El científico que combate la contaminación y ayuda cuidar el medio ambiente: la historia de Walid Anka

Es ingeniero químico e impulsa innovaciones científicas que ayudan a la industria a reducir contaminación y proteger el medio ambiente con soluciones sustentables. 

01 de octubre, 2024 | 08.00

En un momento en que la contaminación y el impacto ambiental son desafíos urgentes, el ingeniero químico Walid Anka adoptó como misión combinar el desarrollo económico con el cuidado de nuestro planeta. Desde el cruce entre ciencia e industria, impulsa soluciones capaces de transformar residuos en recursos y procesos contaminantes en sistemas limpios y eficientes. Su trabajo demuestra que la innovación también puede ser una herramienta para proteger el medio ambiente.

En el imaginario colectivo, la industria suele asociarse con humo, desperdicio y riesgo ambiental. Pero Anka se dedicó a desmontarlo. Su enfoque parte de una premisa clara: “Los residuos son materia prima mal entendida”. Bajo esa idea diseñó sistemas biotecnológicos capaces de limpiar aguas contaminadas mediante bacterias, recuperando nutrientes que luego se utilizan como fertilizantes. Un ejemplo concreto de cómo la industria puede producir más, contaminando menos.

El trabajo de Anka combina simulaciones, investigación y visitas a plantas industriales donde revisa procesos, calcula consumos y detecta oportunidades de mejora. Logró reducir en hasta un 30% el gasto energético en sistemas termoquímicos sin perder capacidad de producción. Ese tipo de avances, lejos de ser abstractos, significan menos emisiones y mayor eficiencia para la industria moderna.

"Química verde": la nueva tendencia

Para Anka, combatir la contaminación requiere un cambio cultural dentro de las empresas. No se trata solo de cumplir normativas, sino de comprender que la sostenibilidad es parte de la competitividad. Su capacidad para comunicar ciencia de manera accesible fue clave: explica complejas reacciones químicas usando ejemplos cotidianos como envases, aire o agua. En conferencias, insiste en que la transición hacia procesos limpios no es una utopía, sino una oportunidad económica.

El ingeniero imagina un futuro donde las fábricas integren microorganismos para reemplazar procesos altamente contaminantes, plásticos biodegradables hechos a partir de residuos agrícolas y sistemas que utilicen inteligencia artificial para optimizar recursos en tiempo real. “La industria del mañana será más limpia y más justa”, afirma. Su mirada combina ciencia, ética y desarrollo sostenible.

Su trayectoria internacional incluye premios, publicaciones y proyectos piloto que hoy se estudian como casos modelo. Pero Anka insiste en que “los premios son solo un medio”. Lo importante, repite, es demostrar que la ciencia aplicada puede mejorar la vida cotidiana y reducir el impacto ambiental sin frenar el crecimiento industrial