A escasos metros del Obelisco, en pleno centro porteño, se encuentra un edificio con más de 130 años de historia. Se trata de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos Giuseppe Garibaldi, lugar esconde un verdadero tesoro urbano: el spa Colmegna.
El lugar es un espacio pensado para el bienestar físico y emocional, que combina instalaciones modernas con una historia centenaria, y que en los últimos meses ganó popularidad entre quienes buscan una pausa revitalizante en medio del ritmo acelerado de la ciudad.
¿Cómo es el spa Colmegna?
El spa Colmegna funciona dentro del edificio histórico emplazado en la calle Juan Domingo Perón al 1352. Su propuesta integra técnicas tradicionales de relajación y salud con equipamiento de última generación. El recorrido termal incluye duchas escocesas, saunas seco y húmedo, pileta de hidromasaje y una zona de relax con camillas calefaccionadas. A esto se suman tratamientos corporales, masajes y terapias faciales personalizadas, todo bajo la supervisión de profesionales especializados.
Este espacio fue pensado no solo como una experiencia estética o placentera, sino como un verdadero servicio de salud integral. Por esa razón, desde la institución señalan que no se trata de un spa convencional, sino de un centro con fines terapéuticos. De hecho, el ingreso al circuito requiere la presentación de una orden médica, una indicación que responde a las raíces mutualistas de la Sociedad Garibaldi, que conserva el espíritu solidario y sanitario de sus fundadores italianos.
Los servicios del spa Colmegna
El spa también ofrece actividades complementarias como clases de yoga, meditación, reeducación postural y kinesiología. A esto se suman planes específicos para adultos mayores, con rutinas diseñadas para mejorar la movilidad, la circulación y la calidad de vida. Este enfoque integral convierte al Colmegna en una alternativa accesible para quienes buscan cuidar su salud desde una perspectiva holística, sin alejarse del centro urbano.
El edificio que alberga el spa es considerado una joya del patrimonio arquitectónico de la Ciudad de Buenos Aires. Su fachada y salones principales mantienen la impronta original de fines del siglo XIX, combinando elementos neoclásicos con detalles ornamentales propios de la inmigración italiana de la época.
En este entorno, el spa funciona como una extensión del compromiso social de la entidad, sumando a su legado cultural una propuesta de salud moderna y abierta a la comunidad.
Con una oferta que equilibra tradición, historia y tecnología, el spa Colmegna se consolida como uno de los refugios urbanos más valorados por quienes transitan el centro porteño.
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