El joven de nacionalidad peruana, Tony Janzen Valverde Victoriano, mejor conocido como "Pequeño J", está apuntado como el principal sospechoso de idear el triple femicidio de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez, en Florencio Varela.
El presunto líder narco fue detenido recientemente en Perú gracias a un trabajo en conjunto entre las fuerzas bonaerenses y el equipo antinarcóticos del país vecino. Un informe pericial, realizado por los médicos peruanos, dio a conocer su complejo perfil psicológico.
El informe, obtenido tras su captura, indica una estructura de personalidad marcada por patrones de alto riesgo y antisociales, elementos que podrían ser claves para determinar su presunta capacidad para liderar una red criminal y ejecutar actos del nivel de crueldad como los que se le imputan.
Entre las características resultantes de la evaluación elaborada por los especialistas peruanos, se destacan en la psiquis de "Pequeño J": rasgos psicopáticos/antisociales, rasgos narcisistas, agresividad y capacidad de manipulación.
A su vez, el peritaje remarca que su agresividad se desarrolló al crecer “viendo violencia como método válido de resolución de conflictos y consolidación de liderazgo”.
Pese a su supuesta influencia en bandas ligadas al narcotráfico, Valverde Victoriano no poseía antecedentes penales, lo que, según los fiscales, se debe a su modo de operar, manteniéndose alejado de la ejecución directa de los delitos.
Así atraparon a Pequeño J en Perú
Tony Janzen Valverde Victoriano fue capturado en la noche del martes 30 de septiembre, cuando las fuerzas de seguridad lograron dar con él en la ciudad de Lima, Perú.
El sospechoso de ser el autor intelectual del triple femicidio llevado a cabo en Florencio Varela era buscado de forma exhaustiva por las autoridades policiales, y una de las claves para atraparlo fue la información brindada por la novia del joven peruano.
La pareja de Valverde Victoriano le otorgó a los investigadores una pista clave: el teléfono celular que usaba Pequeño J. De esta manera, pudieron rastrear su ubicación, tomar conocimiento de la ruta que planeaba seguir y enterarse de que el presunto líder narco se mantenía en contacto con su mano derecha, Matías Ozorio.
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Los oficiales llevaron a cabo el mismo procedimiento con el celular de Ozorio, a quien atraparon horas antes gracias a que pudieron determinar la ubicación en la que se encontrarían ambos presuntos criminales.
Ya con Ozorio detenido y con su teléfono en manos de la policía, los oficiales mantuvieron las comunicaciones con Pequeño J, haciéndose pasar por su mano derecha.
Finalmente, la trampa que le tendieron resultó exitosa ya que lograron determinar la ubicación en la que se encontraría el presunto líder narco, para concluir poniéndolo bajo detención.