Respirar por la boca es mucho más peligroso para la salud de lo que la gente piensa. Este hábito tan común en la población tiene consecuencias para la salud, tanto a corto como a largo plazo, y además de afectar la parte física, también tiene consecuencias negativas para la mental. Muchas personas normalizan vivir con la nariz tapada y dormir con la boca abierta, pero lo cierto es que si este hábito se debe modificar de manera urgente para tener una mejor calidad de vida.
La forma correcta de respirar es por la nariz. Cuando lo hacemos, el aire se filtra, se humedece, se calienta y regula su temperatura para llegar a los pulmones. De esta manera, nuestro cerebro logra oxigenarse correctamente para poder cumplir con sus funciones. Cuando respiramos por la boca (ya sea porque hay una alergia, una desviación del tabique, congestión o un mal hábito), estamos exponiendo a nuestro cuerpo a muchos riesgos.
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Riesgos de respirar por la boca
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Riesgo de muerte prematura y trastornos de sueño: respirar por la boca mientras dormimos puede generar ronquidos y la apnea del sueño. Estos problemas afectan la oxigenación, la calidad del descanso y el rendimiento diario. Roncar y tener apnea es peligroso, ya que puede aumentar significativamente el riesgo de hipertensión, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2 y otros problemas de salud.
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Mayor riesgo de infecciones: la nariz actúa como un filtro para que el aire pase limpio a las vías respiratorias. Si esto no sucede, el aire llega sucio y aumentan las posibilidades de infecciones pulmonares, faringitis y resfriados.
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Alteraciones faciales: respirar por la boca modifica completamente la estructura facial, ya que afecta al crecimiento de los maxilares y puede generar paladares estrechos. También puede hacer que apoyes mal la lengua dentro de la boca, haciendo que con el paso del tiempo, tus dientes se salgan para adelante.
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Problemas dentales y bucales: respirar por la boca reseca la saliva, que es clave para mantener el equilibrio bacteriano en la boca. Esto genera mal aliento, caries, encías inflamadas y altera la forma correcta del paladar.
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Fatiga y bajo rendimiento físico: si respiramos por la boca, el oxígeno no entra correctamente. Como consecuencia, los músculos no reciben el oxígeno adecuado y te va a costar más recuperarte físicamente y hacer actividad física.
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Problemas digestivos: al respirar por la boca, es posible que se genere un exceso de gases en tu estómago y/o intestino, derivando el problemas digestivos como eructos, gases, reflujo, dolores, entre otros.
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Ansiedad y estrés: la respiración bucal activa el sistema nervioso simpático, que es el de alerta. Esto puede aumentar la sensación de ansiedad o mantenerte en un estado constante de tensión.
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Falta de concentración y memoria: la respiración nasal activa circuitos cerebrales vinculados a la memoria y la regulación emocional. Por el contrario, si respirás por la boca estas funciones se van a ver afectadas.
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Mal estado de ánimo: una mala respiración puede generar síntomas depresivos o de desregulación emocional, ya que el cerebro no puede trabajar correctamente.
Cómo modificar la respiración bucal para respirar por la nariz
Un periodista llamado Thomas Germain contó su experiencia respirando por la nariz tras haberse sometido a una cirugía. En diálogo con BBC, explicó cómo para él fue "una lucha constante" cambiar este hábito. "A menudo caminaba con un leve silbido en la nariz, rezando para que nadie pudiera oírlo”, comentó. Como el de muchos, su problema era que tenía el tabique desviado, lo que obstruía sus fosas nasales y lo llevaba a respirar por la boca.
Esto le provocaba apnea del sueño, lo que le interrumpía el descanso, y que además, se asocia con riesgos graves para la salud, incluso la muerte prematura. Después de años de malestar, se sometió a una operación para enderezar el tabique y reducir sus cornetes nasales. Afortunadamente, el resultado fue muy positivo, y por primera vez, pudo respirar profundamente por ambas fosas nasales.
"Mi ansiedad disminuyó, estoy más concentrado y mi estado de ánimo mejoró en general. Puede que no sea una coincidencia”, afirmó. "Hay muchas investigaciones que asocian la respiración bucal con problemas de salud oral”, explicó Ann Kearney, patóloga del habla en el Centro Médico de la Universidad de Stanford, citada por la BBC. Estos riesgos van desde caries, enfermedad de las encías, hasta alteraciones en el desarrollo de los dientes y la mandíbula en la infancia o problemas en el sistema inmune.
Para evitarlo, algunos influencers de salud promueven el uso de cintas para sellar la boca por la noche. Esta técnica, conocida como “mouth taping”, busca forzar la respiración nasal. Sin embargo, los especialistas advierten que puede ser peligrosa si no se evalúa primero la salud respiratoria. "Si una persona tiene apnea moderada o severa, esos episodios en los que abre la boca pueden ser importantes para normalizar sus niveles de oxígeno", señaló Callander. Por eso, no se debe probar el mouth taping sin consultar antes con un especialista.
En lugar de la cinta, Callander sugiere alternativas menos invasivas, como las tiras nasales externas. Estas pueden ayudar a quienes tienen colapso valvular nasal, una condición en la que la presión negativa al inhalar cierra las fosas nasales. Aunque no son eficaces para casos más severos como tabiques desviados, pueden ofrecer alivio en situaciones leves o durante el ejercicio.
Más allá de lo físico, el periodista también contó cómo esto cambió su salud mental. "La forma en la que respiramos, particularmente por la nariz, puede tener un impacto sorprendente en nuestro bienestar psicológico. La nariz es como un carillón de viento para la mente. Casi todos los aspectos de mi vida han mejorado desde que me arreglaron la nariz", concluyó.