Cerró una importante fábrica de sábanas en medio de la crisis económica que generó el gobierno de Javier Milei y los trabajadores denuncian que además de despedirlos de un día para el otro, la empresa no les quiere pagar el total de las indemnizaciones.
Se trata de la la textil Blanco Nieve, empresa de Río Grande (Tierra del Fuego), fabricante de la marca de sábanas Casablanca y dueña de importantes licencias: 35 trabajadores quedaron en la calle.
Pese a tener más de 40 años de historia la empresa arrastra deudas con proveedores y con los propios trabajadores, la mayoría mujeres, quienes no cobran desde septiembre y venden parte de lo producido para tener algún ingreso.
“Yo digo el telegrama de despido, la verdad que, con más bronca todavía, más rabia, más impotencia, porque el sinvergüenza se da el tupe de despedirnos con el artículo 247, pretende pagar al 50 por ciento, cuando lo que él nos tiene que pagar, si él nos despide, el 100 por ciento de la indemnización”, expresó Marcela Cárdenas, delegada y secretaria gremial del Sindicato de Obreros de la Industria del Vestido (SOIVA).
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Hasta el jueves la producción funcionaba con normalidad, pese a los atrasos en los pagos, pero el viernes los trabajadores fueron a la fábrica y se encontraron con las puertas cerradas.
“Vinimos a trabajar en nuestro horario normal y nos encontramos que la planta estaba cerrada, sin habernos dicho nada, en absoluto. Es una sinvergüenzada, una canallada, eso de no dar la cara como nunca la dio", agregó en charla con FM Fuego.
La empresa busca pagar la mitad de las indemnizaciones
“Nosotros vamos a rechazar de cuajo ese telegrama. Si quiere cerrar, que pague lo que corresponde: el artículo 245, el 100 por ciento", aseguró la representante gremial.
La fabricante fueguina es dueña de las licencias de Agatha Ruiz de la Prada y Benito Fernández y tenía las licencias para hacer ropa blanca para los equipos de River, Boca, Racing, San Lorenzo, Independiente y muchos otros.
Tras la decisión de la empresa, los trabajadores tomaron la fábrica de manera pacífica ya que les preocupa que la vacíen. Mientras tanto siguen vendiendo sábanas de manera particular, algo que ya hacen hace meses para poder tener algún ingreso.
“No podemos naturalizar el hecho de que los trabajadores tengan que vender lo que producen para pagarse sus salarios. Esta no es una situación que corresponda en una relación laboral. Recién el 4 de octubre completamos el mes de agosto”, reclamó Cárdenas.
