Cada vez más gente dejó de usar edredones, debido a que se volvieron más populares las mantas pesadas. Estudios recientes revelaron que estas mantas permiten descansar mejor y ya se establecieron como una tendencia para 2025. Las personas se sienten más cómodas al meterse en la cama con estas mantas, ya que generan sensaciones súper agradables.
Una de las razones por las cuales esto sucede se relaciona con la producción de serotonina y melatonina. Ambas hormonas se activan gracias a la sensación de seguridad y relajación que provocan las mantas pesadas. Esto ayuda a que los usuarios concilien el sueño más rápido y logren mantenerlo durante la noche, evitando esos despertares frecuentes que interfieren con el descanso.
Tradicionalmente, el edredón fue una pieza única de abrigo, que se utilizó para taparse, pero hoy en día se abrió espacio para las mantas pesadas. Se recomienda que el peso de la manta esté entre el 7% y el 12% del peso corporal de cada persona. Por ejemplo, si alguien pesó 75 kilos, la manta debería pesar entre 7 y 8 kilos.
Sin embargo, hay que tener cuidado, ya que, si el peso de la manta supera el rango recomendado, puede ocasionar incomodidades, generando una restricción en los movimientos durante el sueño. Además, puede ser un problema para las parejas que comparten cama y tienen diferencias de peso significativas. Por ejemplo, si uno pesa 60 kilos y el otro 80, no conviene sumar sus pesos para elegir la manta adecuada. Una manta de 12 o 13 kilos sería una carga pesada para el que pesa menos, ya que representaría un 20% de su peso.
Por lo tanto, la mejor opción es elegir una manta que esté en proporción al peso del integrante más liviano. En el caso de la pareja del ejemplo, la manta debería pesar entre 6 y 7 kilos. Esto asegura que el que pesó más no se quede corto en cuanto a peso, y si quiere un poco más de abrigo, puede optar por una manta individual más ligera que se superponga a la pesada. Así, ambos pueden disfrutar de un buen descanso sin limitarse.
Más allá del peso: técnicas psicológicas para dormir como bebé
1. La rutina de los 90 minutos
El cerebro necesita transición entre vigilia y sueño. Expertos recomiendan:
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Apagar pantallas 90' antes (la luz azul inhibe melatonina)
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Tomar una ducha tibia (el contraste térmico induce somnolencia)
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Leer ficción liviana (activar imaginación desconecta preocupaciones)
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2. El poder del "anclaje olfativo"
Usar siempre el mismo aroma en la almohada (lavanda o vainilla) crea un reflejo condicionado. Estudio de Harvard muestra que esto reduce un 30% el tiempo para conciliar el sueño.
3. Técnica militar para dormir en 2 minutos
Usada por la Marina estadounidense:
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Relajar rostro (incluida lengua)
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Soltar hombros y brazos como si se hundieran
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Exhalar profundamente soltando pecho
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Visualizar escena placentera inmóvil
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4. El truco de la "lista invertida" (para mentes ansiosas)
En lugar de contar ovejas, listar mentalmente 5 cosas que NO te preocupan (ej: "No me duele una muela", "No hay ruidos fuertes"). Esto redirige la atención.
5. Regla del 15-15-15
Si no dormís en 15 minutos:
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15' en otra habitación con luz tenue
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15 líneas de escritura libre (descarga mental)
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15 sorbos de agua tibia con limón