El caso de Diego Fernández Lima estremeció al país en mayo pasado cuando, luego de 41 años, encontraron los restos óseos del joven de 16 en un chalet del barrio porteño de Coghlan. La casa en la cual encontraron los restos de Fernández pertenece a Cristian Graf, principal sospechoso del crimen y quien, a su vez, es un ex compañero de colegio del adolescente fallecido.
Recientemente, el juez Alberto Litvack aceptó el pedido realizado por el fiscal Martín López Perrando, titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°61, en el cual solicitaba que el sospechoso de 58 años comparezca ante la justicia.
Debido al visto bueno del juez Litvack, Graf deberá prestar declaración indagatoria el próximo 17 de octubre por el delito de "encubrimiento" del crimen.
Se extrae de la información brindada por el sitio Fiscales.gob.ar, que el sospechoso de 58 años será indagado por presunto encubrimiento y supuesta supresión de evidencia.
Entre los principales argumentos que esbozó el fiscal López Perrando en su solicitud, se encontraba que: "La sola presencia del cuerpo de un adolescente enterrado en el fondo de una vivienda habitada en forma continua e ininterrumpida por una misma familia, resultaría suficiente indagar entre sus históricos ocupantes a fin de conocer la verdad sobre los antecedentes del macabro descubrimiento".
Más allá de que la causa se encuentra prescripta, por el tiempo que ocurrió desde el homicidio hasta el hallazgo del cuerpo, el representante del Ministerio Público Fiscal insiste en darle respuesta a los familiares del adolescente después de décadas de incertidumbre.
Las conductas sospechosas de Cristian Graf
Sumado a la clara vinculación de Cristian Graf con el caso, ya que los restos óseos de Diego fueron encontrados en el jardín de su domicilio, el fiscal López Perrando considera que, luego del hallazgo, el sospechoso realizó "maniobras unívocas destinadas a encubrir el hecho precedente".
Entre el accionar sospechoso de Graf, la Fiscalía señala:
- Haber intentado frenar tareas en la obra vecina.
- La contradicción en cuanto a los argumentos sobre de dónde podían venir los restos, cuando todavía no se confirmaba que los mismos eran de Diego Fernández.
- Haber realizado maniobras con el fin de desviar la investigación.
La fiscalía también informó otras actitudes extrañas, como el comportamiento evasivo frente a testigos y autoridades, y la actitud pasiva ante el descubrimiento de los huesos. Para el MPF, el comportamiento del sospechoso parecía buscar garantizar la impunidad de quienes cometieron el homicidio.
La última vez que Diego Fernández Lima fue visto con vida fue el 26 de julio de 1984, en la ciudad de Buenos Aires, y su familia nunca descansó en su búsqueda de justicia.