El encantador pueblo cordobés donde el tiempo parece haberse detenido

La provincia de Córdoba es una de las elegidas por miles de turistas que buscan destinos para una escapada de fin de semana.

06 de agosto, 2025 | 15.54

La provincia de Córdoba es uno de los destinos elegidos para una escapada de fin de semana. Allí hay cientos de lugares que ofrecen a los turistas tranquilidad total para desconectarse de las rutinas agobiantes de la ciudad. Uno de los destinos que ofrece es Ischilín, un pequeño pueblo a unos veinte kilómetros al sur de la ciudad de Deán Funes.

Su nombre, en lengua sanavirona, significa “alegría”. Así la bautizaron los primeros pobladores que habitaron estas tierras hace cientos de años atrás. En el noroeste cordobés, Ischilín parece estar detenida en la época colonial. Entre sus callecitas, destacan antiguos edificios de alto valor histórico.

Una vieja pulpería, la escuela Fernando Fader, una comisaría y un correo, son algunas de las construcciones emblemáticas. A ellas, se suman viejas casas de adobe, como el Rancho de Doña Eleuteria.

¿Cómo es Ischilín?

En este pueblo, que formó parte del Camino Real al Alto Perú, su principal imán religioso es la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario construida en 1706. Postal del lugar, se une a su emblemático algarrobo con más de 400 años en la plaza principal.

Aunque se desconoce su autor, la calidad del edificio -que se habilitó al culto en 1731- hace suponer que intervino algún arquitecto distinguido. En 1793 fue designada cabeza del Curato de Ischilín.

La iglesia, de una sola nave sin cúpula, con un coro alto y sacristía, está cubierta por una bóveda de cañón corrido que se prolonga hacia el exterior para formar un pórtico cobijo; la cubierta remata con un techo de tejas a dos aguas. La fachada muestra un balcón alto, arcaicas columnas sobrepuestas y dos hornacinas.

Ischilín es uno de los pueblos de Córdoba detenidos en el tiempo.

La ruta del vino

Presente en el Camino del Vino en Córdoba, la bodega Jairala Oller es una parada obligatoria para degustar sus exquisitos productos y dedicar un recorrido a sus viñedos y bodega para conocer el modo de cultivo y producción vitivinícola.

Para hospedarse, el pueblo cuenta con La Rosada o La Serena, dos casas de campo con alojamientos turísticos. Si no, en Deán Funes es posible hospedarse en el hotel La Sofía. En La Rosada también se ofrecen riquísimos platos, frescos y caseros.

Su nombre, en lengua sanavirona, significa “alegría”.

El arte

Además de su arquitectura y fresca gastronomía, en Ischilín se percibe el arte como herencia. A ocho kilómetros, en el paraje Loza Corral, se encuentra la Casa Museo Fernando Fader, un espacio que atesora pertenencias, murales y rastros del célebre pintor que decidió asentarse en el pueblo durante sus últimos años de vida.

Feder se encontraba afectado por la tuberculosis. Desarrolló su obra en este rincón cordobés y también se dedicó a la restauración de varias edificaciones coloniales, usando tonalidades que para él evocaban la esencia original: amarillos, ocres y morados.

¿Cómo llegar a Ischilín?

Los turistas que quieran conocer este pueblo detenido en el tiempo pueden hacerlo. Al encontrarse a unos 120 kilómetros de Córdoba Capital, se debe tomar la Ruta Nacional N° 9 y la Ruta provincial N° 17 o por la Ruta E 53 y luego la provincial 17.