Para muchos, ver a un gato con ojos grandes y pupilas dilatadas resulta tierno, pero en realidad puede ser un indicio de que algo no está bien. Los felinos pueden agrandar o achicar sus pupilas según la cantidad de luz y también en respuesta a sus emociones, como miedo o estrés. Sin embargo, si las pupilas permanecen dilatadas todo el tiempo, podría señalar un problema de salud que requiere atención veterinaria.
En términos simples, la pupila funciona como un “diafragma” que regula la cantidad de luz que entra al ojo, similar a los ojos humanos pero con una apertura mayor. Normalmente, las pupilas se dilatan en la oscuridad y se contraen con luz intensa. Pero en los gatos, también se modifican por estados emocionales como la excitación o el miedo.
En algunos casos, las pupilas dilatadas pueden ser un reflejo de dolor o malestar. Por eso, si notás que tu gato mantiene esta condición sin motivo aparente, es vital observar otros síntomas y buscar atención veterinaria para descartar enfermedades graves.
Qué podrían indicar las pupilas dilatadas de mi gato
La veterinaria Sara Thomasy, diplomada del Colegio Americano de Oftalmología Veterinaria, explicó que cuando las pupilas están dilatadas constantemente, puede deberse a varias causas:
- Cambios asociados a la edad, como la atrofia del iris.
- Respuestas normales ante estrés, miedo o juego.
- Enfermedades más graves, ya sean oculares, neurológicas o sistémicas.
A qué síntomas prestar atención
Thomasy señaló que la atrofia del iris es común en gatos mayores y puede ayudar a detectar otros problemas de salud. Por eso, es importante estar atentos a otros síntomas que acompañen las pupilas dilatadas y que indican la necesidad urgente de consultar un veterinario:
- Desorientación o dificultad para caminar.
- Pérdida de apetito.
- Somnolencia excesiva o cambios notables en el comportamiento.
- Ojos enrojecidos, turbios o bizcos.
- Golpes contra objetos o indicios de pérdida repentina de la visión.
Además, algunos signos pueden estar relacionados con afecciones serias como glaucomas, que implican un aumento de presión ocular que puede dañar el nervio óptico; hipertensión arterial; daños neurológicos por infecciones, toxinas o deficiencia de vitamina B1; y degeneraciones de la retina vinculadas a una dieta desequilibrada.
Qué hacer si creo que podría ser un problema
Si notas que las pupilas de tu gato están dilatadas sin razón aparente y se acompañan de estos síntomas, no dudes en buscar ayuda veterinaria. Un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia en el tratamiento y la calidad de vida de tu mascota.
Para evitar complicaciones, la especialista recomendó realizar controles veterinarios al menos una vez por año para revisar el estado ocular de los gatos y observar cualquier cambio en su conducta o salud general. En casos urgentes o fuera del horario habitual, acudir a una clínica de emergencias es fundamental.
Conocer bien el comportamiento y la salud habitual de tu gato es clave, ya que estos animales suelen ocultar sus molestias. Ante cualquier duda, consultar con un profesional veterinario es la mejor manera de proteger su bienestar y garantizar un tratamiento a tiempo que pueda salvar su vida.