Una de las comidas más importantes de la jornada es el desayuno y es por ello que la misma debe contar con la presencia de ciertos alimentos para que se transforme en un hábito saludable. Si bien no se encuentran prohibidos, las preparaciones que dispongan de harina es aconsejable no consumirlas con regularidad para evitar las consecuencias que generan.
Así como el café es el impulso que muchos tienen para cortar el sueño e iniciar el día, el consumo de determinados alimentos por la mañana puede llegar a marcar una enorme diferencia. Sin embargo, no cualquier opción es recomendable y mucho menos si se considera aplicarla de manera regular. Las preparaciones a base de harina pueden generar complicaciones en la salud del organismo y el desarrollo de determinadas enfermedades.
"En la oficina todas las semanas hay consigna. La de hoy: traer algo para comer, con la inicial de tu nombre. Acá están los resultados", expresó Olivitta21, como figura su usuario de X (Ex Twitter). En la imagen se pueden apreciar cremonas, medialunas, facturas, sánguches de miga, chipas y hasta chocotorta. "Las harinas ingresaron al grupo", escribió la mujer señalando la cantidad de alimentos a base de este producto.
"Esto es una belleza", señaló un hombre en los comentarios. "Tendrías que haber llevado un salamín", le agregó una mujer. La mayoría de los usuarios estaban de acuerdo con las elecciones presentadas sobre la mesa de trabajo. Aunque lo recomendable es que esta práctica quede relegada de gran manera en el tiempo como pareciera que sucede dentro de la oficina. Se aconseja consumir una vez al mes y luego regresar a una dieta más equilibrada.
¿Por qué no consumir harinas en el desayuno?
El consumo de una gran cantidad de alimentos a base de harina y de manera frecuente puede provocar una serie de efectos negativos dentro del cuerpo.
- Azúcar en sangre: mucho de estos alimentos disponen de azúcar y esto puede contribuir a que aumente su presencia en sangre. Si se mantiene, se puede desarrollar un problema de diabetes que exige un tratamiento para combatirla y tenerla controlada.
- Niveles de energía: las harinas refinadas pueden generar un pico que luego es seguido por un descenso muy marcado que provoca fatiga, irritabilidad y una sensación de falta de fuerza.
- Control del peso: el consumo de productos con harina generará que se pierda un equilibrio en el peso corporal.
- Valor nutricional: disponen de un valor bajo de nutrientes, fibras, vitaminas y minerales.
- Problemas digestivos: algunas elaboraciones después de ser consumidas provocan una hinchazón estomacal acompañada de cierto malestar.
No obstante, se aconseja el consumo de harinas integrales que son aquellas que pueden derivarse de la avena y que se consiguen con cierta facilidad en las dietéticas. Estas dan mayor energía, una sensación de saciedad más prolongada y que impide llegar con menos hambre al almuerzo y lo más importante es que disponen de un elevado aporte de nutrientes.