En 2022 el caso de Nora Dalmasso, la mujer asesinada en la ciudad cordobesa de Río Cuarto, dio un giro sorpresivo. Nuevas pistas pusieron las miradas sobre Roberto Bárzola, conocido como "el parquetista", que ya había sido apuntado y había quedado fuera de la investigación. ¿Por qué ahora es sospechoso?
Cuáles son las pistas que incriminan a Bárzola en el crimen de Nora Dalmasso
Bárzola tenía 25 años y realizaba un trabajo de pulido en la casa de Nora Dalmasso cuando ocurrió el femicidio. Desde el inicio de la investigación, declaró seis veces. Incluso, Marcelo Brito, el histórico abogado del viudo Marcelo Macarrón que finalmente fue absuelto por la Justicia, ya lo señalaba como sospechoso desde 2007 y había pedido su indagatoria, una extracción de ADN y otras medidas de pruebas que la fiscalía en ese entonces no aceptó.
Además, la madre de Nora, Delia "Nené" Grassi, había remarcado declarado que la única persona con la que su hija había tenido problemas era con el “parquetista”. Al declarar en el juicio contra el viudo, Bárzola minimizó la discusión que había tenido con la víctima. “Me reprochó sobre el polvillo”, aseguró. Tras la absolución de Macarrón, el fiscal Pablo Jávega pidió tomar muestras de 45 personas y pedir las comparaciones de ADN.
Así, a través del análisis de pericias y pruebas en diciembre de 2022 el Ministerio Público Fiscal de la provincia de Córdoba reveló que Roberto Bárzola era compatible con las huellas genéticas recabadas en la bata de la víctima 18 años atrás: su ADN se encontraba en el cinturón usado para estrangular a Nora y en el vello levantado de la zona inguinal de Nora Dalmasso.
Las contradicciones en sus declaraciones que podrían ser clave
Los especialistas repasaron cada paso de la investigación y, ahora, ponen la mirada en una contradicción que puede volverse clave para la causa y que tiene que ver con cómo el parquetista describe los movimientos el día del crimen.
El día del femicidio, aquel sábado 25 de noviembre de 2006, fue explicado por Bárzola en cada declaración. Frente a la Justicia, en su primera declaración como testigo, aseguró que “ese día llovía muy mucho" y "tocó el timbre dos veces”. Según relató, había acordado con su jefe para ir a terminar un trabajo, pero “como nadie lo atendía" entró abriendo el pasador de la puerta de rejas y llamó a la puerta dos veces sin ser atendido. El parquetista afirmó que esperó “unos diez minutos” y se fue porque estaba muy mojado. Además, añadió que se encontró con su patrón y desistió de hacer el trabajo, por lo que se fue a su casa.
Más tarde, Bárzola se sentaría en el banquillo de los testigos en el juicio contra el viudo, Marcelo Macarrón. Allí volvió a relatar el hecho pero con varias diferencias. Cuando recordó los movimientos de ese sábado, el parquetista aseguró que “tenía que terminar un trabajo en otra casa y después pasaba por lo de Macarrón”. Fue la primera contradicción, porque el ahora sospechoso aseguró “yo no fuí a la casa, le mentí a mi patrón diciendo que había ido y que no se podía hacer nada porque habíamos dejado la ventana abierta y me fui a la casa de Macarrón a esperarlo”. Según Barzola, había ido en moto y se bajó para esperarlo “ahí nomás, en la puertita”.
La clave está en que en el juicio, Bárzola sostuvo que no tocó el timbre de la casa “porque si le abrían se tenía que quedarse a trabajar” y explicó que hizo eso porque “no le gusta trabajar los sábados”. Frente a esa contradicción, el fiscal del juicio contra Marcelo Macarrón, Julio Rivero, le marcó a Bárzola lo que ocurría y el parquetista se defendió diciendo “no me acuerdo, no me acuerdo si toqué timbre” y se enredó en una excusa para tratar de explicarse.
“En su momento, te digo la verdad, no entendía la gravedad del hecho”, justificó y se inculpó de falso testimonio al señalar que también le mintió a la policía asegurando que estuvo en la otra casa del country donde nunca había ido. En ese juicio, ni el fiscal ni el presidente del tribunal decidieron profundizar el tema.
Ahora las pericias de ADN ubican a Roberto Bárzola en la escena del femicidio y lo dejan como el principal sospechoso de violación y asesinato de Nora Dalmasso. Mientras su defensa apuesta por pedir la proscripción del caso, el fiscal Jávega y los abogados de la familia buscan que el caso no quede impune.