En la provincia de Buenos Aires hay propuestas turísticas que invitan a desconectarse del ruido de la ciudad y a descansar en medio de la naturaleza durante el fin de semana o en vacaciones de invierno. Hay localidades y pueblos con calles de tierra, construcciones centenarias y un silencio que sólo se rompe con el canto de los pájaros.
Estos pueblos son identificados como rincones rurales, donde la vida transcurre sin estar a las corridas, con tranquilidad y mucha tradición. Por fuera de los principales centros turísticos de la provincia, emergen en la región nuevos destinos que sorprenden por sus paisajes y sencillez.
Escapadas en Buenos Aires
Uno de estos nuevos destinos es Bellocq, una localidad que pertenece al partido de Carlos Casares y tiene menos de 1000 habitantes. Su iglesia centenaria, la producción de manzanilla, los sabores criollos y su legado ferroviario hacen de esta localidad del sudoeste de la provincia un destino ideal.
Las escapadas de fin de semana a los pueblos de la provincia de Buenos Aires destacan por las propuestas de estos, la más destacada es la gastronomía, ya que hay muchos restaurantes de campo y parillas donde resaltan los platos abundantes y caseros.
A través de su gastronomía criolla, muestran una identidad forjada por generaciones. Pero no solo importa la comida, sino que también hay pastelerías, recorridos por museos, festivales locales, visitas a monumentos, entre otras actividades.
¿Cómo nació Bellocq?
La historia de esta localidad empezó el 8 de diciembre de 1912, cuando María Larramendy de Bellocq donó tierras para fundar el pueblo. Sin embargo, su verdadero despegue fue en 1929 con la llegada del tren y la creación de la estación “San Francisco de Bellocq”, como parte del ramal Orense-Copetones.
Como muchos pueblos del interior bonaerense, su trazado respondía al modelo ferroviario, con calles en diagonal y monolitos marcando las esquinas. Entre los emblemas de Bellocq se encuentra la iglesia Inmaculada Concepción, conocida cmo Santa María, que fue construida por monjes benedictinos en 1914. Fue edificada con materiales importados desde Francia. Hoy conserva 16 vitrales originales del artista Henri Gesta de Toulouse.
¿Cómo funciona la economía local?
La economía gira en torno a la producción agrícola, destacan los cereales, aunque en los últimos años la manzanilla se volvió protagonista. Su aroma invade las calles al mediodía, generando una sensación única de bienestar.
La gastronomía local también se luce en patios y cantinas que ofrecen desde empanadas hasta pastas y lemon pie casero. Todo con la calidez de una cocina familiar y el sabor de lo auténtico.
¿Qué hacer en Bellocq?
El Almacén de Ramos Generales Casa Chedrrese (fundado en 1917) representa la memoria viva del pueblo. Junto a la iglesia se encuentra el hospedaje San Benito, en el antiguo monasterio. Conserva el mobiliario original y ofrece una experiencia de alojamiento espiritual, es ideal para quienes prefieren el silencio y la desconexión.