefirió sostener con nueva deuda el esquema de dólar barato que venía de fracasar. Tras el alerta de JP Morgan y sin el aire que pretendía para llegar a octubre, salió a comprar dólares de urgencia para aproximarse a la meta con el Fondo. Aunque no hay datos oficiales que lo confirmen y los economistas del mercado dudan, se estima que el BCRA adquirió 900 millones de dólares en menos de un mes. De ser así, todavía estaría U$S 3000 millones abajo de la meta que le fijó para septiembre el acreedor privilegiado de la Argentina.
Milei tiene dos prioridades no siempre complementarias: bajar la inflación y pagarle a los bonistas. El próximo pago será en enero, cuando tenga que afrontar vencimientos por casi 5000 millones de dólares. “La virtud del equipo económico es que cada vez que muerde el pasto, corrige. El defecto es que no lo reconocen y prefieren inventar una nueva fase para no admitir que las cosas salieron mal”, dice, con un manto de piedad, un economista que pasó por la función pública. No es la primera vez que el gabinete del ex trader de JP Morgan choca con la realidad. Lo mismo le había pasado justo un año atrás, tal como lo recuerda el último informe del Banco Provincia que elaboró Matías Rajnerman.
A contramano del vamos ganando libertario, los números cada vez cierran menos. Lo muestra el análisis que el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas difundió el viernes. Desde enero de 2025, los intereses de deuda superan mes a mes el gasto en jubilaciones y pensiones, por lejos la principal partida del presupuesto nacional, motivo recurrente de todos los debates y todos los ajustes. Si en abril de 2024 el Estado destinaba $2,3 billones a jubilaciones y casi nada a intereses capitalizados, en mayo y junio de 2025 el gasto en intereses alcanzó los $6,5 y $6,3 billones respectivamente, por encima de los $4,2 y $6,2 billones destinados al sistema previsional. El trabajo del equipo de Claudio Lozano marca que la capitalización de intereses de la deuda pública no se paga en el momento, pero genera obligaciones efectivas que se acumulan y tienen que saldarse en el futuro. Para Lozano, la deuda pública ya se devoró al superávit y el gobierno profundiza su dependencia de emisiones de deuda a tasas del 40% y con vencimientos cada vez más cortos. Según el informe, el exitismo oficial por el superávit disimula un déficit social y un déficit financiero. En el primer semestre de 2025, el “superávit” financiero fue de $3,1 billones, pero se acumularon intereses impagos por $30,1 billones: un déficit real de $27 billones”. Es la misma evolución que miran los ejecutivos de Wall Street que recomiendan tomarse un respiro con la Argentina de Milei.