Al servicio del control social: qué dice el plan de inteligencia de Milei

En el Plan de Inteligencia Nacional, el organismo que conduce Sergio Neiffert abre la posibilidad para que se haga espionaje contra todo aquel que “erosione la confianza” en el plan económico del Poder Ejecutivo y manipule a la opinión pública “de manera contraria al interés nacional”. ¿Periodistas y economistas en la mira? También pueden ser blanco de acciones de inteligencia quienes cuestionan a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich o realicen determinadas acciones de protesta. El encuadramiento explícito con la política de los Estados Unidos e Israel. Y la violación de la Ley de Inteligencia Nacional.

28 de mayo, 2025 | 17.25

El gobierno de Javier Milei habilita el espionaje interno según surge de un documento reservado que elaboró la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y al que accedió El Destape. El objetivo que subyace en las directivas es la posibilidad de que la ex AFI realice un control social sobre distintos actores de la sociedad y trabaje para reforzar el relato oficial sobre la realidad.

El organismo que conduce Sergio Neiffert abre la posibilidad para que se realicen tareas de inteligencia contra todo aquel que “erosione la confianza” en el plan económico del Poder Ejecutivo y manipule a la opinión pública “de manera contraria al interés nacional”. Se trata del Plan de Inteligencia Nacional (PIN) 2024, que utiliza todo tipo de ambigüedades e imprecisiones lo que hace que La Casa, como se conoce a la ex AFI, pueda tener como blanco a periodistas, economistas y todo aquel que critique a Milei y su relato de la realidad, lo que viola la Ley de Inteligencia Nacional. También pueden ser objetivo de acciones de inteligencia quienes cuestionan a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich o realicen determinadas acciones de protesta. Otro dato central que se desprende del PIN es el encuadramiento explícito con la política de los Estados Unidos e Israel.

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El periodista Pablo Dipierri fue el primero en dar a conocer algunos rasgos del PIN de la gestión mileísta en noviembre del año pasado pero el tema volvió a ganar la agenda mediática y política el pasado 25 de mayo luego de que el periodista de La Nación Hugo Alconada Mon hiciera foco en más elementos del documento, que entró en vigencia a finales del año pasado según pudo reconstruir este medio. Tras la difusión de los planes de la SIDE, Alconada Mon denunció que fue amenazado y que intentaron hackearlo. Ahora El Destape brinda más detalles de este documento que habilita el espionaje interno.

En un comunicado que emitió como respuesta a la nota de Alconada Mon, la Oficina del Presidente negó que la SIDE se use para perseguir opositores pero confirmó la existencia del documento de la polémica. ¿Qué se establece en el Plan de Inteligencia Nacional de la SIDE de Milei? Diez Lineamientos estratégicos, que tienen un objetivo general y diversos objetivos particulares para llevarlos adelante. En estos últimos es donde se genera la posibilidad de hacer espionaje interno.

Por ejemplo, en el Lineamiento estratégico 2, titulado “Superioridad de la información y riesgo de influencia externa”, se precisa como objetivo analizar los riegos o amenazas que se generen por la difusión de “información falsa o engañosa” con “la intención de influir en la opinión pública y/ o manipular a personas vinculadas a procesos decisorios, de manera contraria al interés nacional”. Aquí es donde entran en juego distintas dimensiones para la SIDE, como la política, la económica y la social. Según constató El Destape, en Planes de Inteligencia Nacional de otras gestiones no existió abordajes de esas cuestiones.

En lo que hace a la primera dimensión, por ejemplo, la SIDE mileísta se propone hacer foco en quienes “promuevan relatos con potencialidad de desestabilización institucional”. De acuerdo al relato del gobierno, las marchas de los jubilados de los miércoles tienen esa calidad. Algo similar sucedió con la movilización contra la aprobación de la Ley Bases, que terminó como las de los miércoles en una brutal represión. Entonces el gobierno habló de golpe de Estado.

La SIDE también explicitó la necesidad de prestar central atención sobre actores estratégicos que desarrollen “acciones de manipulación de la opinión pública” para influir en procesos electorales. No parece una casualidad que el PIN 2024 haya entrado en vigencia a finales del año pasado, a meses de los comicios de medio término de este 2025.

En lo que hace a la dimensión social, se pone como objetivo de inteligencia a quienes difundan “información falsa o engañosa” para erosionar “la cohesión social y el sentido de identidad compartido”. Una directiva muy amplia que habilita cualquier tipo de operación de inteligencia.

Otro objetivo particular del PIN 2024 se centra en el aspecto económico del gobierno. La SIDE apunta a quienes difundan “información falsa o engañosa” para producir un “impacto significativo en la dimensión económica, afectando el normal desempeño de diversos sectores y generando riesgos a la Nación y la sociedad”. Ante este enfoque: ¿Un economista podría ser blanco de la SIDE? ¿Y un periodista?  

Las dudas se multiplican cuando la ex AFI también ponen entre sus objetivos a aquellos que erosionen la confianza en el sistema financiero “y la solvencia de las instancias bancarias de la Nación”. ¿Una advertencia sobre una corrida bancaria podría transformar a quien la informe en un potencial objetivo de la agencia de inteligencia?

En lo que hace a la dimensión de “Seguridad” la SIDE pareciera querer blindar a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y al de Defensa, Luis Petri. Es que se promueve una especial atención sobre quienes desgasten la confianza de la sociedad en los responsables de la Seguridad de la Nación. Lo mismo sucede con quienes intenten hacer lo propio “en las instituciones de Seguridad y Defensa”. En tiempos en donde crece la represión a instancias del ministerio de Seguridad o se impulsa la injerencia de las Fuerzas Armadas en cuestiones de seguridad interior esa prerrogativa no parece azarosa.

Otro eje del PIN es la dimensión “Salud Pública”. En este apartado, la lupa está en quienes  “procuren generar angustia en la población respecto de la posible propagación de enfermedades, considerando el espectro desde la vacunación hasta tratamientos de las enfermedades infectocontagiosas”. ¿Se trata de una forma de blindar el relato mileísta en materia sanitaria cuando, por ejemplo,  el gobierno promueve la salida de la Argentina de la Organización Mundial de la Salud? ¿Denunciar la falta de vacunas podría motivar una persecución de los espías?

En el Lineamiento Estratégico 3 pareciera prepararse el terreno para avanzar contra quienes realicen un paro de actividades o un bloqueo en el marco, por ejemplo, de una medida sindical. Es que el objetivo que aparece en este fragmento del documento son quienes “pudieran afectar las cadenas de abastecimiento centrales para el comercio exterior y la disponibilidad local de bienes y servicios”.

A lo largo del PIN de la gestión libertaria, de 170 páginas, también se habilita la participación de la SIDE en cuestiones de competencia como podría ser la “carterización” de empresas o “conductas monopólicas” siempre que tengan un “efecto negativo sobre el interés nacional”. ¿Qué sucedería en el caso de la fusión Personal y Telefónica que beneficia al Grupo Clarín?

Lo que evidencia que el documento se elaboró el año pasado es que se promueve la persecución de la evasión fiscal, el lavado de activos y la fuga de capitales cuando el gobierno nacional está ahora promoviendo que la gente “saque los dólares de abajo del colchón” para volcar dinero que no sería declarado en el circuito financiero. Algo similar sucede con las amenazas del cambio climático, una temática que Milei no suele tomar en serio.

Otro aspecto central del PIN es el encuadramiento de la Argentina con Estados Unidos (EEUU) e Israel. En esa línea, se establece como “blanco” –explícitamente- aquellos que impidan o condicionen la relación estratégica con ambos países.

Muchos de los objetivos de inteligencia que se volcaron en el PIN 2024 violan lo establecido en el artículo 4° de la Ley de Inteligencia Nacional (25.520). Allí se establece que ningún organismo de inteligencia podrá “obtener información, producir inteligencia o almacenar datos sobre personas, por el solo hecho de su raza, fe religiosa, acciones privadas, u opinión política, o de adhesión o pertenencia a organizaciones partidarias, sociales, sindicales, comunitarias, cooperativas, asistenciales, culturales o laborales, así como por la actividad lícita que desarrollen en cualquier esfera de acción”. Tampoco podrá “influir de cualquier modo en la situación institucional, política, militar, policial, social y económica del país, en su política exterior, en la vida interna de los partidos políticos legalmente constituidos, en la opinión pública, en personas, en medios de difusión o en asociaciones o agrupaciones legales de cualquier tipo”.

Para Paula Litvachky, directora ejecutiva del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), “lo que se conoce del Plan de Inteligencia genera preocupación porque pone como objetivos de la inteligencia argentina cuestiones vinculadas a lo que se podría denominar inteligencia política, que es, según nuestra ley de inteligencia, inteligencia ilegal”. “El plan baja unas directivas que luego son aplicadas en operativos por la SIDE y las distintas agencias que están abajo de la SIDE y que en la medida que las intervenciones operativas están amparadas por esos lineamientos del plan de inteligencia las van a poder justificar. Ese es el riesgo”, añadió.

Litvachky también contextualizó el nuevo PIN en la historia de la SIDE que “ha tenido un uso general para la persecución política, para la inteligencia política”. “Por esa razón en los últimos años se venía discutiendo la necesidad de reformas en la SIDE y de limitar su intervención así cono los fondos reservados. El gobierno además reformó a través del DNU 614 toda la estructura de inteligencia y le dio  operativamente algunas atribuciones que para nosotros son problemáticas, incluso inconstitucionales”, precisó la directiva del CELS.

El Plan de Inteligencia Nacional mileísta está vigente desde hace unos meses. Por lo que un interrogante es inevitable: ¿La SIDE de Milei ejecutó alguno de estos objetivos particulares de inteligencia, es decir, estuvo haciendo espionaje interno?