Son cada vez más las personas que buscan experiencias distintas sin ir muy lejos de casa. La combinación de historia, arquitectura y algo rico para compartir es un plan perfecto para una tarde cultural. Y en pleno corazón de la Ciudad de Buenos Aires, hay un lugar que lo tiene todo.
Se trata de la Basílica Santa Rosa de Lima, uno de los templos más antiguos y majestuosos de CABA. Está ubicada en Balvanera, fue inaugurada en 1934 y todavía conserva cada uno de sus detalles originales. Acá, todos los detalles al respecto.
Cómo es y cómo visitar la Basílica Santa Rosa de Lima, en Buenos Aires
La Basílica Santa Rosa de Lima cuenta con una arquitectura que mezcla estilos neorrománicos y neogóticos, con vitrales coloridos. Además, tiene una gran cúpula de más de 50 metros de altura.
Este lugar tomó una mayor trascendencia en las últimas semanas luego de que se popularizara que, una vez al mes, se puede participar de una visita guiada que permite conocer rincones únicos de este templo porteño.
La experiencia incluye el acceso a las terrazas con vista a la ciudad, la imponente cúpula —desde donde se ve gran parte del barrio—, la cripta y hasta el antiguo órgano, que sigue en funcionamiento y se puede escuchar durante el recorrido.
Como broche de oro, la visita termina en el comedor de la marquesa, un salón especial dentro del complejo donde se sirve una merienda con té y pastelería artesanal. El paseo completo dura unas tres horas y, aunque no es gratuito, el valor de la entrada se destina al mantenimiento del templo y su órgano histórico.
Es importante saber que el recorrido no es apto para personas con movilidad reducida, ya que incluye varios tramos de escaleras. Las visitas se hacen una vez al mes y requieren reserva previa. Para anotarse o consultar el costo, hay que escribir por Instagram a "@visitandosantarosa", la cuenta oficial del templo donde también se publican las fechas de cada visita.
El rincón de Buenos Aires que guarda siglos de historia y ofrece un lindo café “escondido”
La Ciudad de Buenos Aires es sin lugar a dudas uno de los territorios de nuestro país que más rincones escondidos tiene. Pese a los millones de personas que la recorren diariamente, muchos de ellos son verdaderamente desconocidos.
Y entre ellos hay un lugar que sorprende por su paz y su valor patrimonial, pero también por la sorpresiva oferta que tiene: se trata del Monasterio de Santa Catalina, un rincón escondido que invita a viajar al pasado sin salir del centro porteño. Y además de su arquitectura colonial, hoy también funciona un encantador café que lo convierte en un plan perfecto. Los detalles.