Presenciaba las torturas con una biblia en la mano y se codeaba con los militares: el cura prófugo que puede enfrentar un juicio de lesa humanidad tras 12 años

Reverberi Boschi está acusado por su participación en secuestros, tormentos y el homicidio de José Berón, quien permanece desaparecido. El juicio en ausencia es la nueva vía judicial tras la fallida extradición del sacerdote.

21 de junio, 2025 | 00.05

“El pecado es tinieblas, muerte y distancia de Dios. Convirtámonos y pidamos perdón al Señor”, dijo Franco Reverberi Boschi, con la sotana violeta clásica de los tiempos de Cuaresma al dar comienzo a una misa que se transmitió al mundo entero. Tres décadas antes, con pantalón, camisa y zapatos negros, cuello blanco, un saco y biblia en mano, prometía “alivio espiritual”. La escena parece una típica confesión, pero no transcurrió en una iglesia y a quien se dirigía no era un “pecador”. Pasó en “La Departamental”, un centro clandestino de detención que funcionó en la sede de los tribunales de la ciudad mendocina de San Rafael durante la última dictadura militar. Y quien “recibía el sacramento” no debía "confesar sus pecados", sino facilitar información para orientar nuevas detenciones, luego de ser molidos a palos y picaneados por represores.

La misa antes mencionada llegó a la portada de la revista inglesa Weekend en marzo de 2020 y el cura en cuestión aparece abajo a la derecha. Ya habían pasado nueve años desde que huyó de Argentina. Está acusado por su participación en secuestros, tormentos y el homicidio de José Berón, quien permanece desaparecido

Reverberi llegó a la portada de una revista inglesa por una misa trasmitida por streaming durante la pandemia.

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

“Antes éramos tinieblas, ahora debemos ser la luz del Señor”, afirmó el cura en la misa que recorrió el mundo. Pero no se refería a las tinieblas por las que pasaron Aldo Jesús Soto cuando fue torturado para que diga dónde estaba Susana Sanz de Llorente o Julia Santos de Dauverné cuando le preguntaban dónde estaba una tía y el abogado Simón. Mucho menos del infierno por el que pasó Mario Héctor Bracamonte, un militante de la Juventud Peronista que fue detenido en abril de 1976, cuando lo interrogaban preguntándole si era montonero y por Norma Arrostito.

Por eso, antes de ser indagado por la Justicia en 2011, Reverberi Boschi se escapó a su pequeño pueblo italiano natal: Sorbolo. Esta ciudad está a unas 5 horas de Roma en auto y tiene menos de 10 mil habitantes. También tiene una iglesia, la Parroquia de los Santos Faustino y Giovita, que se convirtió en su casa y “refugio” ante los pedidos de extradición.

El proceso para que sea trasladado a nuestro país inició en 2013 y concluyó a principios de 2024. El ministro de Justicia de Italia, Carlo Nordio, lo anuló por los problemas de salud aducidos por los abogados del cura represor, pese a que las pericias médicas indicaban que sí podía viajar. Una decisión que el Estado argentino, comandado por Javier Milei, consideró que no debía recurrir. Pero este año surgió una nueva posibilidad: la ley que habilita los juicios en ausencia. Es decir, poder juzgar o dar continuidad a un proceso penal en los casos en los que el imputado o acusado se encuentra prófugo o no se puede dar con su paradero. Y con ella, una nueva vía para que Reverberi dé explicaciones ante la Justicia.

El paso de Reverberi por “La Departamental”

La Casa Departamental fue un centro clandestino de San Rafael único, pues, hasta el momento, no se conoce en el país otro ejemplo de un palacio judicial que haya sido usado para estos fines en la última dictadura. Ahí el ejército disponía de tres celdas y otras dependencias donde retenía y torturaba a los detenidos. Además de militares y policías, otro de los habitué era Reverberi.

En las torturas masivas que hacían se filtraba el cura Franco Reverberi con una pistola en la cintura porque era parte de ellos. Reverberi andaba con el Ejército. Lo acompañaba siempre Aldo Sarmiento, que era de Infantería de Montaña en Uspallata. Eran muy amigos”, declaró Roberto Flores, un sobreviviente de ese centro clandestino, en uno de los juicios por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Mendoza. Los testigos no lo recordaron con sotana y precisó que no los golpeaba, pero sí presenciaba las torturas con una biblia en la mano. Y en una oportunidad les dijo que tenían que colaborar para tener "alivio espiritual".

"La Departamental" fue un centro clandestino que funcionó en los tribunales de San Rafael, Mendoza.

Mario Bracamonte estuvo cinco meses en los calabozos de "La Departamental". Allí conoció la picana. Eran 14 personas secuestradas allí y casi todas las noches bajaban los militares Luis Faustino Suárez; el teniente Aníbal Guevara y el oficial José Mussere. Los sacaban al pasillo para hacerlos hacer flexiones y golpearlos. Mussere les decía: "Pídanle al Flaco ese que tienen colgado ahí", refiriéndose a Jesucristo. Y si eso no era suficiente, a veces también contaban con la presencia del cura. "Un día como a las 2 de la tarde cayó el mayor Suárez y venía el capellán, Franco Reverberi, vestido de militar con el arma en la cintura. Nos tuvieron hasta las 6 dándonos golpes, nos tiraban un balde de agua y teníamos que secar el piso con el cuerpo", relató Bracamonte.

Vio allí al sacerdote en cuatro oportunidades hasta el 26 de septiembre de 1976, cuando lo trasladaron a La Plata. En realidad, ya lo conocía, pues era católico y solía verlo en el pueblo. Antes de su traslado, lo sacaron a bañarse y Berón le dijo que tenía miedo de que lo maten. Hasta hoy, no se sabe dónde están los restos de Berón.

José Guillermo Berón era militante de Juventud Peronista y tenía 23 años cuando fue secuestrado.

Para los fiscales que solicitaron al juzgado federal rafaelino la captura nacional e internacional y la apertura del proceso de extradición es tan torturador el que enchufa el cable en la pared como el que enciende la radio para que no se escuchen los gritos, el que pasa la picana por los genitales de la víctima, o el que llega después a 'aconsejarle' que hable para no volver torturado. "Ahora bien, cuando el que llega después a dar consejos, es además un sacerdote que se maneja con autoridad ante los demás miembros del aparato represivo, entrando y saliendo a su antojo del centro clandestino, no es un torturador cualquiera, es uno calificado", valoraron el fiscal general a cargo de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de Mendoza, Dante Vega, y el fiscal federal "ad hoc”, Pablo Garciarena.

No solo las víctimas relacionaron al cura con los militares. En 2013, tras ver la noticia del pedido de extradición en un diario local, el psiquiatra Aurelio Guerrero se presentó ante la Justicia espontáneamente porque reconoció al sacerdote. Era el mismo que desde su ventana de su trabajo vio entrar con frecuencia a una dependencia militar en la calle Almafuerte de la ciudad mendocina. El lugar en el que ingresaba Reverberi era del Destacamento de Inteligencia 144 del Ejército, según el testimonio de Alberto Omar Villa, personal civil de Inteligencia en la Sección San Rafael.

Testigos afirman que Reverberi presenciaba sesiones de tortura con una biblia en la mano.

“Los testimonios son muy variados y concordantes en los hechos”, remarcó el abogado querellante de la APDH de San Rafael, Ricardo Ermili. Además, subrayó que el del ya fallecido Sergio Chaki fue “demoledor”. Chaki no era militante y fue secuestrado el 29 de marzo de 1976 por tres uniformados, mientras se encontraba trabajando en la Fiscalía Correccional N° 2 de la Segunda Circunscripción Judicial de Mendoza. En su paso por “La Departamental” fue sometido a una continua tortura psicológica y llegó a padecer un simulacro de fusilamiento. “El cura reconoce que lo conocía a Chaki, Sergio dijo que también lo conocía por una relación de parentesco, por un hermano que era cura”, contó el letrado de la APDH. “Pongo énfasis en él, no para desacreditar los testimonios de los militantes políticos, pero suele haber un manto de sospecha cuando el que da el testimonio es una persona peronista, comunista o lo que sea”, añadió el abogado.

Los registros indican que Reverberi asumió el cargo de capellán en septiembre de 1980. La fecha de su nombramiento también fue el argumento utilizado por el ex obispo de San Rafael Eduardo Taussig para defenderlo durante una visita que hizo a Sorbolo en 2016. “También añadiría que los militares jamás habrían permitido que un joven sacerdote, sin ninguna función en el ejército, presenciara hechos tan graves. Don Franco es un buen sacerdote: ha creado una hermosa comunidad de jóvenes y familias, y ha construido cinco o seis capillas que luego se convertirán en parroquias. Durante muchos años también fue ecónomo de la Curia, trabajando con honesta responsabilidad”, sostuvo Taussig.

De testigo a acusado y prófugo

“En el mundo de los militantes políticos era vox populi que él estaba en el centro clandestino”, aseguró Ermili. En 2010 se realizó en Mendoza el primer juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en esa provincia. Se juzgó a 24 personas por la violación de los derechos humanos de 73 personas. El sacerdote estaba citado a declarar como testigo, pero rápidamente las víctimas declararon que lo vieron en los calabozos de “La Departamental”.

Desde que huyó a Italia, el ex capellán ejerció su actividad religiosa en la Parroquia de Sorbolo, Parma, la ciudad donde nació el 24 de diciembre de 1937, según Interpol. Allí permanece en la actualidad. Aquella portada de Newsweek lo capturó celebrando una misa que se transmitía por internet en plena pandemia del coronavirus: Keeping the faith (manteniendo la fe) decía el título.

Franco Reverberi Boschi huyó de Argentina en 2011 antes de ser indagado.

El párroco a cargo de la congregación es Don Aldino Arcari, quien en más de una ocasión defendió la inocencia de Reverberi. “No entiendo qué quieren ustedes los periodistas de don Franco. Ni siquiera era capellán militar en esos años, ni siquiera podía estar allí. Es suficiente, no puedo creer que hayas venido desde Roma por estas cosas. Pobre muchacho, pero ¿sabes que ha tenido dos infartos? Lo que estás haciendo es crueldad, es una tortura contra él. Han pasado 40 años, hay que dejarlo en paz. Hace unos días, cuando ustedes periodistas llegaron a Sorbolo, le escribí al obispo para decirle que buscaban a Don Franco. El obispo respondió que os diera un puñetazo en los dientes. ¿Quieres ver el mensaje?”, les respondió Arcari a periodistas de La Repubblica hace un par de años.

El Destape también lo contactó. “No tengo nada que decir”, fue su escueta respuesta.

Las denuncias tampoco generaron un repudio generalizado en la pequeña ciudad italiana. "Para mí fue un shock y pensé que nadie lo sabía. Cuando comencé a preguntar y me di cuenta de que casi todos lo sabían, me sentí aún peor: ya no reconocía a mi propio pueblo", remarcó una actriz originaria de Sorbolo llamada Ilaria, en diálogo con BBC. Ella recién se enteró de las acusaciones en 2021 mientras escuchaba un programa de radio. Mientras que la ex profesora Lorenza Ramazzotti afirmó que algunos se solidarizaron con el sacerdote. "La comunidad está dividida", explicó la mujer al medio británico, añadiendo que ella misma está convencida de que "si alguien es inocente, como afirma Reverberi, esa persona no huye". "Y si realmente cometió crímenes tan atroces como los que se le acusan, me pregunto cómo puede seguir siendo sacerdote con ese peso sobre su conciencia", añadió.

La extradición frustrada

El proceso para extraditar a Reverberi tuvo muchas idas y vueltas. El punto de partida fue en 2013 por su participación en actos de torturas colectivos, pero la justicia italiana la rechazó porque en ese momento la tortura era un delito prescriptible en Italia. Fue entonces que los abogados volvieron al expediente y tras exprimirlo notaron que había dejado pasar un dato clave. “A uno de los testigo que estuvo con él (Mario Bracamonte), se lo llevan a La Plata. Y por las fechas advertimos que Reverberi había sido visto al momento en el que entra y después desaparece Berón. Entonces se lo acusa de ser partícipe”, explicó el letrado de la APDH de San Rafael.

Además, a instancias de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación durante la presidencia de Alberto Fernández, el Estado argentino comenzó a darle un nuevo impulso. Se presentó como parte interesada del proceso, sumó nuevas pruebas y recurrió la Corte Suprema de Casación italiana, que ordenó emitir un nuevo fallo. En su resolución, el máximo tribunal modificó su jurisprudencia e incluyó también las torturas como crímenes de lesa humanidad. Eso reabrió el proceso y 10 de julio de 2023, el Tribunal de Bolonia finalmente hizo lugar al reclamo.

La defensa de Reverberi apeló porque argumentaban que, debido a los problemas de salud, el sacerdote no podía hacer un viaje hasta Argentina. Además, pidieron una nueva pericia médicas, que volvieron a indicar que podía darse la extradición. Para ese entonces, el cura que actualmente tiene 87 años ya estaba resignado, según indicó su abogado a Corriere della sera.

Sin embargo, el ministro de Justicia italiano anuló la extradición a principios de 2024. En el decreto de negación, Nordio subrayó la “edad extremadamente avanzada”, las “patologías cardiológicas” y el “estrés psicológico”. El Estado argentino tenía 60 días para recurrir el fallo, pero el abogado italiano Arturo Salerni, representante de nuestro país en la causa, explicó a este medio que "Argentina no lo consideró necesario".

También indicó que sería posible un juicio en Italia por un delito cometido en el extranjero. Eso fue lo que ocurrió con el juicio Cóndor en Italia, en el que se juzgó la desaparición de una veintena de italo-latinoamericanos durante los procesos dictatoriales de Sudamérica en las décadas de 1960 y 1970. La misma modalidad se utilizó los juicios contra el represor uruguayo Jorge Troccoli y al genocida argentino Carlos Malatto, quien también se fugó a Italia y será juzgado en ese país europeo por la desaparición y muerte de 30 personas en San Juan.

Finalmente, Salerni consideró que el buen vínculo entre Javier Milei y Giorgia Meloni podría facilitar el desarrollo de un eventual proceso en Italia contra Reverberi

La extradición de Reverberi fue anulada por el ministro de Justicia italiano a principios del 2024.

El juicio en ausencia

Hemos pedido la continuidad del proceso en ausencia. Un criterio similar ha tomado la fiscalía federal de San Juan respecto a Carlos Malatto, que también está prófugo en Italia”, remarcó Ermili. Los fiscales generales que intervienen en los procesos por crímenes de lesa humanidad en San Juan y Mendoza, Francisco Maldonado y Dante Vega, respectivamente, solicitaron al Tribunal Oral Federal de San Juan la tramitación de juicio en ausencia para el ex teniente a cargo de la de la Sección Personal del Regimiento de Infantería de Montaña (RIM) 22. Él también escapó a Italia cuando la fiscalía lo envió a juicio en 2011. En ese país, al mismo tiempo, el ex militar enfrenta otra acusación por ocho homicidios perpetrados en San Juan en 1976 y 1977.

Estamos a la espera de la resolución del juez, ya dio traslado al fiscal general de San Rafael y estamos esperando eso para que continúe el juicio en ausencia”, dice el abogado, que mantiene esperanzas en que Reverberi de explicaciones ante la justicia humana. De Justicia Divina se encargará Dios.