El cuidado de una mascota va más allá de su alimentación y salud física; también implica mantener limpios sus espacios y accesorios, especialmente la cama donde descansan. Carlos Cifuentes, médico veterinario del Pet Food Institute, destacó que la limpieza frecuente de la cama de un perro es fundamental para prevenir problemas de salud tanto en el animal como en sus dueños.
Este hábito, aunque muchas veces pasa desapercibido, ayuda a evitar alergias, eliminar bacterias y mantener un ambiente higiénico. "Las camas de los perros pueden acumular bacterias, ácaros y alérgenos que afectan directamente al bienestar de los animales y, en algunos casos, pueden agravar alergias en los humanos", explicó Cifuentes.
Sobre la frecuencia de lavado, el veterinario indicó que depende del material de la cama, el estilo de vida y la actividad del perro. En general, recomendó hacerlo al menos una vez al mes. Pero si el perro es muy activo, pierde mucho pelo, pasa tiempo al aire libre o está enfermo, lo ideal es lavar la cama cada siete o quince días.
Además, en situaciones puntuales como accidentes o malos olores, la limpieza debe ser inmediata para mantener la higiene necesaria. Es fundamental adaptar estos cuidados a las necesidades particulares de cada mascota para asegurar su bienestar.
Al momento de lavar la cama en la lavadora, Cifuentes aconsejó usar detergentes suaves para evitar irritaciones en la piel del perro y revisar siempre la etiqueta para asegurarse de que el material soporte el lavado sin dañarse.
Las recomendaciones de un veterinario
El veterinario Jorge Sánchez, especialista en Dermatología Veterinaria, agregó que además del lavado, es importante aspirar y cepillar la cama para eliminar residuos acumulados. También recomendó elegir camas con fundas desmontables y cremalleras o aptas para lavadora, lo que facilita la limpieza.
Para quienes puedan, contar con una cama de repuesto permite alternar entre una limpia y otra en proceso de lavado, asegurando un entorno más saludable para la mascota y toda la familia.
En cuanto a otros accesorios, como collares, arneses y correas, se aconseja limpiarlos después de cada paseo, especialmente si estuvieron en contacto con barro o suciedad. Un paño húmedo suele ser suficiente, pero si están muy sucios, conviene lavarlos siguiendo las indicaciones del fabricante para no dañarlos.
Jorge Sánchez también recomendó lavar las fundas con agua caliente y productos adecuados para eliminar bacterias y alérgenos. Destacó que algunos materiales retienen más suciedad y ácaros, por lo que es mejor elegir tejidos resistentes y fáciles de limpiar para prolongar la vida útil de la cama.